domingo, 22 de diciembre de 2013

Rovi pod starim Kranjem

Muchas veces mencionada, pero nunca ha gozado de una entrada propia. Hablo de una ciudad que visité en mi primera mañana en el país, y a la que por esto y por otras razones guardo un cariño especial. Es Kranj, la "capital" de Gorenjska y cuarta ciudad del país con una población de en torno a los 50.000 habitantes. Son incontables desde entonces las veces que he pasado por ella, tanto por las afueras como por su precioso centro histórico. Hoy tampoco voy a dedicarle todas las palabras, sino que me limitaré a una cosa concreta de las muchas que ofrece y que tenía ya muchas ganas de visitar desde hacía demasiado tiempo.

Una mañana de julio de 2009. Mi primera

El subsuelo de este centro está atravesado por unos túneles que diferentes compañías de la ciudad excavaron durante la Segunda Guerra Mundial como protección para unos ataques aéreos que nunca llegaron. Así pues, nunca fueron usados para lo que fueron creados. En consecuencia cayeron en el olvido, siendo refugio de la chavalada y demás personajes de la localidad (aún quedan rastros de las fogatas preparadas dentro), hasta que hace escasos años el ayuntamiento decidió acondicionarlos y convertirlos en protagonista de la oferta cultural de Kranj. Son varios y bastante largos, de forma circular y muy poco agobiantes. Se pueden visitar como un museo, de forma regular. Por tres euros puedes pasear por ellos y leer los numerosos paneles informativos de la historia de los túneles, además de disfrutar de una reproducción de un bombardeo aéreo. Pero si por algo destacan es por los eventos que se realizan en ellos en ocasiones especiales, como Halloween, navidades o el martinovanje. El día de San Martín (11 de noviembre) tiene un significado importante en la cultura eslovena, aunque no tanto por el sentido religioso como por el gastronómico. Hay un plato típico para esta fiesta que lleva por nombre mlinci (tiras de pan similares a la pasta), siempre acompañado de carne. Yo lo descubrí este año en el colegio y estaba bastante bueno. Pero si por algo destaca el martinovanje es por ser la fiesta del vino, pues San Martín es el patrón de la buena vendimia, realizada en Eslovenia en torno a estas fechas. Los eslovenos aprovechan la ocasión para pillarse una buena. Y como cada vez estoy más asimilado, yo no podía ser menos. Con la excusa de ver los túneles pagué una entrada de once euros para probar degustaciones de vinos (y también algunos otros productos gastronómicos artesanales) de todas las regiones eslovenas. A la entrada te daban una copa de vino conmemorativa de la ocasión y una bolsita para colgarse all cuello. Este tipo de eventos se realizan por todo el país, y se trata de ir de puesto en puesto hasta terminar como un eccehomo. Había hasta cuarenta puestos de diferentes productores vinícolas procedentes de todo el país. Hay numerosas regiones vinícolas que ofrecen diferentes tipos de vino. Intentaré hacer un breve esquema:
  • Estiria, con viñas como las de Pohorje, Gornja Radgona, Ljutomer o Haloze. Aparte de los productos de Gornja Radgona (donde se hace también cava), esta zona ofrece los blancos más típicos (chardonnay, sauvignon, moscatel y traminer, entre otros).
  • Carniola Blanca. Aquí todo gira en torno a Metlika y su metliška črnina. Curioso el contraste entre el nombre blanco de la región y el negro de su vino, que rey del alcohol durante el Schengenfest
  • La región costera, zona vinícola eslovena por excelencia y con diferentes denominaciones de origen. Destacan especialmente tanto los vinos blancos de Goriška Brda (malvasía, rebula) como los tintos de la todopoderosa empresa vinícola Vinakoper, la más grande del país. Entre sus vinos destacan el refošk, uva autóctona de esta zona y vino esloveno más famoso, y el teran, también de gran nombre y por cuya "propiedad" disputan croatas y eslovenos en los últimos tiempos.
  • Baja Carniola, o sea, Dolenjska. En esta zona el rey es sin duda el cviček, ese vino tinto ácido de dudosa calidad pero motivo de orgullo para los locales.
  • Prekmurje. En esta pequeña región se pueden encontrar viñedos en la zona de Lendava y sus colinas, zona de Prekmurje que solo vimos desde el tren.
No están todos los que son, pero sí son todos los que están. Se trata de un trabajo arduo, pues son muchas las zonas vinícolas de Eslovenia y muchos los tipos de vinos. Y lejos de ser un enólogo experto, soy una persona a la que no le gusta el vino, a no ser que esté mezclado. En consecuencia, prácticamente nunca lo bebo y no tengo ni idea sobre el tema. Por eso me sorprendieron gratamente los primeros vinos que probé ese día, pues me gustaron. Especialmente destacaría el teranov liker, que curiosamente no es un vino propiamente dicho sino un licor muy rico preparado a partir del teran. Eso sí, a partir de los diez vinos probados dejé de apreciar diferencia alguna, y es que, obviamente, acabé fino.

