He visitado la capital de Croacia en tres ocasiones. La primera fue durante la Semana Santa del año 2009, durante mi experiencia en Viena. Llegué en tren en un viaje horrible desde Budapest, en un enorme convoy prácticamente vacío. Además, en la frontera de Koprivnica pasé por un interesante episodio. Hastiado del trayecto después de unas cuantas horas, decidí irme al vagón-restaurante a tomar algo. Cuando volvía cruzando los diferentes vagones me encontré por el camino a la policía fronteriza croata, pidiendo los pasaportes. Apenas hablaban inglés, pero sin mayores problemas se lo mostré y continué en dirección a mi asiento. Pero cuál fue mi sorpresa al darme cuenta de que mi vagón ya no estaba. El tren se había parado y lo habían separado. Bajé al andén, totalmente oscuro en medio de la nada (estábamos en la localidad de Koprivnica). Los trabajadores de la estación me ordenaron que volviera al tren, pero por señas les tuve que explicar que mi mochila se había quedado en la otra parte. La recuperé y volví al tren. Buscando un nuevo sitio me volví a topar con la policía, que de manera bastante seria me exigieron sentarme, porque estaban realizando un control. Callé y lo hice. Así pues, no entré con buen pie en Croacia. Después de eso, pasé dos días con muchos de los amigos que estaba haciendo durante el erasmus y visité todos los atractivos turísticos de la ciudad.
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La iglesia de San Marco. Amor a primera vista. 2009 |
La segunda vez no me fue mucho mejor al cruzar la frontera. Era febrero de 2010 y Monika y yo nos dirigíamos a hacer una visita post-eramus a nuestros amigos croatas. En el Daewoo Matiz iba yo al volante. Os podéis imaginar que una persona de Madrid no tiene mucha experiencia con los pasos fronterizos. En el control esloveno todo discurrió normal. Más allá se veían otras dos filas de casetas. La primera de ellas no tenía la barrera bajada, así que deduje que la policía croata te paraba en la última. Error. Aún recuerdo a Monika gritando que parara y a la mujer dentro de la caseta agitando los brazos como una posesa. Frenazo, marcha atrás y cara de idiota. Creo que me salvó el hecho de no pertenecer a ninguno de los dos países y el no conocer el idioma.
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La plaza de Ban Jelačić, el centro de la ciudad. 2010 |
La ocasión más reciente no ha sucedido hasta hace unos días. Parece mentira que desde que vivo aquí no hubiese visitado de nuevo la capital croata, pero ha tenido que ser algo tan especial como el concierto de la banda heavy más grande de todos los tiempos para que me acercara allí. Esta vez, con el Citroen C3 y la lección bien aprendida, todo fue como la seda en la frontera. Antes de cruzarla habíamos hecho una parada exprés en el camino para ver el castillo de Otočec, bonito y famoso al encontrarse en una isla artificial del río Krka pero rápido de ver. El grupo en cuestión al que íbamos a ver no puede ser otro que Iron Maiden. Siempre me ha gustado mucho "la bestia" y siempre había querido verles. De hecho, lo primero que hice en la música fue grabar una versión de ellos con unos amigos. Me compré la entrada con mucho tiempo en una gasolinera eslovena por poco más de 30 euros, así que muy baratito. El concierto se celebró en el moderno pabellón deportivo Arena, a las afueras de la ciudad. Total, que prácticamente ni pisé Zagreb, porque el lugar estaba al lado de la circunvalación. Entramos prontito en el recinto, pero el primer grupo ya había empezado. Se llamaban Voodoo Six y sirvieron para calentar el ambiente. Después les siguieron unos teloneros más, pero ¡qué teloneros! Nada más y nada menos que Anthrax, uno de los grandes del trash metal. Dejaron en su punto al numeroso público que ya se congregaba frente al escenario. Y por fin comenzarían las dos horas de temazo tras temazo, espectáculo pirotécnico, impresionante decoración, carreras de Bruce Dickinson y demás que se marcaron los Maiden. Lo disfruté mucho, a pesar de que el sonido era bastante malo. Especialmente con canciones como "Afraid to shoot strangers", "The trooper" o "Fear of the Dark". A partir de ahora no creo que me pierda ninguna gira de las que hagan en el futuro.
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El castillo esloveno de Otočec, uno de los de más nombre |
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Arena Zagreb. 2013 |
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Soy más grande que los más grandes |
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Anthrax |
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"The trooper" |
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¡Heavy metal! |
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