domingo, 31 de julio de 2011

Dopust

El interés por este mi blog va bajando a pasos agigantados. Pero bueno, es algo con lo que había que contar. Creo que ya sólo se mantienen al pie del cañón los más fieles y algún que otro despistado que llega a aquí "googleando" cosas de Eslovenia en español. Al fin y al cabo, mientras a mí me queden ganas de seguir escribiendo, eso es lo más importante. Esta entrada también viene con tiempo de retraso, pero a partir de ahora espero volver a ponerme al día. Y en ella voy a hacer un breve resumen de las tan deseadas vacaciones después de este primer año (¡casi ya!) en Eslovenia. Llevaban ya bastante tiempo planeadas y nos costó ahorrar para ellas, pero finalmente las pudimos disfrutar a tope. Fueron diez días a mediados de julio, primero con una semana en Londres y después con tres días en Istria (Croacia).


Mi hermana y su marido viven en la capital inglesa desde enero, así que era visita obligada, ya que desde Eslovenia o alrededores hay multitud de posibilidades de vuelos baratos. Nosotros finalmente elegimos el aeropuerto de Klagenfurt, que es la capital de la Carintia austríaca y está a escasos cincuenta kilómetros del pueblo de Monika. Sus padres nos llevaron en coche, cruzando esa frontera por Ljubelj de la que hablé hace no mucho. Me llamó mucho la atención que por el lado austríaco, Loibl, que así es como lo llaman los austríacos, es mucho más puerto de montaña. Y más aún me sorprendió el estrambótico y bizarro monumento a Jörg Haider (el antiguo líder de la ultraderecha de Carintia y gran enemigo de la minoría eslovena en Austria, negando sus derechos al bilingüismo) en el lugar de su fallecimiento en accidente de coche, ya a escasa distancia de la ciudad. Después del pertinente retraso del avión, llegamos al aeropuerto de Stansted y desde ahí nos encaminamos a la gran ciudad. Yo ya había estado en Londres, pero tan sólo un par de días de paso en uno de mis anteriores viajes a Eslovenia. La verdad es que no me gustó nada la ciudad: demasiada gente, demasiadas tiendas, demasiado tráfico, etc. Pero esta vez iba con una mentalidad un poco más abierta y he cambiado bastante de parecer. Sí, es agobiante, pero probablemente Londres sea la ciudad por excelencia en todo el mundo. Allí se puede ver absolutamente de todo. Tuve mucho más tiempo para apreciar la ciudad con calma, y nos metimos una buena sesión de museos (que si la Piedra Rosetta, que si "El matrimonio Arnolfini"...), de paseos y de todas esas cosas que se hacen cuando se es turista. Además, un día hicimos una excursión a la costa meridional, visitando Brighton (impresionante palacio e impresionante muelle) y el perdido y sorprendente pueblo de Arundel. Una buena semana, sin duda.

Con las ganas me quedé de probar el Atlántico. Me tuve
que conformar con mojar los pies

Al volver, y tras un breve paso por casa nos encanimos hacia Croacia, más concretamente hacia la Península de Istria. Istria es la península más importante del Adriático, empezando en el Golfo de Trieste y llegando hasta Rijeka, pasando antes por Pula al hacer el "triángulo". Así pues, la costa eslovena forma parte de Istria. No en vano, Koper, la capital de la costa eslovena, tiene por nombre italiano (en toda la costa eslovena son oficialmente bilingües) Capodistria, o "cabeza de Istria". Cruzamos la frontera esloveno-croata muy cerca de la costa y nos dirigimos hacia nuestro destino: Vrsar. Por la carretera me sorprendió mucho la cantidad de bosque que hay allí. No sé por qué, pero yo me esperaba un paisaje mucho más árido. Ingenuo de mí. Vrsar, u Orsera en italiano (sí, en esta parte de Croacia también hay bilingüismo), es un típico pueblo istriano, con su aire veneciano y su iglesia en el punto más alto. Y también con su absoluta dedicación al turismo de playa en la época veraniega. Aquello estaba hasta arriba de italianos, holandeses y alemanes. Nos alojamos en un pequeño camping (que, por cierto, era la primera vez que hacía eso) muy cerquita de la playa. Poco que contar de lo que hicimos esos días: playa (de piedra y bosque, claro está), algún paseo por el pueblo y comer pescadito frito. Nunca vienen mal unos días de descanso. A la vuelta, hicimos una pequeña parada para ver el cercano canal de Lim, que en las excursiones turísticas también se atrevían a llamarlo fiordo. Más bien es una ría y a mí me impresionó bastante, ya que nunca había visto algo así. Istria tiene mucho más que ofrecer, pero ya hay otra visita planeada para más adelante y con más detalle, de la que hablaré en su debido momento.

