jueves, 13 de diciembre de 2012

Špan(s)ka noč

Este sábado añadía una muesca más a mi biografía y había que celebrar una fiesta en casa, para juntarnos los amigos. Algunos españoles, bastantes eslovenos y un holandés. Por la mañana Monika y yo cruzamos (en autobús) media Liubliana, cubierta por los más de 20 centímetros de nieve que habían caído durante la noche anterior y con un vendaval importante. El destino era Leclerc, el único hipermercado francés en Eslovenia y que, consecuentemente, se parece bastante a mi añorado Carrefour. El objetivo era pertrecharse de condumio para el guateque. Y es que en Leclerc es el único lugar, al menos que yo sepa, donde se pueden conseguir algunos productos españoles. Por ejemplo, chorizo de Pamplona y queso manchego. Eso sí, a un precio nada bajo. Todo fuera por la causa. A estos manjares añadimos un par de tortillas de patatas, en cuya factura vamos mejorando. 

En casa se empezó a caldear el ambiente y se pasó bien. Pero lo mejor estaba por llegar. Una vez pasada la medianoche abandonamos el refugio y salimos a las calles bajo cero, lo que desembocó en una de las guerras de nieve más cruenta jamás vista. Nos pusimos finos. Y es que el trayecto a pie desde mi casa hasta Metelkova no es precisamente corto. El destino era Gromka, otro de los garitos de Metelkova. En este no había estado nunca, pero es muy similar a Menza pri Koritu. ¿Y por qué fuimos allí? Pues porque en este bar una vez al mes más o menos se celebra la "Špan(s)ka noč". Es decir, Mikel, uno de los españoles en Eslovenia, pincha música patria, desde rock hasta la pachanga más pura y dura. Siempre había querido ir, pero por a o por b, nunca se había dado la situación. ¿Qué mejor que hacerlo para celebrar el cumpleaños de uno? Llegamos ya pasada la una y nos recibió música de Ska-p o Soziedad Alkoholika. La cosa prometía, pues ya sabéis que este es mi tipo de música, pero fue decayendo, porque se fue pasando cada vez más al pachangueo. ¡Hasta sonó Shakira! Además, pedí Segismundo Toxicómano y no lo tenía (¡¿Cómo?!). Pero bueno, aún así no estuvo nada mal, se echaron unos bailoteos y por fin pude conocer esta fiesta, una institución para los españoles en Eslovenia. De hecho, había bastantes erasmus con la misma nacionalidad en su documento de identidad. A las tres y media, cuando chapaban, recogimos velas y fuimos a por el descanso del guerrero. Total, que se pasó de puta madre. Una pena que los amigos al otro lado de la frontera no pudieran estar también.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Berri Txarrak

No todos los días tiene uno la oportunidad de ir a un concierto de uno de los mejores grupos de rock del estado español en Eslovenia. Aunque no se trataba del primer concierto de un grupo de allí al que iba aquí. De hecho hace un par de meses estuve viendo en Rog a los segovianos, amigos de amigos, Entröpiah, grupo de grindcore con el que, extrañamente, no coincidimos en los escenarios cuando No me Jodas. Pero lo de Berri Txarrak era otra cosa. Es verdad que tampoco es que sea su mayor fan; en realidad, jamás he escuchado ninguno de sus discos entero. Pero sí muchas de sus canciones. Son el grupo más importante de rock en euskera, cosa que yo creo que es la que me echa hacia atrás a la hora de escucharlos más. Pero sus melodías y su intensidad son sencillamente espectaculares. Y eso es lo que tuve el privilegio de poder experimentar este lunes. Como uno de los grupos estatales con mayor reconocimiento internacional se han echado a las carreteras para recorrerse media Europa en dos o tres semanas, a concierto por día. Y la parada del lunes 3 de diciembre era el bar Orto de Liubliana, sin duda el mejor garito de rock de la capital (a pesar de su nombre). Y he dicho privilegio porque apenas éramos 20 personas en la sala, la inmensa mayoría erasmus vascos. Eso sí, también había un personaje de esos que se te graban a fuego en la memoria: un hombre esloveno de cierta edad ataviado con la camiseta y la bufanda del Athletic coreando consignas abertzales entre canción y canción. Hasta los del grupo se descojonaban. En teoría había un grupo de metal esloveno como teloneros, de nombre Inmate, pero yo creo que no tocaron, porque no había ni rastro de ellos. El caso es que no lo sé, porque yo trabajaba hasta tarde y apenas medio minuto después de pagar la barata entrada de siete euros y pasar a la sala los vascos comenzaban. Sería una hora de intenso repertorio y un buen show, con sus canciones más populares e incluso con algunas palabras en esloveno, gesto digno de elogiar. Era su primera vez en el país y para mí fue un conciertazo. Hubo una comunión total con el público. A mí al día siguiente me dolía el cuello, dato inequívoco de que fue un buen concierto. Me lo gocé bastante e incluso me metí en un minipogo que se formó, lo cual no hacía desde tiempos inmemoriales. ¡Así da gusto matarse a currar un lunes!


domingo, 2 de diciembre de 2012

Slovenski knižnji sejem

La semana pasada, de miércoles a domingo, se celebraba la ya vigésimo octava edición de la Feria del Libro Esloveno. Años anteriores no recuerdo haber visto carteles publicitarios de ella, o tal vez por un ojo me entraron y por el otro me salieron. El caso es que esta vez sí que reparé en ellos y, como me encantan los libros, no podía dejar pasar la oportunidad. Me encantan los libros, pero soy un rata para gastarme dinero en ellos. ¿Para qué están las bibliotecas si no? La feria tenía lugar en Cankarjev Dom, un espacio multiusos en el centro de Liubliana que ya he mencionado en alguna ocasión. El miércoles había una presentación del último libro de Žižek traducido al esloveno, pero no estoy seguro de si pertenecía a los actos de la feria. Quería ir, pero había que pagar cinco euros, lo cual me parecía un insulto. Así que otra vez será. La feria combinaba la exposición de nuevas publicaciones de numerosas editoriales eslovenas y la celebración de diferentes actos culturales. Nosotros nos acercamos el sábado. Eran tres plantas repletas de estands de librerías o editoriales. Estaba bien: muchísima gente y buen ambiente, pero prácticamente todo eran nuevas publicaciones, y la verdad es que a mí eso me interesa tirando a poco. Siempre he sido más un lector de clásicos. Así que por esa parte resultó un poco decepcionante. El día se cerraba con una charla con Boris Pahor. No nos quedamos hasta el final, porque estábamos de pie y además a mí se me hacía un poco difícil seguir su discurso, muy interesante pero con muchas divagaciones. En cualquier caso una experiencia espectacular escuchar y ver de cerca a una persona de ¡99 años! que estuvo en campos de concentración nazis. Y si bien es cierto que no me compré ningún libro para progresar con mis lecturas en esloveno, al día siguiente la situación cambió. Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Laško