Aunque pareza la contrario esta foto es del principio.
Por entonces no iba tocado

El horror de la Segunda Guerra Mundial supongo que no me
 lo puedo llegar a imaginar ni de lejos
Mismo punto que en la primera foto de la entrada,
quince metros bajo tierra
Aquí ya es otro cantar

sábado, 14 de diciembre de 2013

Gremo mi po svoje

"Gremo mi po svoje" ("Vamos por nuestra cuenta") fue la película patria más taquillera de la Eslovenia independizada, ocupando incluso la sexta posición del ranking que no tiene en cuenta la nacionalidad del producto. Se estrenó en 2010, pero la verdad es que no tengo ningún recuerdo de ni siquiera verla anunciada. La trama de esta comedia gira en torno a las aventuras de un campamento de verano para jóvenes en las montañas eslovenas. El caso es que tanto fue su éxito que este otoño ha llegado a las pantallas la secuela (primera secuela cinematográfica de la Eslovenia independiente) y ha sido anunciada a bombo y platillo. Así pues, me bajé de Internet la primera, pero no la conseguí a ver antes de ir al cine a ver "Gremo mi po svoje 2". Y siendo sinceros, ésta me pareció una gran mierda. Es una comedia rancia que explota de manera ridícula los estereotipos eslovenos y que pretende dirigirse a públicos de todas las edades, lo cual me parece un error, pues ni se dirige ni a niños ni a adolescentes ni a adultos. Aunque al mismo tiempo estos dos aspectos explican su tremendo éxito. La película no tiene argumento ninguno y si he de destacar algo, decir que al menos es algo diferente respecto a la tónica general del cine esloveno y que ofrece escenas preciosas de la naturaleza del país. En mi opinión, el veterano director Miha Hočevar,  pretendía hacer un Kekec actual y le sale una película que no le llega ni a la suela de los zapatos. Además, el filme tiene una pretenciosidad insultante. ¿Pero la versión inicial se salva? No. La vi unos días después para comprobarlo y ambas son exactamente iguales. Gracia me hace la necesidad de hacer una secuela que es una copia de la primera parte. Aunque supongo que esta segunda alcanzará de nuevo unos niveles de audiencia enormes. Al menos la sala estaba hasta los topes cuando yo fui a verla. Y un último dato peculiar para que os hagáis idea de la repercusión de esta película es que tiene hasta su versión X ("Gremo mi po svojo"), dirigida por Max Modic y protagonizada por La Toya, respectivamente director y actriz principales de la escasísima industria pornográfica eslovena. ¡Solo ver el trailer te muestra que hasta su versión para adultos es horrible!


Para mejorar un poco el mensaje de esta entrada y plasmar que no me olvido de las cosas aunque pasen los años y que las secuelas no son solo cosas del cine actual, doy constancia de que por fin vi la segunda parte de "Vesna", de nombre "Ne čakaj na maj" ("No esperes a mayo"). Es un perfecto ejemplo de cómo hacer una secuela que sigue el tono de la primera parte y ofrece cosas nuevas al espectador. Y eso ya se sabía hacer en el año 1957.

Esta colección en DVD
de clásicos eslovenos es una delicia

martes, 10 de diciembre de 2013

Don Felipe

No es que me haya vuelto monárquico de repente, sino que así se llama el único restaurante español de Liubliana (y supongo que, por consiguiente, de Eslovenia). Su dueño, a diferencia de en otros lugares del mundo, no es de la España profunda. Es de Croacia. Uno de us cocineros antes sí era español, pero ahora no tengo ni idea. En su día pude trabajar allí como camarero, pero decidí continuar mi camino enseñando mi idioma. El restaurante es bastante modesto, no tiene una carta especialmente grande y salvo ocasiones especiales digo yo que tampoco se llenará hasta la bandera. Su localización no ayuda mucho, algo a las afueras del centro de la ciudad. Más de tres años me ha costado comer allí, a pesar de que tenía bastantes ganas de probarlo. Y debo decir, que sin ser nada excelente, es el mejor de los pocos restaurantes españoles que he probado en el extranjero, con mucho. Fuimos a comer bastante barato a través de uno de esos magníficos cupones que se compran por Internet, y nos tomamos una paella mixta que estaba bastante buena a pesar de un color un tanto verdoso. Acompañamos con una sangría que se dejaba beber y unas patatas bravas con una salsa un poco peculiar. No es lo que uno se encontraría en el bar de la esquina. No está mal reencontrarse con sabores (o al menos, platos) conocidos de vez en cuando.


