viernes, 31 de diciembre de 2010

Veseli december

Después de otra breve visita a casa me dispongo a cerrar el año en Eslovenia. Esta vez fui a España y volví volando desde Venecia, como casi siempre. Pero al ir probé un itinerario nuevo. Cogí el famoso tren nocturno entre Liubliana y Venecia. Me habían hablado fatal de él, pero a mi la verdad que salvo el horario intempestivo me pareció de puta madre. Muy barato y además dormí casi todo el viaje, que para mí es una auténtica proeza. Este mes de diciembre se destaca, aparte de por las cosas que ya os he contado, por haber empezado el voluntariado. No he hablado mucho de ello. Trabajo en Lesce, que es un pueblo al lado de Bled, de unos cinco mil habitantes. El pueblo no es muy bonito, y me llama la atención que no tiene centro histórico, tan solo la iglesia. Trabajo en una casa de acogida que se llama Kresnička (luciérnaga). Mi horario es de 3 a 7 durante la semana. Estas semanas han sido de adaptación, pero creo que no haré mucho. La verdad, me aburro un poco. Pero cuando me siento así pienso que gracias a esto puedo estar aquí en Eslovenia (si es que me empiezan a pagar algún día; vamos haciendo progresos en ese aspecto). Estos días lo que he hecho ha sido decorar frascos, botellas y cosas así para un mercadillo de navidad que tuvimos al lado de la iglesia del pueblo (¡joder qué frío pasé!) y estar con las dos niñas que había, una de las cuales ya se ha ido. No puedo hablar mucho con ellas, ya que prácticamente no entienden inglés. Pero por otra parte eso está genial, porque el poco esloveno que sé (llevo bastantes semanas sin estudiar) lo practico. Sigo confiado en que dentro de unos meses lo hablaré. Otra cosa que hice en el trabajo fue ir a una cena de navidad, que sí, aquí también se hacen. Fuimos a un restaurante del pueblo que se llamaba Leški dvor (Salón de Lesce), donde comí unos "čevapčiči" cojonudos, unas salchichas de carne picada típicas de los Balcanes. Pude ver a todos mis compañeros de trabajo juntos y hubo también amigo invisible.

No se aprecia muy bien, pero hay casetas a la orilla del lago

Y a parte de esto pues os puedo contar algo de cómo es la navidad aquí. En general, gracias a la magnificencia de la globalización pues es prácticamente igual que en todas partes. Decoración con luces navideñas, árboles, dulces, etc. Aquí no hay turrones ni cosas de esas, se come "potica", que es un bollo muy típico esloveno y que a mí no me acaba de convencer, chocolate y demás. Tampoco se celebran los Reyes Magos, sino que se celebra San Nicolás (que es el 6 de diciembre), Papá Noel y también, lo más curioso, "Dedek Mraz", el abuelo frío. Este último es típico en la culturas eslavas y tiene mucha influencia comunista. En realidad, se podría decir que es el Papá Noel comunista. Su día es Nochevieja. Y aquí cada familia pues da los regalos y celebra más el que mejor le parece, según la influencia de la religión, del comunismo (durante Yugoslavia no había religión), etc. Ayer ví a Dedek Mraz en su carroza mientras dábamos una vuelta por Bled, alrededor del lago. Supuestamente había mucha gente dando la vuelta al lago con antorchas, pero sólo vimos unas pocas. Además hubo fuegos artificiales y algunas casetas de diferentes asociaciones con, por supuesto, "kuhano vino". Por cierto, me he dado ya un par de buenas hostias gracias al hielo. La de ayer fue de campeonato. En la próxima entrada ya os contaré qué hago esta noche.

1 comentario:

  1. Feliz año, Changa. Hazle llegar a Monini mi felicitación también.

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