martes, 26 de marzo de 2013

Kombinat

No salimos de Metelkova para la entrada número 100 del blog, que se dice pronto. Solo seis días después de la Moonlejada, volvía al barrio alternativo de la capital, en esta ocasión a Menza pri Koritu. Allí se iba a realizar un bonito evento en beneficio de los niños de Palestina. Por solo tres míseros euros pude asistir a una interesante conferencia sobre la situación palestina de un periodista esloveno que la conoce de primera mano. Siempre es descorazonador oír sobre una de las mayores vergüenzas del mundo actual, que precisamente no tiene pocas. El evento, realizado por una organización benéfica de Trieste, tenía a continuación su punto álgido con el concierto de Kombinat. Kombinat es un coro femenino que canta canciones revolucionarias históricas, y que ya se ha hecho con un gran nombre en Eslovenia. Desde hacía tiempo tenía ganas de escucharlas, y por fin lo hice. Ellas mismas advirtieron de que se trataba de un ensayo público más que de un concierto. Resultó muy entrañable. Tienen mucha calidad y una gran comunión con el público. La mayoría de las canciones resultan conocidas, como la Internacional, "Bella Ciao" o "Katjuša" (para mí conocida gracias al "Korsakov" de Boikot). Y por supuesto también interpretan algunas de origen "español", como "A las barricadas" (los pelos como escarpias al escucharla) o "Dime dónde vas morena", la cual no conocía pero que me resultó muy graciosa. También cantan "No pasarán", aunque esta vez no cayó, porque no tenían mandolina. A la próxima que las vea seguro que sí.


sábado, 23 de marzo de 2013

Moonlejada

Las entradas por escribir se me van acumulando por el frenético ritmo de trabajo, acompañado de una inusitada sucesión de eventos. Me estoy matando a currar ya desde hace unos meses, pero al menos estoy disfrutando bastante del poco tiempo libre que tengo. El día después del Día de la Mujer (de gran importancia aquí y en el que este año por primera vez me digné a regalarle una flor a Monika) se celebraba uno de los eventos anuales de música alternativa más importantes en Eslovenia. Estoy hablando de la "Moonlejada". Moonlee Records es el sello alternativo más importante del estado, o al menos eso es lo que parece. Yo lo conocí porque es la discográfica de Bernays Propaganda. Éstos acaban de sacar un nuevo disco y venían a presentarlo en el contexto de este "festival". Obvio que no podía perdérmelo. La fiesta anual del sello se celebraba en Gala Hala. Los encargados de abrir la noche debían ser los eslovenos Trus!, pero la enfermedad de uno de los componentes se lo impidió. Así que me quedé sin conocerlos. Después de haber comprado la entrada al módico precio de 8 euros y haber tomado algo en Celica, el gran albergue de Metelkova, entramos a la sala, cuando ya habían comenzado los croatas Cripple and Casino. Sería el primer grupo con una mujer al frente, como casi todos los de la noche. Y como todos los grupos del evento, su música se podría catalogar entre post punk y noise. No estaban mal, pero les queda aún mucho camino por recorrer. Les siguieron Nikki Louder, también eslovenos. Su nombre me parece genial y los había visto muchas veces anunciados, así que tenía ganas de verlos. Ruido sin concesiones con un espéctaculo de luces brutal. Recomendables hasta que te empiecen a doler los oídos. Después tocarían Analena, veterana banda a caballo entre los dos países fronterizos mencionados tirando más hacia el screamo. Y que es el conjunto del tío que lleva Moonlee. Al final resultaría la banda de la noche. Tocaron en torno a una hora y su música me gustó mucho. El screamo es un género que me gusta bastante, pero que luego, no se por qué, apenas lo escucho. Y también fueron lo mejor de la velada porque con Bernays Propaganda acabé con un cabreo bastante considerable. Su nuevo y tercer disco es el que menos me gusta, pero aún así está bien. Pero lo peor fue es que apenas tocaron 30 minutos y prácticamente solo canciones del reciente álbum. Se me quedó una cara de bobo importante. La próxima vez tendré que preguntar por adelantado la duración del concierto, porque media hora me parece una tomadura de pelo. A lo mejor en Madrid lo arreglan, que tocan el 6 de abril en La Casika.