miércoles, 27 de noviembre de 2013

¿A las montañas en noviembre? Sí, se puede

Pero de forma modesta. No puedes liarte la manta a la cabeza y fliparte en versión Juanito Oiarzábal. No estaba en mis planes hacer nada de montañismo con el invierno a las puertas, pero las oportunidades surgieron, así que ¿por qué no? La primera de las ocasiones, a mediados de mes, fue a Kriška gora. Esta montaña forma parte de los Alpes de Kamnik y de la Savinja, pero ni mucho menos se trata de una de sus mayores manifestaciones. Su pico más alto (Tolsti vrh) no supera los 1.715 metros de altitud. Además, nosotros no llegamos hasta allí arriba, sino que solo hasta el refugio de montaña, que se sitúa a los 1.471 metros. No era plan de forzar, y es que fui con los niños de cuarto curso y con el profesor de Educación Física. Empezamos en el refugio alpinista (891 mt.) de la aldea de Gozd, cuyo significado literal es "bosque". Realmente es una aldea pequeña y agrícola dentro del bosque. Por cierto, el asentamiento fue incendiado completamente por los malos durante la Segunda Guerra Mundial. La subida nos llevó algo más de una hora. A ritmo lento y con muchas paradas, pero en general los chavales se defendieron muy bien. Están acostumbrados a estas cosas, porque las excursiones a las montañas están a la orden del día entre las familias jóvenes eslovenas. El tiempo se portó, y a pesar de que estaba nublado se pudieron apreciar las vistas sobre todo el valle del Sava. Justo cuando iniciabámos el descenso la niebla empezó a caer sobre la montaña, consiguiendo así evitarla. Tuvimos mucha suerte, porque al día siguiente estas cumbres ya estaban cubiertas con nieve.

El refugio de abajo
El refugio de arriba
Y las vistas

La segunda ruta fue incluso más modesta y además ya la había hecho en una ocasión anterior hace bastante tiempo. En un espléndido día soleado de finales de noviembre y de forma totalmente espontánea nos dirigimos a Talež, uno de los montes que forma parte de la meseta de Jelovica y típico miradero sobre Bled. La subida, a buen ritmo, dura poco más de media hora. En este caso tampoco llegamos (con Monika y Nina, una buena amiga suya) a la cima, a 883 metros y curiosamente también con el nombre de Tolsti vrh, sino que paramos en el refugio de cazadores (715 mt.), que tiene una decoración un tanto siniestra y unas vistas espectaculares sobre Bled y su lago. Allí nos tomamos uno de esos magníficos tes que sirven en todo refugio de montaña que se precie y, además, me comí una blejska grmada, el otro postre típico de Bled. Sí, hay vida más allá de la kremšnita. Creo que había probado ya esta tarta de cacao, galleta y vainilla, pero no lo recuerdo, síntoma de que cualquier cosa sabe mejor en las alturas después de un buen esfuerzo.