Eslovenia es un país católico. Pero el 31 de octubre es un día festivo, el Día de la Reforma. Tal vez haya mencionado esto ya en el blog, pero ello se debe a que el primer libro publicado en Esloveno fue uno religioso del pastor protestante Primož Trubar. He aquí la respuesta a esta incongruencia. Además coincide con el también festivo 1 de noviembre y todo ello se aprovecha para las vacaciones escolares llamadas "Krompirjeve počitnice", una semana entera en la que no hay clases. Todo ello se traducía en una semana descargada de trabajo para mí, y eso había que aprovecharlo. Nuestra situación económica empieza a ir mucho mejor, y por fin nos empezamos a pemitir cosas que antes no podíamos. Y la verdad es que da gusto. Así pues, dicho 31 de octubre decidimos utilizarlo en descubrir un lugar de Eslovenia. Bueno Monika ya lo conocí. Yo solo de paso en el tren. El lugar en cuestión era Laško. Si por algo es conocida esta localidad, de poco más de 5.000 habitantes, es por la cerveza. Y es que la cerveza más famosa del país se llama Laško y se empezó a producir en este pueblo ya en 1825. Eslovenia tiene dos tipos de habitantes: los que beben Laško y los que beben Union, la otra cerveza del país (ésta con sede en Liubliana; de hecho, la fábrica está en mi calle). Hay sus disputas en torno a ello, pero lo más gracioso de todo es que Union pertenece a Laško. El poder de la fábrica cervecera es obvio. De hecho, el pueblo está lleno de estatuas relacionadas con la cerveza y/o subvencionadas por la empresa. Además, en julio tienen uno de los festivales más populares del país, "Pivo in cvetje" (cerveza y flores), el cual mucha gente me ha recomendado visitar. 

La "Kralj" de la cerveza

Pero no solo de cerveza vive Laško. Es un lugar bonito, pero como siempre digo, solo para visitar. Se encuentra encajonado entre montes y partido en dos por el cauce del río Savinja, un importante afluente del Sava y que pocos días después de nuestra visita casi anega parte de la ciudad en las recientes inundaciones por toda Eslovenia. Tiene un casco antiguo importante, aunque algo muerto, ya que la ciudad siempre ha tenido cierta riqueza. Nosotros dimos un paseo por el centro, bonito pero muy muerto, y es que apenas había un bar o un par de tiendas. Para culminar la parte cultural de nuestra visita subimos al castillo, por una ladera medio cubierta de nieve. El castillo parecía muy grande desde abajo, pero resultó ser muy chiquitín. Por supuesto, totalmente reformado gracias al dinero de la cerveza. Actualmente es un restaurante, al que quisimos encontrar la entrada pero no lo conseguimos. Nos comimos los bocadillos que llevábamos preparados con las vistas sobre la ciudad y a continuación emprendimos la bajada para la segunda parte de nuestra visita, la de relax. Porque Laško también es muy conocido por sus aguas termales. Tiene un balneario dividido en dos partes, una dedicada a la salud y otra al recreo. Nosotros nos decantamos por la parte más recreativa. Por cierto, no lo he dicho, pero si fuimos a Laško es porque los trenes los días de festivo tienen un 30 % de descuento en los billetes de ida y vuelta, y además la empresa nacional de trenes tiene un descuento en la entrada a algunos balnearios (como este) al presentar el billete de tren. Al ser un día festivo había bastante gente en el spa, incluyendo unos cuantos italianos. Nos costó encontrar tumbona, pero a la hora a la que fuimos alguna gente se empezaba a marchar. Estuvimos unas cuatro horas, menos tiempo del previsto, y es que a pesar de que el centro estaba bien (en el interior era un espacio único con una cúpula espectacular), el agua no estaba tan caliente para nuestro gusto. Además, obviamente, la mayor parte al aire libre no estaba disponible, así que apenas pude probar toboganes. Bueno, tampoco los había tan espectaculares. Así, ya anochecido, nos marchamos al tren de vuelta, con el cansancio típico después de estar unas cuantas horas en remojo.

De abajo arriba...
y de arriba abajo
Con el susodicho Trubar en Laško

Agüita

domingo, 4 de noviembre de 2012

Ljubljanski maraton

Hace justo una semana, el 28 de octubre, se celebraba la decimoséptima edición del maratón de Liubliana. Como toda prueba de este tipo había tres distancias posibles: los 10 kilómetros, el medio maratón o el maratón completo. Desde que vivo en Liubliana salgo a correr, tampoco con gran asiduidad pero sí con cierta frecuencia. Mi lugar de "entrenamiento" no es otro que Rožnik. Así pues, decidí dar un paso adelante y apuntarme a los 10 kilómetros. Lo hice todavía en agosto, pero aún así me costó 30 euros (al menos después me darían una camiseta y una bolsa de deporte conmemorativa). Siempre he pensado por qué lo hacen tan tarde. Podría ser un par de semanas antes y el tiempo sería mucho mejor. Llegada la mañana del 28 esto fue lo que me encontré al despertar:


Llevaba unos días acojonado por la predicción. Sí, daban nieve, pero, joder, esto era otra cosa. Aunque pensándolo con calma, mejor así que el diluvio ininterrumpido que había caído los días anteriores. No podíamos rendirnos. Cogimos un taxi desde casa hasta el centro. Por cierto, era la segunda vez que cogía un taxi en Liubliana (y la otra fue desde el aeropuerto y porque me lo pagaban). Los taxis son muy baratos aquí, en torno a los 0,70 € el kilómetro y solo puedes cogerlos si los llamas o en las paradas. Cuando llegamos al centro aquello ya estaba lleno de gente. A las 8 y media era la salida de los 10 kilómetros. Un poco de calentamiento y hacia la salida con Teja, una amiga que también iba a correr esta distancia. A pesar de la nieve que caía y el frío había muy buen ambiente. Para mí era la primera vez en participar en una cosa de estas, así que no sabía muy bien en que zona colocarme. Mi objetivo, bastante modesto, era hacerlo en menos de una hora. Así que nos pusimos en la zona de hasta 55 minutos. Una vez dada la salida tardamos aún 5 minutos en cruzar la línea y comenzar la distancia. Después de un kilómetro para calentar decidí acelerar y correr con mi propio ritmo hasta la línea de meta. No dejé de adelantar a gente hasta el final, cientos y cientos. Durante la carrera disfruté un montón. A pesar de los charcos y la nieve no acabé húmedo, excepto en los pies (y aún así, me sirvió para lavar las zapatillas). Había una gran cantidad de gente, las estampas con la nieve eran realmente bonitas y en algunos puntos había música, en directo o no, que realmente te motivaba. En uno de esos puntos estaba la cantante Manca Špik, que justo cantaba su éxito "español" "Baila, baila, baila" (juzgad vosotros mismos). Nunca había corrido diez kilómetros, por lo que los últimos me preocupaban un poco, pero fue sin problemas. Al adelantar a tanta gente tenía curiosidad por mi tiempo, pero acabé cruzando la meta sobre los 57 minutos. Después de todo me había colocado correctamente en la salida. En este vídeo se puede ver el momento en el que cruzo la línea (soy el idiota de azul con un gorro rojo que hace ademán de levantar la mano): 

