domingo, 27 de marzo de 2011

The land between: a history of Slovenia

Desde hace unos años, con todas las vueltas que ando dando, siempre me gusta conocer un poco más de la cultura de los lugares donde doy tumbos (como a todo el mundo). Cine, literatura, historia, etc. Y con Eslovenia estoy llegando al clímax de todo esto, ya lo véis en el blog. Sobre todo me parece realmente interesante su historia, de la cual tenía prácticamente idea nula antes. Así que decidí que eso había que cambiarlo y me pusé a buscar bibliografía sobre el tema. Pero, igual que con la literatura, e incluso más, me di con el muro de la imposibilidad de encontrar material en español. Se puede encontrar mucho sobre Yugoslavia y los Balcanes, pero algo concreto sobre Eslovenia es prácticamente imposible. De hecho, lo único específico que encontré sobre mi país de acogida fue un manual en inglés. Quinientas y pico páginas que me he metido para el cuerpo en otro idioma. No era la primera vez que leía algo en inglés, pero nunca lo había hecho con algo tan grande. He aprendido bastante con el libro, que es un resumen de toda la historia del territorio actual de Eslovenia, desde los primeros asentamientos prehistóricos hasta la independencia final del país. Algo más de dos meses de viajes en tren me ha llevado la tarea (y siestas muy ricas me ha proporcionado). Estoy contento de haber leído el libro, al menos me ha dado una idea básica de las líneas generales de la historia eslovena, pero también me pareció decepcionante en muchas partes, ya que se centraba más en la historia general de los "imperios" que dominaban su territorio que del pueblo esloveno. Como anécdota: siempre le contaba a Monika al llegar a casa lo que había leído ese día, para hablar un poco sobre ello, y un día le dije: "Joder, que mierda de capítulo he leído" y ella adivinó sin pestañear quién lo había escrito (está escrito por profesores eslovenos, y algunos son profesores de su facultad). La historia eslovena es apasionante. Desde la llegada de los eslavos a los Balcanes hacia el siglo VII  los eslovenos siempre han estado dominados por potencias extranjeras salvo en el Reino de Carantania (especialmente los Habsburgo y el imperio austrohúngaro, pero también Napoleón, Italia y Yugoslavia), y no ha sido hasta hace veinte años que lograron la independencia absoluta. El pueblo esloveno siempre ha estado dividido, perteneciendo a varios imperios a la vez, así que os podéis imaginar que actualmente todavía tienen varias disputas fronterizas con casi todos los vecinos, si no diplomáticas, al menos culturales.

Hasta la vista, tochazo


Por lo demás, sigo con el ritmo de mucho trabajo. Con el voluntariado creo que puedo decir por primera vez que estoy muy contento, porque ahora no dejamos de recibir chavales y además he empezado a trabajar también con otros jóvenes de los alrededores, no sólo con los que viven en la casa. Los jueves tengo un taller para enseñar español y los viernes juego en la calle con niños con problemas. Y ayer por ejemplo, hicimos una acción de promoción en un centro comercial, con payasos, juegos y toda la hostia, y lo pasé bastante bien. Con las clases, pues cada vez más ocupado. En esa otra academia que me hicieron la entrevista me cogieron, pero ando esperando a que me den algo. He empezado con una chica a darle clases particulares, que me contactó por las anuncios que puse cuando vine aquí (¡así que todas esas caminatas que me pegué poniendo carteles sirvieron para algo!). Y la oposición ni me dejaron hacerla, porque no tenía suficientes puntos (total, sabía que no tenía ninguna posibilidad)... Así que bastante ocupado, pero ¡qué ganas tengo de las visitas que se acercan!

sábado, 19 de marzo de 2011

Kolo je nazaj

Lesce - Bled - Koritno - Bodesče - Lancovo - Radovljica - Lesce - Bled - Zasip. Parece mucho pero no es tanto. Algo más de veinte kilómetros es lo que he hecho en una hora y cuarto después de estar varios meses sin salir a rodar en serio con la bici. Tenía pensado hacer algo un poco más largo y pasar por más lugares que no conozco, pero mucho me temo que soy bastante iluso y que pienso por encima de mis posibilidades. Y así me ha ido. He ido fatal desde el principio, porque como me siempre me he cebado demasiado nada más empezar. Me ha pasado nada más salir de Lesce, en la cuesta de entrada a Bled al cruzar el río. Ya he ido muerto el resto del tiempo. Pero más o menos he podido sobrevivir porque el terreno ha aflojado en los siguientes kilómetros. He cruzado Koritno y Bodesče, y después de un descenso infernal hacia el río (no bajo rápido porque algún día debería arreglar los frenos de la bici), he entrado en lo poco de la ruta que no conocía. Y cuál ha sido mi sorpresa que la carretera ha dado paso a un camino sin asfaltar, poniéndome perdido de barro. Gajes del oficio. He pasado la aldea de Lancovo y después cuestón para subir hasta Radovljica (donde ayer por la noche estuve viendo una representación de "Planinska roža", una opereta del compositor esloveno Radovan Gobec) y Lesce. Lo he aguantado pero he terminado totalmente mareado y he decidido pararme. Segundos después estaba vomitando en la cuneta (es lo que tiene haber comido sólo una hora antes y exigirse demasiado). Pero al menos me he encontrado mucho mejor y he continuado ya de regreso a Zasip tranquilamente. He llegado a Bled por el mismo camino que antes y me he tenido que bajar de la bici un poco en la cuesta, porque psicológicamente ya no daba más de sí. Y después, ya creyendo que lo peor había pasado, de Bled a Zasip hacía un viento impresionante que me ha terminado de desgastar del todo. Así que en el repechillo de entrada a Zasip he repetido la operación de bajarme y andar. Sí, ha sido un poco fracaso. Pero he vuelto a coger la bici, que ya había ganas. Además, aprenderé a dosificarme un poco más. Próximamente más historias "escatologicobicicletísticas".