Té y postre, combinación ganadora
Desde Talež

domingo, 24 de noviembre de 2013

SiTi Teater

Tenía que completar el círculo. Y la oportunidad se volvió a dar antes de lo esperado. Problabemente no hubiera muchas más después de más de 300 funciones. Por eso había que aprovecharlo. Después de la primera versión en libro y la tercera en celuloide solo quedaba la versión en teatro. Curiosamente "Čefurji raus!" se ha convertido en mi primera obra de teatro en Eslovenia. He de decir que me gustó bastante. La historia es la misma que en sus otras dos caras, pero obviamente contada y vivida de una manera diferente. Se parece más al libro en el sentido de que refleja mucho mejor el carácter introspectivo y reflexivo de la obra, pues se trata más o menos de un monólogo. Dura algo más de una hora y está puesta en escena por un solo actor, de nombre Aleksandar Rajaković-Sale y que mucho me temo que también es čefur. Su actuación me parece magnífica. Es encomiable cómo llena el escenario él solo y cómo te lleva de momentos de humor (en ocasiones demasiado vulgar y gritón, todo hay que decirlo) a otros más tensos y dramáticos mientras nos presenta a los diferentes personajes de la historia. Todo ello aderazado con la música al principio y al final de Zlatko, un rapero y fužinés de pro productor de esta obra y que a mí personalmente me parece un poco cretino. La obra, dirigida por Marko Bulc, no fue creada originalmente para el teatro en el que yo la vi, llamado SiTi Teater. Su nombre forma un juego de palabras entre "Tú eres teatro" y "Teatro Hartos". Es uno de los escasos teatros de la capital eslovena. Se encuentra en el inmenso complejo comercial de BTC City, a las afueras de la ciudad y está completamente enfocado al humor. La entrada es bastante cara, quince euros. Es pequeñito, con menos de doscientas butacas, pero acogedor. Espero visitarlo en alguna otra ocasión, porque la experiencia fue más que satisfactoria.


jueves, 21 de noviembre de 2013

Milano

De un vecino a otro. El puente de todos los santos nos dirigimos una vez más a Italia. Pero a diferencia de todas las veces anteriores no como lugar de paso sino como destino. Salimos el sábado por la mañana y recogimos a un par de chicas por el camino para compartir los gastos del viaje. Son prácticamente 500 los kilómetros que separan Milán de Liubliana, así que se necesita una parada larga a mitad del viaje para descansar. Y la oferta de ciudades italianas que visitar en torno a la mitad del recorrido es de aúpa. Nos decantamos por Padua. Encontramos el centro sin problemas y aparcamos por el módico precio de diez euros al lado del centro. Durante un par de horas recorrimos sus calles, atestadas de gente y de mercadillos. No había visto tantos mercadillos en mi vida. Cada plaza, y había muchas, tenía el suyo. En total no creo que se alejara mucho del tamaño del Rastro, aunque no tenían conexión entre ellos. Por lo demás, Padua es una bonita ciudad italiana más, aunque ésta no me lo pareció tanto. Tiene bonitas plazas y algunas iglesias de entidad, como la Basílica de San Antonio, donde está enterrado el famosísimo santo del mismo nombre y al lado de cuya tumba me sonó el móvil. Pero el conjunto histórico no tiene un encanto especial como otras urbes de este país.

En el enorme Prato della Valle
La basílica de San Antonio de Padua, con el Gattamelata
de Donatello a un lado

Una vez en Milán nos llevó tiempo encontrar el hostal, bien de precio para lo que es esta ciudad. Soy de esos que odian los GPS, así que nunca lo uso. Me fio mucho de mí mismo. Fue un poco estresante, pero si tardamos tanto en llegar al alojamiento fue porque Milán es ya una ciudad de un tamaño considerable y no dispone de una circunvalación interior muy fluida. Mi hermana nos había hablado bastante mal de la ciudad, pero, tal vez precisamente por ello, nos gustó mucho y nos sorprendió gratamente. Realmente disfrutamos paseando por el centro, con sus avenidas comerciales pijas y viendo enormes monumentos como son la Galería de Víctor Manuel o la Catedral. También destacable es el castillo de los Sforza. No como La Scala, que arquitectónicamente no tiene mucho que ofrecer. El Metro de la ciudad está bastante bien y facilita mucho la visita. En fin, que me pareció una ciudad muy agradable y digna de ver. Además, uno ya no está acostumbrado a las grandes urbes y siempre gusta volver a una. Por cierto, que no he dicho a qué fuimos a Milán. A Monika le debía un favor por acompañarme al concierto de Iron Maiden y se lo devolví asistiendo a un macroconcierto en las afueras de Milán de los estadounidenses Queens of the Stone Ages. Solo los conocía un poco, pero el concierto me gustó bastante (incluidos los teloneros, los británicos Band of Skulls). Pero algo me impidió disfrutarlo del todo, y es que después teníamos que recorrer los 500 kilómetros de vuelta a través de la madrugada del domingo al lunes. Fue mucho más llevadero y fácil de lo esperado.