 

Viendo los resultados oficiales, hice un tiempo de 52:21, ocupando el puesto 647 de más de 1800 hombres en la distancia. No está nada mal para la primera vez. Fue una experiencia increíble y que sin duda repetiré en el futuro. Espero que en distancias mayores.


martes, 30 de octubre de 2012

John Doe

Ya he hablado de John Doe en alguna ocasión, el grupo de un amigo. El sábado 20 de octubre fuimos de nuevo a verles en concierto. Se trataba de un bolo especial, ya que iban a presentar su primer videoclip con su primera canción propia publicada. Era en un bar nuevo en Bled que parece estar petándolo (Kult). El garito tiene algunas limitaciones arquitectónicas, pero me sorprendió por su buen sonido. Estaba lleno hasta la bandera, y es que parece que empiezan a hacerse un nombre por la zona. Siguen tocando muchas versiones, tanto de rock más clásico como otras de rollo indie. El concierto estuvo muy bien, con un gran ambiente. Entre medias pararon para proyectar en premiere el videoclip, que cuenta con un par de modelos locales y lo han hecho en colaboración con unos productores de la zona que son conocidos por hacer sketches cómicos. Algo así como "Malviviendo". La canción me mola y el vídeo está guapo. Y como ya he dicho en otras ocasiones ellos tocan muy bien. Creo que tienen un gran futuro en esto.


sábado, 27 de octubre de 2012

Piran Pirano

Piran, o Pirano si decimos su nombre en italiano, es una de las pocas localidades costeras eslovenas. No sé si lo he dicho en alguna ocasión por aquí, pero la costa de Eslovenia se reduce a los 43 kilómetros. Eso sí, ellos están muy orgullosos de ella. Su esfuerzo les costó. He estado en Piran, pero nunca he hablado de ella porque mi visita se produjo hace mucho tiempo. Ni más ni menos que en el verano de 2009, bastante antes de empezar a vivir aquí. Es la gran postal del Adriático esloveno, y la verdad es que es preciosa. Tiene ese aire decadente de todos los pueblos de tradición veneciana. Edificios e iglesias góticos, lengua eslovena con cierto acento italiano, callejuelas a las que nunca llegará un rayo de luz, playas... Más que recomendable. Si no he vuelto es porque no se han dado las circunstancias.

Punta Piran

Si traigo Piran ahora a colación es porque por fin he visto una película que llevaba queriendo ver mucho tiempo. De hecho, tanto como llevo en el país. Cuando llegué, recuerdo ver los carteles de "Piran Pirano" adornando Liubliana. Hubiera ido al cine en ese momento, pero mis dotes con el esloveno habrían convertido el momento en un esperpento. Desde entonces siempre esperé a que la publicasen en DVD, ya que descargar una película eslovena de Internet es harto complicado. Y por fin, hace unos días la encontré, de casualidad, en la biblioteca. Es obvio que la tomé prestada y la vi en cuanto tuve la oportunidad. La película trata sobre varias personas de diferentes orígenes a los que la vida y la Segunda Guerra Mundial juntan en esta localidad. Los destinos de un bosnio, un italiano y una eslovena se entrecruzarán marcando el devenir de sus vidas. La película me gustó mucho, sin llegar a parecerme una obra maestra. Pero cumplió las expectativas. Como dato curioso, decir que el idioma está bastante repartido entre italiano, bosnio y esloveno, con algún toque de alemán y de inglés. Menos mal que el DVD tenía subtitulos en inglés. Uno de los actores principales es Boris Cavazza, uno de los grandes eslovenos. En el trailer le podéis ver:


Por cierto, hace unos días he visto otra película eslovena (y es que llevaba tiempo sin darle al cine esloveno y ahora me he puesto a ello). Más bien me obligó Monika a verla. Es "Ne joči, Peter" ("No llores, Peter") y también trata sobre la Segunda Guerra Mundial. Pero esta es una película antigua, de 1964, con el típico humor de aquella época. El argumento es que unos partisanos tienen que cruzar las líneas alemanas para poner a salvo a unos chiquillos. Resultó no estar tan mal, y tiene un gran momento "español", con un partisano toreando al ritmo de una especie de sevillanas. Pero tampoco me enteraba de todo, porque la calidad del sonido no era la mejor y carecía de subtítulos.


jueves, 25 de octubre de 2012

Srečanje

Tengo unas cuantas entradas pendientes, pero el volumen de trabajo actual no me lo permite. Se acabó el quejarse por no tener curro. Ahora tengo un montón, así que por una parte perfecto. Y esta primera entrada de las que espero publicar en los próximos días trata precisamente sobre eso, trabajo. No voy a hablar de mis clases, sino de un seminario al que asistí. No es otra cosa que el tradicional encuentro de profesores de español organizado por el Aula Cervantes de aquí a mediados de octubre. En esta ocasión se llegaba ya a la séptima edición (VII Encuentro de Profesores de E/LE), y para mí personalmente suponía la tercera consecutiva. Cada vez me siento mejor con mi labor de profesor de español, más profesional y con más confianza. Pero por supuesto no hay que dejar de formarse, y este tipo de seminarios son el lugar apropiado, más si cabe cuando un año más me he quedado sin máster. Además, es un placer compartir conversaciones y experiencias con colegas, ya que ésta es una profesión en la que a veces te sientes un poco solo. El seminario consistía en dos días, con las ponencias de una experta invitada y algunos talleres de profesores locales. Y uno de esos talleres en esta edición me correspondió a mí. Creo que es el momento de empezar a ir más allá en la profesión, y me pareció una buena forma de hacerlo. Mi taller llevó por título "La creación de un cómic como método de consolidación de los conocimientos adquiridos". Título muy pomposo, pero el contenido era mucho más sencillito. Simplemente presenté durante una hora la experiencia que tuve en una clase del curso pasado, cuando creé con los estudiantes unos personajes y un cómic para repasar lo que habíamos aprendido en clase durante un tema. El taller salió bastante bien, aunque por supuesto hubo cosas mejorables en el desarrollo. Pero yo no estuve muy nervioso y pareció gustarle a la gente. Podéis ver la ficha del taller si clicáis en su título. Total, que espero continuar haciendo cosas así en el futuro. Sin duda es una experiencia muy enriquecedora.

