martes, 5 de marzo de 2013

Wochenende in Salzburg

En el 2012 no cayó nuestra visita anual a Viena en diciembre, así que por ahora no va a convertirse en una tradición. Con esas, había mono de Austria, porque no la pisábamos desde hacía tiempo. La ocasión se presentó de forma no muy esperada, pero sí planificada con cierto tiempo. Mi hermana y su marido y algunos amigos vinieron a esquiar durante una semana al norte de Italia. Yo no me pude unir porque trabajaba, pero quedamos en vernos durante el fin de semana en Salzburgo. Yo ya estuve durante el erasmus, pero no llegó ni a un día, y es una ciudad muy bonita. Así que, ¿por qué no repetir? Más aún en invierno, pues la otra vez para mí era verano. Monika también había estado antes unas cuantas veces y le encanta la ciudad. Tanto que se pensó incluso hacer el erasmus allí. Si así hubiera sido qué estaría haciendo yo ahora...  Total, que me escaqueé un poco antes de currar el viernes para llegar a tiempo a coger el tren. Nos salió bastante barato, con un tipo de billete especial que si lo compras para un día concreto y con ciertos días de antelación te sale la segunda persona a mitad de precio. 75 euros para dos personas ida y vuelta. Además el viaje fue rápido, excepto la parte en Eslovenia. En total, en torno a las cinco horas. Y casi directo. Solo a la ida tuvimos que cambiar de tren en una gélida Villach, la ciudad más importante del sur de Austria en cuanto a tránsito ferroviario se refiere y probablemente la ciudad por la que he pasado más veces en mi vida pero que nunca he visitado. Algún día llegará el momento. Al llegar nos alojamos en un albergue juvenil austríaco increíble. Más que recomendable. Me parece mentira que no descubriera la cadena durante el erasmus. Fue un fin de semana muy bonito. Con algo de frío, pero no mucho. Y la ciudad estaba totalmente blanca. Como toda Europa, por otra parte. Paseamos mucho por el centro, admirando el precioso casco histórico medieval de la ciudad. Vimos el castillo, creo que uno de los más imponentes que he visto nunca, y además uno de esos en los que sí que te imaginas una ciudad entera dentro. Vimos la ostentosa tienda de Red Bull en Getreidegasse, la famosa calle de la ciudad (por si alguien no lo sabe, Red Bull es originario de Salzburgo). Saboreamos una vez más las viandas austríacas (wienerschnitzel, Manner, Almdudler...) Y, por supuesto, pasamos un agradable tiempo en familia, que ese era el propósito y es algo de lo que uno no puede disfrutar tan a menudo. ¡Ah! Y obvio que también volvimos a comprobar lo estúpidos que son la gran mayoría de los austríacos.

Buenos días, Austria
El grupo

No importa lo que sea. Todo lo de Manner está divino
La otra vez me quedé con las ganas de probarlo. Esta vez
no podía pasar. Salzburger Nockerln, el postre
de Salzburgo. Simplemente cojonudo
No hay rincón que no recuerde "Sonrisas y lágrimas".
Digo yo que tendré que verla
La música folclórica eslovena también lo
peta en el país vecino. La ensamble del
músico más famoso en la historia del
género tocando en la sala más
grande de la ciudad.

Y de propina un vídeo que grabé desde el tren a la vuelta, ya pasado Villach pero antes de llegar a la frontera. Precioso mirar por la ventana y ver más de medio metro de nieve. No era solo así en Austria. Al otro lado del túnel que cruza Karavanke estaba igual.


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