Belleza gótica
En si misma toda la Piazza del Duomo es una preciosidad
También hay tranvía en la ciudad. En el transporte público
había una importante campaña publicitaria de Eslovenia
como destino turístico

viernes, 15 de noviembre de 2013

Celovec

Celovec es el nombre esloveno de la ciudad austríaca de Klagenfurt, la capital de la Carintia del país vecino. Perteneció en su día al Ducado de Carantania, ente político sumamente importante en los comienzos de la historia de los eslovenos (tanto, que Carantania es un auténtico símbolo aquí para los neonazis). Así pues, podéis imaginar que en la actualidad es otro de esos lugares en los que hay una importante minoría eslovena. Había pasado por la ciudad en alguna ocasión, pero no había vuelto a poner pie en el centro de la ciudad desde que la visité por primera vez, en julio del 2009. Entonces no tenía los conocimientos que tengo ahora, y no pude apreciar vestigios de la cultura eslovena en la ciudad, especialmente en librerías. No en vano, una de las grandes editoriales en esloveno tiene sede en Klagenfurt. Los eslovenos tienen sus propias escuelas y diferentes instituciones también, pero la asimilación sigue su curso. Al menos es algo más fácil desde que murió Haider, como ya dije en su día azote de la minoría eslovena en Austria. Desde hace un par de años empiezan a aparecer nombres de pueblos en los dos idiomas, algo antes impensable. Por cierto, esta vez conducía yo y no pude evitar pararme y tomar algunas fotos de ese extravagante altar improvisado en el lugar del accidente que le costó la vida a las afueras de la ciudad. Sé que es un poco de mal gusto, pero abajo lo podéis echar un vistazo. Por otra parte, he de decir que la ciudad me gusta bastante. Tiene un casco histórico bastante pintoresco y acogedor. Otra cosa son las sombras de la sociedad austríaca...

El dragón sigue presidiendo la ciudad
El parecido con el escudo de Liubliana no puede
ser casualidad. Es que son iguales

Casi cinco años después. Juzguen ustedes mismos...

lunes, 11 de noviembre de 2013

Go Moonlee!

Ya ha llovido desde el 12 de octubre, pero hay cosas que no se pueden quedar en el tintero. Antes lo hacía pensando en que llegaría el momento de rescatarlas del baúl de los recuerdos, pero muchas veces el tren pasa para no volver. En fecha tan señalada en otras tierras nos dirigimos a un nuevo festival organizado por el sello Moonlee Records. Aunque en esta ocasión no se realizaba en Liubliana, sino en Nova Gorica, que acogía de nuevo este pequeño festival por segunda vez. Como bien puede dar fe el blog había pasado dos veces por esta peculiar ciudad, pero poco más allá había ido de su estación de tren, por otra parte su edificio más antiguo. En esta ocasión pude apreciar con mis propios ojos la peculiaridad de una ciudad construida hace apenas medio siglo para los eslovenos forzados a abandonar la ciudad italiana de Gorizia tras la Segunda Guerra Mundial. La cruzamos y vimos como de verdad es una pequeña Las Vegas en Eslovenia, llena de prostíbulos y casinos para los vecinos italianos. Todo edificios nuevos y luces de neón, nada de centro histórico. Extraño, desde luego. Lástima que no tomara fotografías como prueba. En realidad, si hablo con propiedad, técnicamente el concierto tenía lugar ya pocos metros dentro de Solkan, localidad adyacente a Nova Gorica (tan adyacente que solo se necesita cruzar la calle para pasar de un municipio a otro) y que tiene el honor de poseer el puente de arco de piedra más grande del mundo. Vagamente recuerdo verlo en mi primer paso por estos lares. Y remitiéndome a las primeras frases de esta entrada, os dejo también alguna foto de la vecina italiana, porque sí es que vuelvo a poner el pie en ella seguro que no encontraré el momento de dedicarle unas líneas.

La estación de Nova Gorica desde Italia, lo único que les dejaron
Al menos en la parte italiana conservan algunos retazos
de su historia eslovena
El castillo de Gorizia presidiendo la plaza principal de la ciudad