Un ejemplo de uno de los cómics que me hicieron los alumnos


domingo, 14 de octubre de 2012

Cuerpos de dolor

Últimamente me estoy juntando más con gente de la colonia española por aquí, lo que está de puta madre. Y el miércoles pasado la embajada española organizaba un guateque en la Galería Nacional, como celebración de la fiesta nacional y además como inauguración de una exposición conjunta entre ambas instituciones. Total, que allí me planté (en otra ocasión me habría llamado "fascista" sin dudarlo). Obviamente no era mi estilo, mucha gente de postín y peloteo del gremio. Pero tampoco era la primera vez que asistía a algo así. La embajada española es bastante activa en Eslovenia en este tipo de cosas. Aunque mejor no entro a hablar mucho de ellos. En fin, que es una buena oportunidad para tomar por la patilla jamón, chorizo, vino de La Rioja y todas esas cosas, una vez terminados los discursos (que yo personalmente no me paro a escuchar). En estos eventos hay auténticos gorrones profesionales. Da gusto verlos. Yo la verdad es que no les llego ni a la suela de los zapatos. Tampoco me quedé mucho rato, pero sí pasé a ver gratis la exposición. En español se llama "Cuerpos de dolor" y se trata de simplemente una sala del museo que tiene en torno a 15 esculturas religiosas españolas desde los siglos XIV a XVIII, principalmente talladas en madera. Para mí fue de nulo interés, por estar viendo esto toda la vida, pero supongo que para la gente de aquí puede resultar curioso. Además, tienen algún Berruguete o Salzillo. Eso sí, los 5 pavos que de ordinario cobran por ello me parecen a todas luces excesivos.

Unas de las piezas en exposición

martes, 25 de septiembre de 2012

Por fin una visitilla

Desde abril de 2011 no recibía una visita. Durante mi segundo año aquí no vino a verme absolutamente nadie. Pero este tercero ha comenzado muy bien en ese aspecto. Siempre se agradece muchísimo pasar tiempo con tu gente, aunque yo estuviera por España hace poco. Esta vez ha sido Álex, un amigo del pueblo. Vino por motivos de trabajo a Italia, no muy lejos de la frontera con Eslovenia, y aprovechó para pasar el fin de semana en mi segundo país. Así pues, fue una visita exprés. Le organizamos un transfer desde el aeropuerto de Venecia hasta Liubliana con la empresa GoOpti. Yo siempre había tenido reticencias a la hora de usarla, porque hasta el día de antes no te dicen la hora exacta de partida. Pero de todas las empresas de este tipo que han aparecido en Eslovenia en el último año es la más grande y la más profesional con diferencia. Así que a partir de ahora tal vez se convierta en mi empresa de transfers de cabecera. Incluso estos últimos días han empezado a publicitarse en vallas y televisión. Un día y medio fue lo que estuvo Álex. Lo intentamos exprimir al máximo, visitando Bled (y Radovljica de paso) y Liubliana. Pude comprobar una vez más lo muerta que está Liubliana los fines de semana, aunque al final de la noche del sábado encontramos el bar Parlament bastanta lleno. Y, por cierto, por fin vi el "rastro" de Liubliana. Los domingos por la mañana se pone gente a la orilla del río a vender antigüedades. Se pueden encontrar cosas curiosas. En fin, acabamos bastante cansados de patear y supo a poco, pero aprovechamos el tiempo. Si el resto queréis ver estas cosas ya sabéis que os espero con los brazos abiertos. 



lunes, 17 de septiembre de 2012

Aprovechando los últimos días de bici del año

Estos dos sábados que llevo aquí desde que volví me han regalado dos bonitos días soleados.Y yo no podía corresponderles de otra manera que saliendo en bici. El primero de ellos lo hice acompañado de Andrej y fuimos hasta un lugar sobre el que habíamos hablado de ir en alguna ocasión. Se trata de una iglesia que hay más arriba de Kropa, en la aldea de Jamnik. Salí de Zasip, recogí a Andrej y nos dirigimos hacia Kropa sin mayor novedad. Desde allí era lo que yo no conocía. Se trataba de subir por las laderas del altiplano de Jelovica cuatro kilómetros, muy constantes en torno al 7 u el 8 % (supongo), a excepción de alguna rampa más dura. No fue muy duro. Eso sí, Andrej me sacó un poco de ventaja. Pero no me importó. Las vistas desde arriba eran espectaculares. La verdad es que las pocas fotos que hice con el móvil no hacen justicia.

El valle del Sava desde Jamnik

Y este fin de semana pasado no quería dejar pasar la oportunidad de hacer alguna otra subida que no conociera. La verdad es que ya me tengo que romper la cabeza bastante para probar itinerarios nuevos. Pero después de todo no conozco tanto como me creo. Al final caí en la cuenta de una carretera que había subido ya en coche cuando subimos a Golica. Así que cogí el camino a Jesenice y crucé la ciudad entera. Casi al final había un desvío hacia Planina pod Golico, el pueblo a los pies de la montaña. La primera rampa, aún en Jesenice, ya es mortal. Y así se mantiene durante dos kilómetros. Una pendiente constante que está por encima del 10 %. Al bajar vi una señal que decía 12 %, pero yo diría que era más. Los últimos dos kilómetros hasta el pueblo fueron más ligeros. Al volver solo me quedaba duro enfrentarme a mi vieja amiga. El haber subido lo otro antes me sirvió para darme cuenta de algunas cosas. Primero, que no es todo el kilómetro al 14 %. Lo serán los últimos 300 metros. Y segundo, que no es tan duro. Antes era un mierdas. Ahora lo sigo siendo, pero menos.