Como me lo pasé acariciando a la mascota
del sello, perdida entre el público
Nikki Louder, más allá de la barrera del sonido
Analena, buenas vibraciones
Bernays Propaganda, arregladlo para la próxima

domingo, 17 de marzo de 2013

Deseti brat

Pues ha llegado el momento de contar esa otra historia. Aquel lejano domingo de noviembre me hice con ese libro que tanto deseaba leer en el "rastro" de Liubliana. Ese libro que supuso la primera novela en lengua eslovena de la historia, publicada en 1866 y escrita por el realista Josip Jurčič con el título de "El décimo hermano". Y la verdad es que lo adquirí por un módico precio, por solo cinco euros aún con el plástico original. Es decir, que lo compré nuevo. Por eso no me dolió aflojar el bolsillo. También es cierto que se trata de un volumen publicado en una colección especial de literatura eslovena, publicada con el título de "Slovenska Zgodba" ("relato esloveno") en 2004 por DZS, una de las grandes editoriales eslovenas, y Dnevnik, uno de los principales periódicos. La verdad es que suponía un reto demasiado ambicioso para mi segunda lectura de siempre en el idioma de Prešeren, pero el que no arriesga no gana. Tuvieron que pasar unas cuantas semanas para empezar con ello, pero una vez terminado el libro que estaba leyendo le llegó su hora. Al principio me costó cogerle el punto, especialmente en lo que a las típicas descripciones realistas se refiere, y también a algunos pasajes en los que el autor se dedicaba a filosofar. Tanto que tenía que releer pasajes con cierta frecuencia y pensaba que no podía saborear el libro en sí. Pero las páginas fueron cayendo y la acción iba progresando, y con ello mi capacidad para leerlo con soltura, comprender lo que ocurría sin problemas y disfrutarlo. Obviamente, era una satisfacción enorme, más si tenemos en cuenta que se trata de esloveno antiguo, que en algunas cosas difiere bastante del actual. Con todo, creo que al final pude concluir que se trata de una novela muy interesante y de calidad. No solo tiene elementos del realismo, sino también bastantes del romanticismo. En algunas cosas me parece especial, ya que cada capítulo el autor lo comienza con una cita, iniciando también muchos de ellos filosofando. Además, se trata de una novela bastante coral en cuanto a personajes se refiere, y el autor va saltando de uno a otro dependiendo del capítulo. La historia principalmente gira en torno a la llegada de Lovre, un joven estudiante de la capital, a un pequeño castillo de provincias para convertirse en el maestro del hijo del señor del castillo y las cosas que le sucederán allí. Y en estas cosas se cruzará con un buen número de personajes, que plasman a la perfección la vida rural eslovena del momento. Entre todos ellos sin duda alguna destaca Martinek, que es un décimo hermano. Un décimo hermano en la cultura popular eslovena era el décimo hijo de una familia, al que se le atribuían capacidades especiales, como por ejemplo el don de la adivinación. Con estos ingredientes se desarrollará una historia entretenida y divertida, que en algunos casos casi se convertirá en una telenovela decimonónica. Si queréis saber cómo termina, os invito a los que leáis esto y que sepáis esloveno a que lo comprobéis vosotros mismos.

¡Qué bien queda el libro en mi estantería!

sábado, 9 de marzo de 2013

Šmarna Gora

El fin de semana pasado nos quedamos en Liubliana y el domingo aprovechamos para hacer lo que hay que hacer. Es decir, ser un dominguero. Y no hay nada más dominguero en Liubliana que irte a Šmarna Gora. El abominable invierno de las nieves parece ir quedando atrás poco a poco y hay que aprovechar los días de sol, que se echaban mucho de menos. Así estaba Šmarna Gora, llena de gente. Y después de dos años y medio creo que ya era hora de subir. En realidad ya había subido una vez, pero dando una clase (sí, a veces mi trabajo es muy duro). El susodicho lugar es un monte a las afueras de Liubliana, conocido por todo liublianés de pro. Está lleno de leyendas e incluso es un lugar de peregrinación. Marca el límite de la ciudad al oeste y es difícil no verla, pues destaca mucho en el horizonte. Es un monte con dos cumbres. Una de ellas es Grmada, con 676 metros sobre el nivel del mar, y la propia Šmarna Gora, solo siete metros menor. Si la altura de Liubliana son 295 metros, os podéis imaginar el contraste. Arriba hay unas espectaculares vistas sobre la depresión de Liubliana y la ciudad, aunque queda un pelín lejos. Y al otro lado, probablemente la mejor vista posible de la cordillera Karavanke. Además de eso, en la cumbre también hay una iglesia fortificada magnífica. Al menos, la más impresionante que yo haya visto nunca. Y es que el monte y su iglesia, como muchos otros lugares de Eslovenia, sirvió de refugio durante las invasiones turcas del siglo XV. El propio pueblo de Monika tiene otra iglesia así. También hay un mesón que está genial, con su oferta gastronómica eslovena y sus tiendas de recuerdos. Por supuesto, también hay una campana para tocar y pedir un deseo. 