A falta de imágenes de hoy, una de la opereta,
cuando cantaba un compañero mío en Kresnička

viernes, 18 de marzo de 2011

Trst je naš

“Trieste es nuestro” es una frase recurrente en la cultura eslovena. Y es que Trieste, actualmente en la Italia fronteriza, si bien nunca estuvo habitada por una mayoría eslovena siempre fue un enclave importantísimo para la nación eslovena, tanto para su economía como para el desarrollo de su sentimiento nacional. Y quedó apartada para siempre de Eslovenia tras la I Guerra Mundial, a pesar de contar con más del 30 % de población de este origen. Actualmente todavía existe una minoría eslovena allí. Pero ya caerá más chapa histórica sobre Eslovenia otro día. Si hago esta entrada es porque hace unos días por fin vi “Trst je naš”, un cortometraje del que había visto el trailer hace tiempo y que tenía muchas ganas de ver. Es un corto de 2009 escrito y dirigido por Žiga Virc, un estudiante de cinematografía de la Universidad de Liubliana (probablemente se trate de su tesis). La verdad es que me parece que está hecho de manera magistral. Da la impresión de ser una buena producción y sale algún actor esloveno conocido. El argumento me parece muy original y graciosísimo, sobre todo si conoces la cultura y la historia eslovenas. Trata del típico viejete nostálgico que, recordando la II Guerra Mundial, pretende devolver Trieste a Eslovenia. Lo vi, por supuesto, en esloveno, con los subtítulos en inglés, cortesía de mi vecino Tadej, que es un máquina y los hizo expresamente para mí ante la imposibilidad de encontrarlos en internet (que por cierto, no lo he dicho, pero desde hace unas semanas ya estamos totalmente instalados en Liubliana porque Monika encontró un trabajo aquí). Si alguien tiene curiosidad por verlo, que me lo pida y se lo paso.


No es la primera película eslovena que he visto. Ya mencioné en la entrada anterior la antigua “Vesna”, con su argumento ñoño pero dulce y entretenido sobre unos jóvenes tratando de copiar para “matura” (la selectividad de aquí) y de conquistar a la guapa hija del profesor. Muy interesante ver imágenes de la Liubliana de los años 50. Por cierto, que tiene una secuela, lo que me parece la hostia tratándose de una película tan antigua. A ver si la consigo para echarla un ojo. Y hace ya tiempo, antes de que me viniese aquí, vi un par de películas eslovenas modernas, “Slovenka” y “Petelinji zajtrk”. Tienen algunas cosas en común: típico cine independiente centroeuropeo con muchísimos silencios y en el que fuman un huevo. “Slovenka” (“eslovena”) va sobre una estudiante prostituta durante la presidencia eslovena de la Unión Europea y no me pareció muy allá. Pero “Petelinji zajtrk” (“el desayuno del gallo”) me encantó. Trata sobre los amores y desamores de un grupo de gente, con un viejo que es un personaje grandioso. La verdad es que el argumento no es nada del otro mundo, pero me gustó mucho, y es ya todo un clásico del cine esloveno. Y por hoy creo que ya está bien, que ya he mencionado demasiadas veces Eslovenia (mierda, otra más).