Ascendiendo hacia Golica

jueves, 13 de septiembre de 2012

Gremo naprej

No queda otra que seguir adelante aunque los momentos actuales no sean los mejores. Siempre llegará el momento en que saldrá el sol. Ayer, para matar un poco el tiempo libre, que ahora tengo mucho, me puse a estudiar un poco de esloveno. Hacía milenios que no hacía esto, y bueno tampoco es que lo hiciera en realidad. Simplemente me puse a terminar uno de los libros que tenía para estudiar el idioma, el cual había dejado aparcado hace ya más de un año. Y noté que ya he progresado mucho sin necesidad de estudiar, porque esto que dejé me resultó muy fácil. No hay muchos materiales para estudiar esloveno, ya que es una lengua minoritaria. Pero sí hay más que suficientes, y mejorando poco a poco. Este libro en cuestión era "Gremo naprej", publicado en 2009 por el Center za Slovenščino kot drugi/tuji jezik, es decir el centro oficial para aprender esloveno. Ellos organizan cursos y son los que realizan el examen oficial. Nunca fui a un curso al principio, y eso que me hubiera gustado, pero por cuestiones económicos no pudo ser. Y ahora pienso en realizar ya el examen oficial, en su nivel intermedio o superior, pero también la cuantía económica me hace pensármelo mejor. Tal vez llegue el momento. Volviendo al libro, sus autoras son Ivana Petric Lastnik, Nataša Pirih Svetina y Andreja Ponivkar y será para un nivel aproximado de B1. Es un poco caro, pero incluye el libro de texto, un minicuaderno de ejercicios, tablas de gramática y cd de audio. Se trata de la continuación de "A, B, C... 1, 2, 3, gremo", el método para niveles básicos y que yo ya hice en su momento. No me compré ninguno de los libros, sino que los saqué de la biblioteca y los fotocopié a un precio asequible. Esta es una de las grandes cosas de Eslovenia, que se pueden fotocopiar libros completos sin problemas. En fin, son libros bastante buenos, con algunas carencias, pero que incluso se pueden usar como autodidacta. Los recomiendo. Hay otros materiales, pero yo no los he usado. Pero sí sigo con tanto tiempo libre me haré con algún otro libro para seguir progresando. No puedo quedarme estancado.



martes, 11 de septiembre de 2012

2.0

Nuevo año, nuevo aspecto para el blog. Hacía tiempo que lo necesitaba y le he dado un pequeño lavado de cara. Algún lector (se dice el pecado pero no el pecador) me había pedido que por favor cambiara el cuadro de texto, y ésta es una de las principales diferencias. He echado el día entero renovándolo, pero tampoco lo he querido cambiar demasiado, para que no perdiese su identidad. Además del color central he añadido algunas secciones a la derecha. Principalmente etiquetas, para que la gente que entre de manera esporádica (pocos, pero haberlos haylos) pueda acceder fácilmente a los temas que le interesen. Para etiquetar todas las entradas del blog he tenido que releerme todas y cada una de ellas, lo que ha supuesto un bonito viaje en el tiempo. Así he podido comprobar que disfruto de mi experiencia aquí, aunque en momentos de incertidumbre laboral como ahora llegue a dudarlo. Otra de las novedades es que podéis inscribiros para recibir nuevas entradas en vuestro correo electrónico cuando se publique algo nuevo. De esta manera no hay que estar pendiente de actualizaciones. También he puesto un buscador. En fin, poca cosa, pero necesaria para renovar el proyecto y las ilusiones inherentes. Re-bienvenidos al nuevo y viejo Dragones y Changarras.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Evro

Ahora que pasa por sus peores momentos voy a hablar un poco del euro. Sabido es por todos que hay mucha gente que colecciona monedas. Yo no le veo mucho la gracia, pero puede ser una afición como otra cualquiera. El caso es que me ha tocado un par de veces hacer la colección de las monedas de euro eslovenas para llevárselas a alguien en España. La primera vez fue hace ya tiempo a una persona que no conocía de nada que me contactó por el Facebook. Este verano, sin embargo, se las llevé a una amiga para un amigo suyo. No es mucho esfuerzo, pero recuerdo que me costó un montón conseguir la de 50 céntimos. De propina, llevé una monera de dos tólares (el tólar fue la moneda de la Eslovenia independiente anterior al euro, que aquí llegó en 2007, siendo el primer país del este de Europa en tomarlo). Os dejo una imagen con las moneditas y explico los motivos de cada una de ellas:


- La moneda de 2 euros nos muestra a Prešeren, el gran poeta nacional y la frase "Živej naj vsi narodi" ("vivan todas las naciones") del himno esloveno.

- La de uno tiene un motivo diferente. Aquí cada moneda tiene motivos diferentes, no como las españolas. Ésta nos muestra a Primož Trubar, pastor protestante del siglo XVI muy importante en la historia eslovena, pues su Biblia traducida fue el primer libro en lengua eslovena. De ahí que su día sea incluso fiesta nacional en un país católico.

- La de 50 céntimos tiene como protagonista a otro de los grandes símbolos eslovenos: el Triglav. Es la montaña más alta del país y un auténtico icono esloveno, ya que es el escudo oficial del país también. En la moneda también leemos el lema "Oj Triglav moj dom" ("Oh Triglav, mi casa"), de una famosa canción.

- Con la de 20 céntimos se cambia un poco, pero también tenemos otra de las cosas famosas eslovenas: los caballos lipizzanos. Estos caballos fueron muy famosos en la época del Imperio Austrohúngaro y proceden de la localidad eslovena de Lipica, donde aún no he estado y espero ir algún día para enrrollarme más sobre ello en una entrada.

- En los 10 céntimos podemos apreciar un diseño del gran arquitecto Jože Plečnik (del que también espero escribir algún día) para el parlamento esloveno que no se llegó nunca a realizar. De ahí el lema "Katedrala svobode" ("catedral de la libertad"). Estaba planeado construirlo en el lugar del castillo de Liubliana. La verdad es que eso habría tenido un resultado espectacular.

- Los eslovenos nos enseñan en la moneda de cinco céntimos una de sus principales pinturas, "Sejalec" del impresionista Ivan Grohar. Ya pude ver en directo esta pintura hace mucho en la Narodna Galerija, pero en la moneda el sembrador aparece sembrando estrellas.

- Para los 2 céntimos eligieron un tema bastante controvertido. Se trata de la "Piedra del Príncipe". Es un resto de columna romana sobre la que se realizaba la ceremonia de coronación del duque de Carantania, primer estado formado por los eslovenos en la Edad Media a caballo entre los actuales territorios de Austria y Eslovenia. La ceremonia se desarrollaba en esloveno, siendo el resto escrito más antiguo de la lengua en algunos documentos de la época. Esta piedra hoy está en el Landhaus (gobierno regional) de la región austríaca de Carintia y ambos países han tenido no pocas disputas por ella.

- Y, por último, en la moneda de un céntimo podemos ver a una cigüeña. Este animal ya era el protagonista de la moneda de 20 tólares.

Por cierto, que en la imagen de arriba se pueden ver otras dos monedas. Una de ellas es la de coleccionista que conmemora el 20 aniversario de la independencia eslovena, en 2011, por valor de 3 euros y obviamente no en circulación. Y la otra de dos euros yo sí la he visto y representa a Franc Rozman "Stane", un comandante partisano de la Segunda Guerra Mundial. Hay muchas otras monedas especiales conmemorativas.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

La Vuelta

Ya estoy otra vez en Eslovenia, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Genial estar de nuevo con Monika y echando de menos a las personas dejadas allí. Pasar tanto tiempo en España después de dos años aquí ha sido, cuando menos, una experiencia emotiva, y he podido disfrutar de los amigos y de la familia de manera más pausada. Espero haber recargado las pilas para una nueva temporada. Estoy aquí para afrontar el que ya será el tercer año, así con la tontería. Manténganse atentos a su pantalla para estar al corriente de todo.