La iglesia
Liubliana al fondo. El castillo de la ciudad desde aquí
parece ridículo
Karavanke, una preciosidad

Hay muchos y diferentes caminos para subir. Nosotros cogimos el autobús urbano 1B, el que lleva hasta Tacen los domingos. Tacen es uno de los pueblos al pie del monte. Por allí pasa el Sava. El río más importante de Eslovenia pasa por las afueras de la capital. Y por cierto, en este pueblo tienen unas instalaciones para la práctica del piragüismo en aguas bravas bastante famosas. Ahora me entero. Desde allí empezamos nuestra ascensión por el camino que tiene por nombre "Spodnja kuhinja", o lo que es lo mismo, "la cocina de abajo". Tiene ese nombre porque era el lugar donde estaban acampados los turcos cuando asediaron el lugar, ya que es una pequeña planicie donde tenían instaladas las cocinas. La subida en algunos momentos es un poco exigente y se tarda, a un ritmo tranquilo, en torno a los 45 minutos. Pero esta vez era bastante engorroso, porque había muchísimo barro y nieve, por lo que, especialmente para bajar, era más deslizarse que caminar. Las vistas y el sol merecieron la pena.

Šmarna Gora se eleva sobre Tacen. Todo ese parking son
coches de domingueros
La cocina de abajo
El Sava a su paso por Tacen

martes, 5 de marzo de 2013

Wochenende in Salzburg

En el 2012 no cayó nuestra visita anual a Viena en diciembre, así que por ahora no va a convertirse en una tradición. Con esas, había mono de Austria, porque no la pisábamos desde hacía tiempo. La ocasión se presentó de forma no muy esperada, pero sí planificada con cierto tiempo. Mi hermana y su marido y algunos amigos vinieron a esquiar durante una semana al norte de Italia. Yo no me pude unir porque trabajaba, pero quedamos en vernos durante el fin de semana en Salzburgo. Yo ya estuve durante el erasmus, pero no llegó ni a un día, y es una ciudad muy bonita. Así que, ¿por qué no repetir? Más aún en invierno, pues la otra vez para mí era verano. Monika también había estado antes unas cuantas veces y le encanta la ciudad. Tanto que se pensó incluso hacer el erasmus allí. Si así hubiera sido qué estaría haciendo yo ahora...  Total, que me escaqueé un poco antes de currar el viernes para llegar a tiempo a coger el tren. Nos salió bastante barato, con un tipo de billete especial que si lo compras para un día concreto y con ciertos días de antelación te sale la segunda persona a mitad de precio. 75 euros para dos personas ida y vuelta. Además el viaje fue rápido, excepto la parte en Eslovenia. En total, en torno a las cinco horas. Y casi directo. Solo a la ida tuvimos que cambiar de tren en una gélida Villach, la ciudad más importante del sur de Austria en cuanto a tránsito ferroviario se refiere y probablemente la ciudad por la que he pasado más veces en mi vida pero que nunca he visitado. Algún día llegará el momento. Al llegar nos alojamos en un albergue juvenil austríaco increíble. Más que recomendable. Me parece mentira que no descubriera la cadena durante el erasmus. Fue un fin de semana muy bonito. Con algo de frío, pero no mucho. Y la ciudad estaba totalmente blanca. Como toda Europa, por otra parte. Paseamos mucho por el centro, admirando el precioso casco histórico medieval de la ciudad. Vimos el castillo, creo que uno de los más imponentes que he visto nunca, y además uno de esos en los que sí que te imaginas una ciudad entera dentro. Vimos la ostentosa tienda de Red Bull en Getreidegasse, la famosa calle de la ciudad (por si alguien no lo sabe, Red Bull es originario de Salzburgo). Saboreamos una vez más las viandas austríacas (wienerschnitzel, Manner, Almdudler...) Y, por supuesto, pasamos un agradable tiempo en familia, que ese era el propósito y es algo de lo que uno no puede disfrutar tan a menudo. ¡Ah! Y obvio que también volvimos a comprobar lo estúpidos que son la gran mayoría de los austríacos.

Buenos días, Austria
El grupo

No importa lo que sea. Todo lo de Manner está divino
La otra vez me quedé con las ganas de probarlo. Esta vez
no podía pasar. Salzburger Nockerln, el postre
de Salzburgo. Simplemente cojonudo
No hay rincón que no recuerde "Sonrisas y lágrimas".
Digo yo que tendré que verla
La música folclórica eslovena también lo
peta en el país vecino. La ensamble del
músico más famoso en la historia del
género tocando en la sala más
grande de la ciudad.

Y de propina un vídeo que grabé desde el tren a la vuelta, ya pasado Villach pero antes de llegar a la frontera. Precioso mirar por la ventana y ver más de medio metro de nieve. No era solo así en Austria. Al otro lado del túnel que cruza Karavanke estaba igual.