El Adriático desde el casco antiguo de Vrsar


Lim

domingo, 24 de julio de 2011

Festivali


Este entrada debería haber aparecido hace algunas semanas, pero, como justo decía hace poco, esto va por rachas. Y en ella quería mostrarme algo melancólico por el inicio del verano, que definitivamente me pilla lejos de donde solía pasarlo: la provincia de Segovia. Cosas de hacerse mayor. Echo de menos esos días sin hacer nada pero en los que no existe el aburrimiento y las fiestas de los pueblos (aunque ésto, para ser sincero, me da bastante igual desde hace unos años). Pero no os creáis que aquí en Eslovenia no existen las fiestas de los pueblos. Las hay, y muchas, gracias al marcado poblamiento rural del país. Eso sí, son bastante diferentes. Son más bien festivales, o tal vez se acerquen a algo que también tenemos allí y que son las semanas culturales. Esto es algo que pude apreciar el primer fin de semana de julio en diferentes eventos.

Ya era hora de que pusiese un dragón e
hiciese honor al título del blog.
Este, del Kovaški Muzej de Kropa

Ese viernes nos acercamos a Radovljica, que durante esa noche y la siguiente celebraba “Ko Radovljica se zaživi”, que no pasa de ser un festival de música englobado en los muchos acontecimientos culturales que se programan a lo largo de todo el verano en el municipio. Mucho ambiente y mucha gente joven para ver a unos cuantos grupos eslovenos, alguno de ellos conocido. Lo pasamos bastante bien y por fin pude ver en directo a John Doe, la banda de Aleš, un buen amigo de Monika al que ya había visto en formato acústico unas cuantas veces en algún pub en compañía del cantante del grupo. Tocan muy bien, pero la pena es que prácticamente sólo hacen versiones y de rock clásico, que no es que sea uno de mis géneros favoritos. Pero bueno, acaban de empezar y les queda mucho camino (y no puedo evitar en estas ocasiones, la añoranza de No me jodas). Después de ellos cerró la noche Tabu, una de las bandas eslovenas de pop rock más famosas. La verdad es que me gustaron mucho, a pesar de no haber escuchado más que alguna canción en la radio. Me sorprendió para bien una muy buena versión de Rihanna y para mal un poperizado “Enter sandman” de Metallica.

John Doe

A la mañana siguiente nos acercamos a Kropa, que celebraba el día grande de su “Kovaški šmaren”, el festival que recuerda la importancia histórica del pueblo como foco industrial en la forja de hierro. Ya había estado algunas veces por allí, como bien sabéis, pero lo cierto es que no me había acercado nunca al centro histórico. Todo en el pueblo está relacionado con la forja y tiene una cantidad enorme de forjados preciosos decorando el pueblo. Esto lo pudimos apreciar con Edina y la gente de Kresnička en una visita en la que ademas pudimos ver el museo en el que se conservan numerosas piezas, las casas antiguas en las que los trabajadores vivían en penosas condiciones y las diferentes fases en el proceso de la forja. Siempre muy interesante ver cosas así, en las que además uno se da cuenta de que actualmente no sabemos ni hacer la o con un canuto. También pude probar una bici diferente y hacerme con una guía sobre el municipio de Radovljica (al que Kropa pertenece) en inglés por un euro (ya me la leí y la verdad es que está muy bien, y si no me creéis la podéis ver en este enlace: http://www.radovljica.si/podrocje.aspx?id=142).

Con esta bici no creo que me hiciese tantos kilómetros

Y el domingo, ya en Liubliana, nos acercamos a la inauguración del Festival de Liubliana, que cada verano trae diferentes músicos prestigiosos a la capital. La inauguración se realizó en la recién inaugurada (después de muchos años en obras; de hecho yo nunca la había visto aún) Kongresni Trg, una de las principales plazas de la ciudad. Las orquestas filarmónicas de Eslovenia y Croacia, junto a muchos coros (más de mil músicos en total) interpretaron la octava sinfonía de Mahler, compositor al que se le están dedicando numerosos eventos este año en la ciudad, como efeméride de su paso por ella. Además, el concierto también servía como celebración del veinte aniversario de las repúblicas independientes de Eslovenia y Croacia (que fue el pasado 25 de junio, justo el día en que se reabrió la plaza), de ahí que tocaran las orquestas de ambos países. Había muchísima gente y la verdad es que el sonido tenía muy poca potencia. Así que después de estar una hora y ver que tampoco se podía disfrutar en condiciones nos marchamos para casa. Ya habrá tiempo de disfrutar de más festivales de estos.