Esta vez hice un nuevo recorrido para viajar a Madrid. Sí, todavía me quedan vías por explorar. El billete lo compré con mucho tiempo, así que me salió por un precio bastante asequible a pesar de ser verano. Y lo que compré fue con Alitalia desde el aeropuerto de Trieste (Aeropuerto Friuli Venezia Giulia o Ronchi dei Legionari, bastante alejado ya de Trieste) a Madrid, con escala en Roma (Fiumicino). La verdad es que la escala es super corta, con lo cual el viaje no resulta excesivamente largo. Bueno, eso al ir, que me llevaron al aeropuerto en coche. Al volver ha sido otra historia. Todo bien hasta Trieste, a pesar de los horarios intempestivos (que por algo son los más baratos). La odisea comenzó allí. Había reservado un transfer con la compañía eslovena DRD. No sé si lo he dicho en alguna ocasión anterior, pero en Eslovenia hay un montón de compañías de este tipo, ya que los aeropuertos del país son una pena y la mayoría de los eslovenos viajan desde aeropuertos italianos o austríacos. Yo ya he usado un par de ellas, y ésta incluso la había usado en una ocasión desde Venecia, sin mayores complicaciones. Pero en esta ocasión, también por mi culpa de haber reservado con muy poco tiempo y de mala manera, todo fue mal. Tenía que esperar un par de horas desde mi vuelo hasta que me recogieran, pero tuve que esperar una hora más porque el autobús llegó con retraso. Son cosas que pasan, pero llamé al teléfono de atención y la verdad es que me daban poca información, lo cual me cabreó bastante. Bueno, el autobús finalmente llegó. Al menos una cosa buena, pagué solo diez euros (que para mí que fueron directamente al bolsillo del conductor) cuando debería haber pagado 20. Pero no me dio billete ni nada. Entré al autobús y la verdad es que la atmósfera era un poco rara. Después, en Italia fuimos por carreteras secundarias y no por autopista. Pero lo peor estaba por llegar. Cuando nos acercábamos a Liubliana entramos en un área de descanso para que algunos pasajeros cambiaran de transporte. Error. Había un enorme control de policía que nos acabaríamos comiendo. Estaban parando a autobuses y furgonetas de países de tradición inmigrante (Bulgaria, Rumanía, Macedonia, Ucrania...). Eslovenia es un cruce de caminos y sus carreteras sirven para conectar el occidente de Europa con el oriente. Les registraban todo, hasta extraían la gasolina del coche para analizarla. Y nos acabó tocando. Una hora y media estuvimos parados porque la empresa no tenía los papeles en regla. Fue una experiencia curiosa, pero lo peor era la falta de información. Hablé con otros viajeros y alguna persona mencionó que no era la primera vez que sucedía esto con esta empresa. Así que si pensáis viajar con ellos, tenedlo en cuenta. Finalmente arrancamos de nuevo y llegué a mi destino: Monika.

Esto es todo lo que vi de Roma :D

Aeropuerto Friuli-Venezia Giulia

Yo dejé Eslovenia como un país más civilizado

lunes, 20 de agosto de 2012

Un chapuzón en el lago

No hay nada mejor para los calurosos días de verano que un chapuzón en el lago. Alejándote de una de las abarrotadas playas puedes incluso nadar hasta la isla y, teniendo mucha suerte, ver a un novio subir con la novia en brazos los noventa y nueve escalones que les separan de la cima.

martes, 17 de julio de 2012

Slavoj Žižek

El libro que me amenizó el trayecto hacia Prekmurje, y al que di matarile entonces se trataba de otro título en español de autor esloveno. Pero en este caso, curiosamente, es un autor que no escribe en esloveno. Estoy hablando de Slavoj Žižek, máximo filósofo esloveno y uno de los grandes pensadores actuales de la "izquierda". Él escribe en inglés, y a partir de ahí sus obras se traducen a otros idiomas, incluído también el esloveno. Así pues, se pueden encontrar muchos de sus trabajos en nuestro idioma. Además, el pájaro está casado en segundas nupcias con una joven argentina que quita el hipo. No sé si vivirá en Eslovenia, pero es profesor titular de la Universidad de Liubliana. Y sí es famoso en el país, pero tampoco tanto. El libro que yo me he leído es "En defensa de la intolerancia", ejemplar de una colección que Público publicó hace tiempo y que me dejó el Buah. Es un ensayo en el que reflexiona sobre quién ejerce el poder en nuestra sociedad y otros temas de contenido social, como por ejemplo las relaciones sociales. Al principio me costó un poco cogerle el ritmo, pero al final me ha acabado gustando mucho. Hace reflexiones muy interesantes sobre los tiempos en los que vivimos. Pero si algo tiene de especial, son sus ejemplificaciones. Por ejemplo, crea una teoría sobre el Tamagotchi fascinante. En resumidas cuentas, que su lectura la calificaría de imprescindible en los tiempos que corren, especialmente para esa gente que necesita quitarse el velo que les cubre la inteligencia. Gente que nunca lo leerá. Os dejo con la portada de la edición que leí (ya que hay otras en español) y con un vídeo sobre una de sus reflexiones más famosas, comparando las grandes culturas europeas y sus retretes (en su gracioso inglés con subtítulos en español). Esto es algo grandioso y que yo, a nivel menor, ya había pensado alguna vez. Que por cierto, yo tengo retrete alemán en mi piso en Liubliana...



sábado, 7 de julio de 2012

Prekmurje

Escribo estas líneas desde Madrid, donde me encuentro para pasar dos meses. Después de casi dos años en Eslovenia me apetecía pasar un tiempo más largo aquí, con mi familia y con mis amigos, para recargar un poco las pilas. Si hay algo negativo en mi experiencia eslovena sigue siendo la falta de amistades. Pero no os preocupéis, volveré a Eslovenia, y con ganas. De eso se trata. No por estar aquí voy a dejar de actualizar el blog, porque algunas cosas se me han quedado en el tintero, y otras sucederán aquí que tengan relación con allí. No en vano la mayor parte de mi vida sigue en ese pequeño país. La última semana con Monini la pasamos en Prekmurje, una de las pocas regiones eslovenas en las que aún no habíamos puesto pie. Se trata de una pequeña región al nordeste, más allá del río Mura (de ahí su nombre), y que hace frontera con Austria, Croacia y Hungría. Se trata de una de las regiones más pobres del país, y sin duda la más agrícola. Es famosa por ser la única parte llana del estado. Que sirvan estas pocas informaciones como aperitivo del reportaje que encontraréis a continuación.


