sábado, 22 de enero de 2011

Alamut

Una de las mejores novelas históricas que he leído en mi vida. Eso es lo que es Alamut, además de ser una fortaleza de Irán en la que poco después del año mil apareció la "secta" de los "asesinos". Y sobre ello trata este magnífico libro. Al principio me costó entrar en él, pero después supe apreciar lo bien que está redactado y el buen hilo que desarrolla, y eso que creo que la traducción era una auténtica mierda (al menos, faltas de ortografía tenía muchísimas, entre otras cosas). El libro te transporta totalmente a la época y el ambiente de lo que habla, y creo que eso es lo más difícil de conseguir en una novela histórica. La novela que lo consiga, aunque no sea fiel a los hechos históricos, creo que de verdad se merece el calificativo de histórica (no como muchas otras bazofias que pululan por ahí). Este libro me lo he leído prácticamente en la totalidad en mis viajes en tren de Liubliana a Lesce para trabajar y viceversa, que se ha convertido en uno de los pocos momentos en los que tengo tiempo libre y también en mi reducto para la lectura. La convivencia con Monika ha cambiado muchas cosas, para bien y para mal, y una de ellas es que ya no leo antes de acostarme, con lo que me gustaba... El libro es una obra maestra acerca de la manipulación de las ideas y del pueblo. Por eso, su autor, el esloveno Vladimir Bartol (nacido en Trieste, que en aquella época era eslovena), no fue visto con muy buenos ojos en su época. Alamut se publicó en 1938 y suponía un completo ataque a los regímenes totalitarios europeos del momento. Este libro es su obra maestra, y la verdad es que no escribió mucho, pero se dedicó a muchos otros campos como la filosofía, la historia de las religiones, la psicología, etc. Alamut ha sido traducido a unos cuantos idiomas, lo que me ha permitido leerlo. No es nada fácil encontrar literatura eslovena en español, y de hecho esta novela ha sido una de las pocas cosas que he conseguido después de haber buscado bastante. Lectura recomendadísima, pues.

La edición que he leído, cortesía de la biblioteca de
la Complutense y mis enchufes allí


Por cierto, ayer volví a coger mi bici, para ir a trabajar desde Zasip a Lesce. Creía que iba a ser menos duro, ya que sólo son siete kilómetros. Pero claro, el frío te parte el pecho, y eso que iba bastante bien abrigado. Me pegué una buena paliza, porque hay que cruzar el río Sava Dolinjka y después hay un buen repecho. Pero bueno, llegué sano y salvo y ahora mi máquina descansa en el garaje de Kresnička, que ese era el propósito.

miércoles, 19 de enero de 2011

Metelkova

Este ha sido el primer fin de semana que he pasado en Liubliana, que se dice pronto después de cuatro meses casi ya (¡joder cómo pasa el tiempo!) que llevo aquí. La razón es que Zoltan, mi compañero húngaro de cama (reincidimos) vino de visita por aquí. Y echamos el fin de semana entre los dos y Martijn, un holandés que es el único voluntario que trabaja en Liubliana de los que hubo en aquel curso en Goriška Brda. Nos matamos a andar durante los dos días, y eso que no hicimos turismo para nada. Pasamos el rato en mi piso y en el de Martijn, que realmente vive en una especie de monasterio, y el sábado por la noche salimos a dar una vuelta por ahí. Y por fin pude ir a Metelkova. Metelkova es un “barrio” (en realidad una calle) en pleno centro de la capital y que en su día fue totalmente okupado. Se trata de los antiguos barracones militares yugoslavos, que se okuparon poco después del nacimiento de Eslovenia. Desde ahí hasta ahora supongo que han cambiado muchas cosas. Para empezar que ahora se trata de un sitio legal. Incluso en los folletos turísticos publicados por el ayuntamiento de Liubliana se habla mucho de Metelkova. Pero no por ello deja de ser un sitio fascinante. Es bastante grande, y con diferencia lo más “alternativo” (¡qué  poco me gusta esta palabra!) que se puede encontrar la ciudad. Son bastantes locales diferentes, en los que se hacen conciertos, talleres, festivales, son sedes de organizaciones, etc. La decoración es genial. Siempre me había paseado por allí desde mi primera venida a Eslovenia, pero nunca había tenido la oportunidad de salir por la zona. Y el sábado por fin lo hice. Estuvimos en Menza pri koritu, uno de los varios locales de conciertos de Metelkova, viendo a un par de bandas. El sitio estaba preparado genial en cuanto a sonido e iluminación, pero la verdad es que me dolió bastante pagar la entrada de siete euros. Por lo menos dentro las cocacolas estaban a cincuenta céntimos. Las bandas fueron una eslovena que apenas nos dio tiempo a ver y una italiana, llamada A Classic Education, totalmente popie, en el sentido de rock alternativo. No estuvo mal a pesar del chute en vena de gafapastismo. Habrá que seguir descubriendo poco a poco el resto de los locales.