Kongresni Trg a reventar

miércoles, 6 de julio de 2011

A brief history of Slovenia

Este título lleva otro libro que me he leído sobre la historia de Eslovenia, y también en inglés. Últimamente he estado profundizando en las bibliotecas eslovenas (que tienen un catálogo centralizado para todas las bibliotecas del estado, lo cual me parece cojonudo) para encontrar más libros sobre el tema, por una cosa que ya comentaré en su debido momento. Y así encontré esta otra obra, que básicamente cubre también toda la historia eslovena, y pude cogerla gracias al carné de Monika. Pero presenta muchas diferencias con "The land between...". El autor es sólo uno, Janko Prunk, al que se le ve mucho el plumero sobre sus presupuestos ideológicos (la crítica a las ideas yugoslavas es feroz). Me es difícil decidir si un historiador debe mostrar sus opiniones en un libro. Diría que no, porque el trabajo parece mucho menos profesional, pero también es verdad que es imposible no ser subjetivo y más en temas tan recientes. Así pues, este libro lo definiría como divulgativo para el público general y en absoluto como un trabajo de historia. Prunk se llega a citar a si mismo en el libro como parte importante en el proceso de independencia eslovena, lo cual, aunque sea algo cierto, me parece un poco pretencioso. Pero sí es verdad que ha ocupado cargos de importancia en la Eslovenia independiente. El libro, de en torno a las 250 páginas, pasa muy por encima toda la historia hasta el siglo XX, con lo cual, si no me hubiera leído la otra obra, no me habría enterado de nada. Después se centra bastante más en la centuria pasada y en la Eslovenia actual, resultado de la independencia respecto a Yugoslavia y la "Guerra de los diez dias" (en la que hubo sesenta víctimas). Una parte a destacar es el espacio dedicado a las minorías eslovenas fuera del territorio esloveno, tema muy interesante. Minorías eslovenas hay en Italia, Austria y Hungría, que quedaron fuera del estado esloveno a medida que se fue formando. Además, también son importantes las minorías en Argentina, Estados Unidos, Canadá y Australia, debido a las migraciones del siglo XX (especialmente causadas por la guerra civil interna que se produjo durante la Segunda Guerra Mundial).

La portada del libro, con "Sembrador",
uno de los principales cuadros de la
pintura eslovena, concretamente del
impresionista Ivan Grohar

sábado, 2 de julio de 2011

Prostovoljci v Novem Mestu

Igual que en diciembre tuve aquel curso en Goriška Brda, aún debía tener otro durante el voluntariado. Este otro curso es una evaluación a mitad del proyecto, y por tanto lo debería haber tenido en abril. Pero desde la agencia nacional eslovena accedieron a cambiármelo, ya que justo cuando se desarrolló estaban aquí Eduardo y Antonio. Y al final lo he acabado haciendo a principios de esta semana, con siete meses ya realizados y dos aún por completar. Últimamente estoy un poco cansado en Kresnička, supongo que por la acumulación de tiempo y que me he dado cuenta de que no quiero trabajar con niños en general, al menos no en otro idioma que no sea el mío (es bastante frustrante no poder expresarte con normalidad con ellos). Además, ahora hay una niña a la que no le gustó nada, lo que hace más difícil la tarea. La verdad es que tengo muchas ganas de pasar página y terminar el voluntariado, pero bueno, sólo quedan dos mesecitos y además de verano, con actividades bastante más relajadas. En el curso que me perdí en abril estaban prácticamente todos los voluntarios con los que coincidí en el de inicio del proyecto, así que estaba bastante a la expectativa de qué tipo de gente me iba a encontrar en este. Pero al final ya conocía a algunos, y me lo pasé bastante bien, echándome unas buenas risas. Conocí a gente para la que el SVE también es una excusa para sobrevivir en Eslovenia, y coincidí con la chica española de Hraše, además de conocer a otra voluntaria española que vive en Liubliana. Eso sí, algunas sesiones fueron un poco coñazo, con temas que ya me resultan muy repetitivos. Por otra parte, al ser en verano, deseaba con todas mis fuerzas que fuese en la costa, pero el lugar elegido fue Novo Mesto. Tampoco fue una decepción, ya que nunca había estado en esta ciudad. Novo Mesto es la "capital" de la región de Dolenjska (aquí la división en regiones es sólo en términos estadísticos y administrativos, ya que no hay gobiernos regionales) y quinta ciudad del país, con alrededor de cuarenta mil habitantes. La ciudad es interesante, ya que tiene el centro histórico totalmente rodeado por una curva de herradura del río Krka, pero la verdad es que no tiene mucho que ver aparte de la catedral y la plaza principal. Y en la misma plaza principal fue donde nos alojamos, en el interesante Hostel Situla, que toma el nombre del principal resto arqueológico prehistórico esloveno, el "Vače Situla" (de la cultura de Hallstatt). La ciudad estaba bastante muerta, pero la coordinadora del curso nos había preparado una sorpresita: un paseo en barca por el río alrededor del casco antiguo, que la verdad es que estuvo muy agradable. Refrescante, sobre todo meter los pies en el agua gélido y verde del Krka. El paseo estuvo acompañado de una degustación de Cviček, el vino con denominación de origen de esta parte de Eslovenia y que es muy ácido. A mi no me gusta el vino, salvo mezclado, así que me pareció bastante asqueroso. En fin, que una vez más no está nada mal tomarse unos días descanso, más si cabe si es a gastos pagados.

El Krka abrazando el casco antiguo