- Primer día: el despertador suena a las cinco de la mañana. Tenemos las mochilas preparadas, nos las echamos a la espalda y subimos al sillín. En bici vamos de Zasip a Lesce, donde empezará nuestra travesía en tren por toda la parte norte de Eslovenia. Acomodamos las bicis y que empiece la función. Leo, dormito, miro por la ventana, leo, voy al baño, vuelvo a mirar por la ventana. Todo para sobrellevar el lento traqueteo de los trenes eslovenos. Poco a poco nos vamos acercando a Prekmurje, dejando atrás importantes localidades como Laško, Celje, Ptuj... Llegamos a Ormož, junto al río Drava. A la otra orilla veo Croacia. El tren continúa y por fin cruzamos el Mura y empezamos a ver las colinas de Slovenske Gorice, donde se producen algunos de los mejores vinos eslovenos. Poco después el relieve se suaviza y por fin apreciamos las llanuras de Prekmurje (de hecho, esta parte geográficamente ya pertenece a Panonia). La predicción para hoy era mala y el cielo ha estado encapotado todo el día. Antes no tenía mala pinta pero cada vez está más gris. Murphy. Diez minutos antes de nuestro destino empieza a llover fuerte. Bajamos en Murska Sobota y no tiene pinta de mejorar. Nos quedan unos 7 kilómetros hasta nuestro destino y no nos queda otro remedio que pedalear bajo la lluvia. Al menos encontramos Moravske Toplice sin mucha dificultad, pero estamos totalmente empapados. Finalmente llegamos a nuestro alojamiento (Hostel Mavrica, barato y de calidad acorde al precio) y comprobamos que el equipaje no está tan húmedo como temíamos. Nos acicalamos rápido y salimos corriendo hacia el balneario. Encima la lluvia ha parado. Prekmurje es muy conocida por sus centros termales y probablemente Moravske Toplice ("las termas de Moravia") sean las termas más famosas de la región. Se descubrieron en 1981 y desde entonces su explotación ha sido inmensa. Tanto es así que incluso se cambió el nombre original del pueblo, que antes se llamaba simplemente Moravci. Todo en el pueblo gira en torno a las termas, con multitud de hoteles y alojamientos. Las principales son Terme 3000, para las cuales hemos comprado unos cupones muy baratos. Allí es donde pasaremos toda la tarde, disfrutando del agua calentita y sus burbujas. También de algunos de sus toboganes, pero no de todos, no de los más arriesgados. Esos quedarán para otro día. Volvemos al hostal anocheciendo y saldremos a dar un paseo para ver un poco más el pueblo.




- Segundo día: la previsión hablaba de una mejora climatológica, pero en las primeras horas de la mañana no parece así. Así que decidimos volver a Terme 3000 a relajarnos. Con el paso de las horas el tiempo mejora totalmente para dar por fin paso a un día veraniego. Me decido a probar ese tobogán amarillo que se puede ver en la foto. Se trata prácticamente de caída libre. Tú te metes arriba en una cápsula, de pie, sobre una trampilla que después se abrirá para dejarte caer y hacer un looping antes de llegar al agua. Lo pruebo dos veces. Se cae muy rápido, pero lo peor es la espera hasta que te sueltan y la frenada en el agua con los genitales. Con uno verde también muy alto y empinado, pero que es abierto, no me atrevo. Como el día ha mejorado mucho decidimos hacer la primera excursión en bici para descubrir Prekmurje. E iremos en dirección nordeste. La llanura de la cuenca del Mura dará paso a un nuevo terreno de colinas, al entrar en el Parque Regional de Goričko. Un auténtico sube y baja, precioso para ir en bici. Monika lo pasa sin muchos problemas. Resulta que Prekmurje no era tan llano después de todo. Llegamos hasta Selo para ver uno de los principales reclamos turísticos de Prekmurje: la "Rotunda". Es una pequeña iglesia redonda del siglo XII. Preciosa. Continuamos un poco más y nos acercamos a la frontera con Hungría. Aquí los pueblos tienen los nombres tanto en esloveno como en húngaro. De hecho, junto a la italiana, la minoría húngara es la otra que existe en territorio esloveno. Hacemos un último esfuerzo para llegar a la frontera con Hungría y hacernos unas fotos. Después volvemos a toda velocidad antes de que caiga la noche. El cuentakilómetros marca 30 kms. recorridos.




- Tercer día: el tiempo nos respetará hasta el final de las vacaciones, así que hoy es el día de probar otro balneario. Preparamos una vez más la mochila y el mapa para pedalear en otra dirección. Hoy toca oeste. El destino, Radenci, otro de los balnearios de la región, a 25 kms. de distancia. El camino es un sinfín de cruzar pueblos interminables dispuestos a lo largo de la carretera. Esperaba ver casas más pobres, pero, como en toda Eslovenia, las casas tienen un aspecto magnífico. Eso sí, hay muchas granjas. Y muchos más campos de cultivo que en cualquier otra parte de Eslovenia. La excepción llega en Rankovci, un pueblo de gitanos. Mucha más gente en la calle. Niños donde antes no se veía a nadie. Y casas de ladrillo visto mal construidas. Estos al menos viven en casas, dice Monika. Es entrar en un mundo diferente. Seguimos nuestro camino y nada más cruzar el Mura está Radenci. Cuatro horas estaremos en sus termas, mucho más pequeñas y con un montón de austriacos. La frontera está muy cerca. Esto es para viejos. Al salir, intentamos ver el pueblo, donde se produce Radenska, uno de los aguas minerales más conocidos de Eslovenia. Pero es muy feo y decidimos volver a "casa". En el camino me paro a fotografiar una de esas construcciones que he visto en tantos pueblos. No sé decir si se trata de iglesias, campanarios o capillas. Ya por la noche veremos el fútbol en el bar de abajo del hostal. Reunión de gañanes del pueblo.Y así comprobaré, más o menos, lo que dicen todos los eslovenos. Ni ellos mismos son capaces de entender a la gente de Prekmurje cuando habla.




- Cuarto día: hoy el día comenzará también con una última excursión en bici. Toca probar el sur, también hasta el río. Otra vez cruzar muchos pueblos y consultar en numerosas ocasiones el mapa. La primera parada la hacemos cerca, en Bogojina, para ver una iglesia de Jože Plečnik, el famosísimo arquitecto esloveno que dio forma a Liubliana. La iglesia es, sin duda, algo diferente. Más tarde pasamos Beltinci, una de las poblaciones más grandes de Prekmurje y de donde es Vlado Kreslin. Un poco más allá llegamos al Mura y su Otok ljubezni ("la isla del amor", toma ya). Visitamos uno de los pocos molinos de agua que quedan aún, de los muchísimos que había antes. Es enorme y aún produce harina. Al lado también hay una balsa que sirve como medio de transporte para cruzar el río, previo pago de la tarifa. Esto me lleva a tiempos medievales. En el camino de vuelta nos paramos a comer en el restaurante Oaza ("oasis), al lado de un pequeño estanque. Es superpijo, pero también muy barato. Una vez más puedo comprobar lo barato que es comer fuera en Eslovenia. La comida la he acompañado con un Brizganec, una bebida típica de aquí que mezcla el vino de Lendava, otra de las principales poblaciones de la zona, con gaseosa. Finalmente, volvemos a Moravske Toplice (otros 50 kms. en las piernas), para disfrutar una vez más de Terme 3000. Y hoy por fin me atrevo a probar el tobogán verde. Sin pensarlo mucho me tiro, que si no luego me rajo. Tampoco es para tanto. El otro era peor. Para cerrar el día salimos a comer Gibanica, el postre típico de Prekmurje. Tenemos que esperar una barbaridad, porque el bar está colapsado por los jugadores del NK Maribor, el equipo de fútbol más importante de Eslovenia. No, no está colapsado porque les pidan fotos y autógrafos, sino porque han pedido muchísimas pizzas. Por lo demás, nadie les hace ni caso. Me imagino a los jugadores del Madrid en un bar de pueblo en España...