A Classic Education

El tiempo que nos hizo fue increíble. Sol todo el fin de semana. De hecho hasta ayer llevaba cinco días seguidos haciendo sol en Liubliana, lo que es bastante inaudito porque Liubliana es una ciudad con muchísima niebla. Además, todos estos días lleva haciendo cinco o seis grados. El frío se marchó y la nieve mucho antes, pero aquí seguimos esperando a ver cuándo vuelven, porque tienen que volver. Por otro lado, este fin de semana me sirvió para comprobar algo que ya me habían dicho, que Liubliana los fines de semana está muerta. No hay ni dios. Es una ciudad universitaria, y prácticamente todos los estudiantes, que llenan de vida la ciudad durante la semana, se marchan a sus pueblos para pasar el finde. Pero de verdad, no hay ni dios.

sábado, 15 de enero de 2011

ACH Volley Bled

Llevaba unos cuantos días queriendo ir a ver un partido de voleibol y por fin el sábado pasado fuimos. El ACH Volley Bled es el equipo de voleibol masculino más importante de Eslovenia, con cuarenta años de historia y dominando prácticamente todas las competiciones de la zona en los últimos tiempos. Además, en la Champions League europea el año pasado consiguió entrar en la Final Four, aunque fueron últimos en ella. Y es de Bled. Es muy habitual ver los coches de los jugadores, que son todos el mismo modelo y llevan el nombre del equipo, circulando por la zona. ACH (una empresa financiera bastante grande) no es más que el patrocinador principal del equipo, aunque tienen muchísimos más patrocinadores. Es bastante curioso ver su camiseta naranja llena de logotipos de todas las empresas patrocinadoras. Participan en competiciones eslovenas, en la MEVZA (liga centroeuropea con equipos austríacos, eslovacos, croatas, húngaros y eslovenos) y en la Champions League. Y dependiendo de la competición juegan en un sitio u en otro. La Champions la juegan como locales en Liubliana, mientras que en las otras competiciones su casa es Radovljica (juegan en el polideportivo de la escuela de turismo y catering). En Bled, curioso, no juegan nunca, porque allí no disponen de un pabellón en condiciones. El partido que fuimos a ver fue de la MEVZA, ante el equipo húngaro Fino Kaposvár. Nunca había visto un partido de voleibol en directo (por la tele tampoco es que hubiera visto mucho) y la verdad no es que sea un deporte muy excitante para ver. Pero la experiencia estuvo bien. Había bastante ambiente (la entrada es gratuita) e incluso había mucha gente con las camisetas naranjas y banda de música para apoyar al equipo. Además, ACH Volley es uno de los principales patrocinadores de Kresnička. De hecho, en la entrada había un puesto de merchandising del equipo en el que estaban mis compañeros de trabajo recogiendo donaciones para el centro. En cuanto al partido en sí, perdieron el primer set porque jugaron los primeros puntos con una torrija importante, pero luego ganaron todo lo demás creo que empleándose sólo a medio gas. Por el momento, han ganado todos los encuentros de esta liga. Creo que en algún momento iré a verlos en Liubliana, ya que a través de Kresnička puedo ir gratis.

El partido

Por lo demás, en Kresnička nos hemos quedado sin niños y uno de los tíos de Monika (bastante dicharachero y gracioso, no en vano le llamamos “crazy uncle”) me cortó el pelo (nótese que es peluquero y yo en mi vida he ido a la peluquería). No me acaba de gustar, pero supongo que es cuestión de acostumbrarse. ¿Qué mas? ¿Qué mas? Pues por ejemplo, ayer tuvimos diez grados y un sol que incluso calentaba en Liubliana, tengo una herida decorando mi nariz cortesía de Iggy (el gato cabronazo de Kresnička), ya tenemos deshumidificador en el piso, el lunes estuve enseñando español a tres grupos diferentes en una especie de “universidad para mayores” (sustituyendo a la profesora eslovena), por fin me he hecho con un diccionario español-esloveno (y no muy caro, cosa nada fácil de encontrar) y mi esloveno creo que va mejorando bastante (conozco ya el pasado y el futuro, aunque mi vocabulario sigue siendo escaso, pero al menos he vuelto a estudiar)...

Miedo


jueves, 6 de enero de 2011

Srečno novo leto!