Dejándome ya de pamplinas y pasando al concierto, éste tenía lugar en Mostovna, local equiparable una vez más a Metelkova para la escena de Nova Gorica. La sala me encantó, muy currada. Llegamos muy pronto, pero poco a poco el aforo se fue completando y las bandas se fueron sucediendo. La entrada estaba bastante barata y con ella se recibía un antiguo disco del sello de regalo. Yo elegí el de una banda croata de metal surrealista y absurdo llamada Hesus Attor (escuchado una vez en el coche y directo al cajón del olvido) y Monika uno de Psycho-Path, desaparecida banda eslovena de rock alternativo que no está tan mal. En cuanto al concierto, abrieron fuego los locales Iamdisease, metal hardcore un tanto infumable. Después siguió la banda liublanesa Trus!, nuevo grupo potente en la escena alternativa y al que ya había visto durante el verano pasado sin prestarles mucha atención. Esta vez me entró un poco más su peculiar mezcla punk, electrónica y new wave. En cambio, Nikki Louder me aburrieron en comparación con la primera vez. Después fue el turno de, cómo no, Bernays Propaganda. Volvieron a tocar escasa media hora, pero ya me voy acostumbrando. No me enrrollaré con ellos, porque están hasta en la sopa en este blog (para más inri, dos días después les vi de nuevo en Gromka con dos grupos checos que ni fú ni fá llamados Just for being y Daydream). Cerraron el concierto con un magistral repertorio de rock alternativo, garajero y ruidoso los serbios de Repetitor. Ya los conocía, pues es otro grupo al que había visto este verano y no había hablado de él por aquí, como con Trus! (para que veáis que no soy tan pesado de contar absolutamente todo lo que hago). Sabía lo que me esperaba y no me defraudaron. Se están convirtiendo en toda una sensación en los países de la antigua Yugoslavia y es ese grupo que aparecen en la banda sonora de "Čefurji raus!". Habrá que seguirles la pista a ellos también.

A un lado, Mostovna. Al otro, la valla que marca
la frontera con Italia
El señor Moonlee bailando pogo al son de Repetitor

jueves, 7 de noviembre de 2013

SNG Opera in Balet Maribor

Si digo que hoy voy a hablar de un bailarín de ballet rumano puede sonar un poco extraño. Pero es que el susodicho, de nombre Edward Clug, llegó con dieciocho tiernos añitos a una recién independizada Eslovenia y aquí ha construído una reconocida trayectoria en este arte escénica, siempre dentro del Teatro Nacional Esloveno. Me resulta curiosa y difícil de comprender la estructura de esta institución, pues tiene numerosas y diferentes ramas. Goza de sedes en Liubliana (teatro y opera y ballet), Maribor (con las mismas secciones) y Nova Gorica (solo teatro). No llego a discernir la relación entre ellos, pero creo que son independientes entre si. El caso es que Clug fue progresando poco a poco y en el 2003 se convirtió en el director de la sección de ballet del Teatro Nacional Esloveno de Maribor merced a su talento. Ha creado diferentes e interesantes coreografías con las que ha alcanzado prestigio internacional. Y varias de ellas las estuvo presentando durante el mes de octubre en la espaciosa Gallusova Dvorana de Cankarjev Dom. Monika quiso ir a ver la que lleva por nombre "Radio & Juliet", una peculiar historia que mezcla la inmortalidad de Romeo y Julieta con la música deprimente de Radiohead (nombre muy conocido para mis oídos, todo lo contrario que su música). En una sala con media entrada pudimos disfrutar de una hora de arte de calidad, supongo. Es la segunda vez en mi vida que asistía al ballet, así que no creo que pueda realizar una crítica muy veraz. Me pareció un espectáculo arriesgado e interesante, con un inicio absorbente. Eso sí, para ver la trama de Romeo y Julieta en él hay que hacer un esfuerzo considerable. Si a alguien le apetece verlo no hace falta venir a Eslovenia o a ninguno de los otros lugares del mundo donde se representa. Es tan sencillo como entrar en Youtube y buscarlo.

La fachada del SNG Maribor a comienzos de 2011

viernes, 1 de noviembre de 2013

Un par de nuevas y muy buenas películas eslovenas

Octubre sin duda ha sido un mes intenso, con muchas actividades de ocio a las espaldas. Por ejemplo, estuve dos semanas seguidas visitando los cines Kolosej de Kranj para ver un par de nuevas y muy buenas películas eslovenas. La primera de ellas tiene por nombre "Razredni sovražnik", o lo que es lo mismo, "El enemigo de la clase". Un profesor de lengua extranjera llega a un instituto como sustituto por una baja de maternidad, granjeándose rápidamente la reputación de muy estricto, principalmente por hablar exclusivamente en la lengua meta. Casi podría ser yo mismo el protagonista de la trama, si no fuese porque una alumna se suicida al poco de su llegada y en circunstancias poco claras, lo que llevará a la clase a un ambiente insostenible. "Razredni sovražnik" es una de las grandes películas del cine esloveno de este año, y si apuramos, incluso de toda su historia cinematográfica. Se encuentra ya en sus últimos días en la cartelera, en la cual está durando mucho gracias a los numerosos premios que ha recibido, algunos de ellos internacionales  e incluyendo el premio a la mejor película del 16º Festival de Cine Esloveno, el máximo galardón del país. Además, se trata de la película elegida para la carrera al Óscar a la mejor película extranjera. El largometraje se desarrolla tanto en esloveno como en alemán (que esa es la lengua extranjera que enseña el profesor) y he de decir que me gustó bastante. No escapa de los pecados del cine esloveno, tales como los silencios embarazosos, los planos inquietantes y la casi completa ausencia de banda sonora. Pero aún así, la trama, basada en un hecho real, tiene la suficiente calidad como para hacer que merezca la pena verla. Está protagonizada por Igor Samobor, uno de los principales actores eslovenos actuales, y dirigida por Rok Biček, en lo que ha supuesto su tercer film de larga duración.