- Quinto y último día: último amanecer en Prekmurje. Sólo queda hacer las mochilas y montarnos en las burras para volver a Murska Sobota. Murska Sobota tiene unos veinte mil habitantes y es la "capital" de Prekmurje. Está muy cerca del río y su nombre siempre me ha hecho mucha gracia, ya que se podría traducir por algo así como "sábado en el Mura". Nos damos una vuelta para verla un poco. Se trata de una ciudad de provincias, pero en ciertos aspectos bastante diferente al resto de ciudades eslovenas que he visto. Y no sabría muy bien decir por qué. En cuanto a monumentos, poco que ver. La plaza principal tiene un monumento que recuerda la liberación de la ciudad por parte de los rusos durante la Segunda Guerra Mundial. Y detrás, un bonito parque con un palacio. Y eso es todo, sólo queda volver al tren para iniciar el recorrido de vuelta, interminable y donde tendremos que coger hasta cuatro trenes. Han sido unas magníficas vacaciones.




martes, 19 de junio de 2012

Dirka po Sloveniji 2012

Y un año más llegó la vuelta ciclista a Eslovenia.


Y otro año más me eché a la cuneta en un par de ocasiones.


Como dije en la entrada anterior el sábado pasado era el día de Pokljuka, puerto de montaña al lado de Bled  y por el que nunca había pasado, ni siquiera en coche. ¿Qué mejor excusa que el paso del pelotón por allí para estrenarme? Así salí de Zasip y... ¡lo conseguí! Dije, y así lo pensaba de verdad, que no lo lograría. Nunca había subido un puerto de montaña duro de verdad y empezaba a dudar de que fuera capaz de ello, vistas mis prestaciones en subidas más llevaderas. Los datos de la escalada, ninguno de los que dije el otro día. Y tampoco los que venían en el libro de ruta de la prueba (que decía 20 kms. -¿de dónde se los sacan?- al 4,05 % de media), donde era catalogado como puerto de primera categoría. Según las señales eran 8 kilómetros de ascensión, y según mis apreciaciones yo diría que la media se situaría en torno al 6 % mínimo, si no más. Eso sí, un poco antes había un par de kilómetros también muy exigentes. La subida empieza fuerte, con 3 kilómetros muy constantes al 12 % que dan paso a un descansillo que es una bendición. En ese inicio ya tuve que empezar a subir zigzagueando (de hecho, hice 10 kilómetros de subida por eso). Pero conseguí aguantar y no cebarme. Sabía que en algún momento llegaría un descanso. Y vendría como agua de mayo. Eso sí, éste dio paso a otros tres kilómetros aún más exigentes, con rampas de incluso el 18 %. Yo seguí a mi ritmo, pensando aún que en algún momento tendría que echar pie a tierra. Pero los metros pasaban y yo continuaba sintiéndome bien. Sólo en algunos momentos lo pasé peor porque se me dormieron el gluteo izquierdo y la entrepierna. La espalda me dolía un poco, sí, pero nada horroroso. Y la respiración la supe controlar muy bien. Creo que esa fue la clave. En un momento dado la pendiente bajó un poco, volviendo a respirar aliviado. Y poco después vi el cartel que señalaba 500 metros para coronar. En ese momento me supe vencedor. Os podéis imaginar mi satisfacción. Una hora necesité para subir desde los 616 metros de altitud de Krnica, el pueblo donde empieza la ascensión, hasta los 1.255 de la pancarta de la montaña. Bueno, en realidad no había pancarta. Continué un poco para ver como es Pokljuka, de la que tanto había oído hablar. Mucho bosque y algún hotel por aquí y por allá. Bajé con el tiempo justo a esa rampa del 18 % para ver pasar a los ciclistas. Primero un grupo de escapados y después el pelotón, con los a la postre protagonistas Pozzovivo (del equipo Colnago, que ganó esta etapa) y Janez Brajkovič (Astaná), el mejor ciclista esloveno actual y que ganaría la vuelta al día siguiente. Después de ello continué con la bajada. Si nunca había subido un puerto evidentemente tampoco lo había bajado. Y los frenos de mi bici no son los mejores, así que no bajé muy rápido y a pesar de ello me llevé algún sustillo. Y también me hice con algunos botes que los ciclistas habían tirado durante la ascensión. ¡Siempre había querido hacerlo!

Un Sava, el equipo de Kranj,
sufriendo en el rampón

La vuelta a Eslovenia terminaba con una contrarreloj en Liubliana, más larga que la del año pasado. Allí me planté al solazo durante un par de horas para echarles unas fotos a los ciclistas y ver salir, pasar y llegar a todos ellos. Tanto salida como llegada estaban en Kongresni Trg, mientras que el circuito pasaba por diferentes partes del centro. La contrarreloj se la llevó el esloveno Koren (Liquigas). Me alegré por él. Aún recuerdo la decepción en su cara cuando el año pasado quedó segundo. Y Brajkovič confirmó su victoria en la clasificación general, aunque de manera muy justa (6 segundos), después de un pobre rendimiento contra el crono. 

Meta
Brajkovič calentando para la victoria
Klemen Štimulak, joven ciclista del equipo
esloveno Radenska, y el Nebotičnik,
el rascacielos de Yugoslavia
Un Liquigas y el ayuntamiento
Marko Kump, del Adria, equipo organizador de la vuelta,
con Prešeren

Un placer poder disfrutar de ciclismo en vivo otra vez. Creo que este año la vuelta a Eslovenia ha dado un paso más al frente. Han venido cinco equipos Pro-tour y buenos nombres. Muestra de ello son los ganadores, los ya mencionados más Ponzi (del Astaná) e Impey (Green Edge). Ha salido una prueba de mucha calidad. Tal vez le faltara un final en alto. A ver si en la próximo edición lo hay e intento yo también
conquistarlo.

El podio final