* Tenía esta entrada escrita desde hace unos días, pero no la había podido publicar. Ayer (en realidad fue el lunes) se nos llevó el coche la grúa porque lo había dejado aparcado mal creyendo haberlo hecho bien. 155 euros ha costado la broma. Os podéis imaginar cómo me siento después de no tener un puto duro y matarnos a currar para sacar una pasta extra. En fin, una experiencia más, que daría para una entrada más que de sobra, pero se quedará en el tintero, que me gusta regodearme en mi mierda pero no tanto.

domingo, 13 de marzo de 2011

Recargando

Pues ya era hora, sí. Si no he vuelto a escribir antes ha sido en parte por desidia y en parte por rutina, porque no es que haya hecho mucho en las últimas semanas, aparte de desear con muchas ganas que se fuera el frío de una vez, cosa que parece empezar a suceder. En Kresnička las cosas están un poco más animadas últimamente, ya que ahora mismo tenemos un par de adolescentes (uno de ellos de Estados Unidos, con una historia hollywoodesca de venir a ver a una chica que conoció por Facebook) y parece que voy a empezar un taller de español con jóvenes de la zona, cosa que me motiva. Y las clases de español siguen su curso, con la novedad de que tengo por fin mi primer alumno on-line y de que dejé una de las academias en las que trabajaba, porque se estaban aprovechando de mí. Además, mañana mismo tengo una entrevista de trabajo y en un par de semanas una oposición para un puesto del gobierno español para el cual creo no tener muchas posibilidades. Hace ya tiempo que decidí que después de verano seguiré por aquí, así que tengo que empezar a buscarme las castañas.

Fotaza en Maribor

Y si la rutina se rompió es porque el fin de semana pasada estuvimos por Maribor, la segunda ciudad de Eslovenia y que ninguno de los dos habíamos visitado. Aunque en realidad fuimos a Maribor para ir a Ptuj, que es donde se celebra el Carnaval más famoso de Eslovenia, y probablemente también el que sea el festival esloveno más importante. Las dos ciudades están bastante cerca la una de la otra (a unos veinte kilómetros, que aquí eso ya es cierta distancia) y si pernoctamos en Maribor fue porque allí teníamos alojamiento. Nos quedamos en el cuco ático de una pareja de EVS polacos, Olga y Michal, a los que también conocí en aquel curso de formación. Llegamos a Maribor el viernes por la noche y, después de juntarnos con Zoltan, otro EVS, estuvimos conociendo algunos pubs de la ciudad y tomando unos cuantos Bambus (que así llaman al calimocho aquí, para los que os creíais que el calimocho sólo existe en España). Acábamos en Pekarna, la zona alternativa de Maribor muy al estilo de Metelkova en Liubliana y donde estos tres ejercen como voluntarios. No salgo mucho de fiesta aquí en Eslovenia. De hecho, prácticamente nada. Y la verdad es que me lo pasé realmente bien. El sábado por la mañana una vuelta por el centro de Maribor, que es una ciudad de provincias típica del antiguo imperio austrohúngaro, y poco después para Ptuj, que es a lo que fuimos. ¡Error! ¡Cagada total! No habíamos mirado mucho el programa de festejos del Kurentovanje (que así se llama el festival, por los "kurenti") y cuando llegamos a Ptuj la decepción fue absoluta, porque no había ni dios ni nada que hacer hasta por la noche. Así que Monika y yo nos disfrazamos de árboles para nada. Y mira que yo no soy muy de disfrazarme, pero esta era una ocasión especial (conocí a Monika con este disfraz, que aunque suene muy romántico no lo es nada). Entonces, lo que hicimos fue sin ver prácticamente nada de Ptuj (que tiene el título de ciudad eslovena más antigua; ya habrá otra ocasión) volver para Maribor y lo que hicimos fue una tarde-noche de relax viendo un par de películas con Olga y Michal, que son dos auténticos entendidos y apasionados del cine. Empezamos con "Vesna", una película eslovena de los años 50 y que estaba bastante bien (ya hablaré en alguna entrada del poco cine esloveno que conozco), y terminamos con una película moderna polaca, muy interesante pero también un poco perturbadora ("Dom zly" me recuerda Monika que era el nombre).

Dos árboles tristes en Ptuj

Y para terminar, el domingo por la mañana otra vuelta por Maribor para hacer algunas fotos y un rato para Ptuj como habíamos planeado el día anterior. Y es que éste era el día del desfile de carnaval, con todos los "kurenti", que era lo que queríamos ver. El festival celebraba este año su 51 edición, pero es una tradición mucho más antigua. Los kurenti son una especie de demonios, vestidos con pieles de oveja y cencerros, que bailan para ahuyentar al invierno. En Eslovenia son toda una institución y ese sentido del carnaval como fin del invierno tiene mucha importancia aquí, igual que en otros países más al norte. Cuando llegamos, con la hora pegada al culo, estaba petadísimo todo y justo empezaba el desfile. Estuvimos una horita viendo un poco como pudimos del desfile, con 650 kurenti aproximadamente (bastante gracioso el movimiento que hacen e increíble el ruido de cencerros) y otra gente disfrazada. También me llamó mucho la atención unos que iban con los kurenti pero sin disfrazar que tenían unos latigos enormes que hacían restallar en el aire con un ruido ensordecedor. Poco más, después de vuelta a Liubliana por las autopistas de Eslovenia. En fin, parece ser que los kurenti hicieron bien su trabajo, porque la temperatura empieza a subir. Huelo el regreso de la bici...

Kurenti. Para más fotos, Facebook...