La segunda de ellas fue la esperada versión en celuloide del éxito "Čefurji raus!", que como ya avisé cuando comenté su versión literaria en el blog se estrenaba en octubre. No me ha defraudado, y es que Goran Vojnović se está convirtiendo en mi artista esloveno de cabecera, ya sea como director o como escritor. Pero la película sí me generó sentimientos encontrados. Solo un día después del estreno oficial, la pequeña sala de cine estaba hasta arriba, con mucho público que obviamente no frecuenta estos lugares. Me sorprendió que la película comenzó de manera un poco diferente al libro, pero por lo demás la trama se desarrolló exacta. Y plasmaba fielmente los personajes de papel, aunque algunos me decepcionaron un poco. No usaré el manido tópico de que el libro es mejor que la película, pues en mi opinión es irrelevante. Las novelas tienen mucha mayor capacidad de profundización que las películas. Además, eso se dice cuando se ha leído siempre el libro antes y es algo inevitable compararlo, pues al leerlo creamos nuestra propia película en nuestra cabeza, y obviamente no es eso lo que vamos a ver en la gran pantalla. Y de ahí mis sentimientos encontrados, porque por otra parte es una buena película, con una más que buena historia. Y lo mejor de todo es que es una película que acaba con todos esos pecados del cine esloveno que mencionaba más arriba. Es ágil, directa y repleta de buena música, como la de Repetitor, banda de la que hablaré en una de las próximas entradas.



sábado, 26 de octubre de 2013

Frididi

No es esta una de las entradas que estaban esperando a ser publicadas. Pero la vida casi siempre sigue sus propios designios. He pasado una semana complicada, porque Frida, nuestra gata, desapareció y no volvía a casa. No era la primera vez que se iba por unos días, pero esta vez desde el principio lo sentí diferente. Yo no soy mucho de estas cosas, pero cuando salía al patio sentía un vacío horrible. Algo me decía dentro que Frida ya no estaba. Pese a que la esperanza es lo último que se pierde, yo ya había aceptado la realidad. Hoy un familiar nos ha dicho que vio su cuerpo cerca de casa. Hemos ido a buscarlo, pero ya no estaba. No tenía ni cuatro años y su vida iba paralela a la mía en común con Monika. Llegué a conocer a su gato anterior, Ferdinando (que murió atropellado al lado de casa), pero muy poco. Frida era mi primer gato, mi primera mascota de verdad. Y tenía características que le hacían única. Echaré de menos cuando se me acercaba y se frotaba contra mí, cuando me chocaba los cinco o cuando se me ponía alrededor del cuello. Y cuando la llamábamos desde el balcón y venía corriendo alegre, sin importar lo lejos que estuviera. Incluso cuando me arañaba, porque tenía carácter. Los días han pasado y la he podido llorar y seguir hacia adelante. De hecho, ya tenemos un nuevo gato, algo para lo que ni yo ni él estamos preparados emocionalmente. Se pasa el día escondido. Quién sabe si será lo mismo que con Frida. Hasta siempre, gatito.