He tardado más de lo que quería en publicar esta nueva entrada. Y es que como dije ya en alguna entrada anterior últimamente me está costando mucho más que al principio ponerme. Supongo que es porque se ha pasado la novedad del comienzo. Ejemplo de ello es que en la entrada anterior se me olvidó comentar un par de cosas bastante importantes que también pasaron en diciembre. La primera, que No me Jodas ha sonado en la radio eslovena. Así como lo oís. Mi compañero de cama en el curso de formación de voluntarios tiene un programa en una radio (supongo que libre) de Maribor como parte de su proyecto. Y durante el curso nos enseñamos mutuamente nuestras bandas y le pasé un par de canciones. Su programa se llama "Brain drain" y la radio es Radio M.A.R.Š. Yo no lo escuché, estoy a ver si me hago con ello. Si lo consigo lo subiré por aquí. Y la segunda cosa es que estuve declamando en una noche cultural organizada por el Instituto Cervantes de Liubliana, dentro del ciclo "Noches de bohemia". Un día que me pasé por allí a devolver unos libros me dijeron que si quería leer, y yo les dije que claro. Me dieron una selección de textos y no me convencieron ninguno y después de pensar un poco sobre el tema de la noche, que era "Nacimiento", me acordé de un fragmento de "El misterio de la cripta embrujada" de Eduardo Mendoza que siempre me hizo mucha gracia. Y eso fue lo que leí. Más gente conocida del ámbito hispano estuvo por allí, y pude asistir a una cosa de estas, que nunca lo había hecho antes y me apetecía bastante. Además, como obsequio me dieron un marcapáginas del Instituto Cervantes (¡toma!). El sitio fue Kinodvor, la peculiar, interesante y acogedora cafetería de los cines con el mismo nombre.

Primeros minutos de 2011

Y pasé Nochevieja en Liubliana, como quería pero no como esperaba. La fiesta a la que inicialmente ibamos a ir se canceló y cambiamos nuestros planes. Y yo tan contento. Así que la tarde del día 31 nos fuimos para allá después de que Monika saliese de trabajar, con unos amigos suyos. Empezamos en nuestro piso haciendo unas pizzas totalmente artesanales (la primera se quemó y hubo que tirarla) y seguimos bebiendo cava esloveno. Después, salimos a la calle. No he pasado mucho tiempo de las navidades en Liubliana, y la verdad es que está decorada de manera preciosa, como pude comprobar mejor ayer por la noche en un paseo nocturno. ¿Y cómo se festeja la Nochevieja en Liubliana y en Eslovenia? Pues en realidad, en Eslovenia en general no sé, pero creo que no es tan especial como en España. No se hace una cena tan grande y es como un día de fiesta más. En Liubliana había conciertos al aire libre en las principales plazas del centro. Nosotros pasamos por alguno de ellos, destacando el concierto de un croata ya de avanzada edad que se marcó el "Me va, me va" de Julio Iglesias y Big Foot Mama, uno de los grupos eslovenos de rock más famosos. Tampoco estuvimos mucho tiempo en la calle. Había mucha gente pero sin ser nada agobiante, y el ambiente estaba guay. Pero hacía frío, y en contra de lo que quería yo, nos marchamos a casa. No siempre las cosas salen como uno quiere. Eso sí, antes pudimos ver los aproximadamente diez minutos de fuegos artificiales lanzados desde el castillo. Fueron muy bonitos, y eso que en estos días había fuegos artificiales por todos lados. Y el paso de un año a otro no es nada especial, la verdad. Una simple cuenta atrás, que en el caso del escenario en el que estábamos empezó a medias y se hizo sin que la banda dejase siquiera de tocar. Nada que ver con el carisma de las uvas y las campanadas. Se me hizo raro no vivirlo a la manera española.

Uno de los escenarios y a lo alto el castillo de Liubliana

He retomado los trabajos tanto del voluntariado (desde que había vuelto había tenido unos días libres) y de las clases de español. Y en este último aspecto hay proyectos entre manos bastante interesantes que ya os contaré a su debido tiempo. En Kresnička las cosas van mejorando. Parece ser que por fin me van a pagar y estos días no me he aburrido tanto. Hoy por ejemplo hemos estado dando un paseo por Radovljica, el pueblo de al lado de Lesce y hemos acabado viendo un teatrillo para niños con marionetas y música en la biblioteca de allí. No me enteraba de qué decían, pero al menos he comprendido de qué iba la cosa. ¡Y mientras trabajaba Monika ha cocinado un Roscón de Reyes como sorpresa! Supongo que estaría harta de oírme llorar por perdérmelo, aparte que ella probó lo bueno que está el año pasado. Y para dejar de dar el tostón, decir que seguimos mejorando el piso. Estos días nos han dejado un deshumidificador y hemos podido comprobar empíricamente que hay un huevo de humedad. Nos haremos  con uno porque realmente nos hace falta.

Más feliz que un regaliz