domingo, 20 de octubre de 2013

Eurobasket

El campeonato europeo de baloncesto del 2013 ha sido el evento deportivo más grande de la historia organizado en Eslovenia. Así pues, es de imaginar que ha sido algo de gran impacto en el país. Y también lo ha sido en mi vida. Hace justo ahora un año que en una feria estudiantil me apunté por primera vez como voluntario para el torneo. Nunca había hecho nada por el estilo y me apetecía bastante. Conseguí pasar el proceso de selección, en el que me asignaron trabajar con los medios de comunicación durante la segunda fase y la fase final, a celebrar en el pabellón de Stožice. Pero la primera fase no se quedó inédita para mí, pues conseguimos dos entradas gratis para el partido entre Macedonia y Serbia en el pabellón Podmežakla de Jesenice, cerquita de Zasip. Las entradas las regalaba la embajada de España de aquí, ya que España como destino turístico era uno de los principales patrocinadores del torneo (para otras cosas no tienen dinero, pero para idioteces de este tipo sí que lo tienen los hijos de puta). En el partido había un ambientazo por parte de las dos aficiones, pero especialmente de la macedonia. Muchos seguidores llegaron de estos dos países también ex-yugoslavos, y no hay que olvidar que Jesenice tiene un elevado número de inmigrantes procedentes de ambos estados. El partido lo dominó claramente Macedonia, que por otra parte no hizo absolutamente nada en el torneo. Después del partido pasamos un rato por la fanzone de la ciudad. Me parecía increíble estar en un evento de esta magnitud en Jesenice. Había buen ambiente también, con un concierto de Coverlover, conocido grupo esloveno de versiones de rock. Pero tras unas cuantas canciones empezó a tocar con ellos Zoran Predin, uno de los grandes viejos rockeros del país, y pasó a ser un coñazo. Ni siquiera nos quedamos a escuchar en directo el himno del Eurobasket, creado entre estos dos artistas. Es cañero, pero como la mayoría de estas cosas es bastante truñete.

Los macedonios dominando el Podmežakla
Coverlover & Zoran Predin

El voluntariado fueron dos semanas de septiembre muy intensas, yendo a casa solo para dormir. Pero merecieron la pena. Disfruté de la experiencia. Nunca he sido un gran seguidor de este deporte, pero pude ver todos los partidos que quise, algunos de ellos de gran calidad y otros sin ningún interés. Y como podréis ver en el segundo vídeo de abajo, algunos partidos los vi realmente en primera fila (en la segunda mejor canaste del campeonato, lo importante no es el alley oop de Rudy sino el banco de los fotográfos). Eso sí, ahora creo que estaré mucho tiempo sin ver baloncesto. Pude ver otras cosas relacionadas con las selecciones muy de cerca, como las zonas mixtas o los entrenamientos. Y obviamente tuve alguna oportunidad para fotografiarme con algún jugador, aunque no me apetecía molestarles mucho. Con quien si que me gustó fotografiarme fue con la mascota, Lipko. Al principio me parecía superfeo, pero luego me acabó resultando muy simpático. El trabajo con los periodistas fue a veces gratificante y a veces muy desagradable, porque muchos periodistas son unos auténticos cretinos. Los españoles eran bastante majetes en general. En cuanto al trabajo en si, consistía principalmente, dependiendo de la posición exacta, en ser camarero, recepcionista o vigilante de seguridad. Nada especialmente interesante, pero tampoco era muy duro. Los partidos con más ambiente y más emocionantes fueron, claro está, los de Eslovenia. También lo fueron para mí, pues mis convicciones personales se enfrentan a aquello que nos inculcan como niños en lo referente a apoyar a la selección estatal. Les pude seguir desde su último partido amistoso, donde me estrené como voluntario, hasta la quinta plaza que acabaron logrando. Fue muy triste verles perder en cuartos de final contra el a la postre campeón Francia. Tenían un equipo aceptable y yo estaba totalmente convencido de que caería medalla. Pero curiosamente pocos minutos después de la derrota fue uno de los mejores momentos personales del torneo. Y es que junto a otros voluntarios y periodistas de Val 202 nos tomamos el lujo de echar una pachanga en la cancha, como se puede ver en el vídeo a continuación: 


Con mi colega Lipko
Con la locura posterior a la ceremonia de
clausura me acabé convirtiendo en Lipko

Los aficionados eslovenos en estos casos son
como los de cualquier otro estado
Con el "menor" de los Gasol
La megaestrella de la selección eslovena, Goran Dragič, y yo

Pero lo mejor, sin ninguna duda, fue conocer a la gente que conocí. Había otros voluntarios españoles, algunos de ellos venidos expresamente para la ocasión, otros que vivíamos aquí y uno que había venido para quedarse un año de erasmus. Por supuesto, también conocí a muchos de origen esloveno e incluso de algunos otros países europeos. Había bastante buen rollo, aunque muchos se tocaban las pelotas a dos manos. Hice especialmente buen grupo con tres chicos: un español, un esloveno y un esloveno de origen serbio (Daniel, Marko y Viktor). Nos echamos nuestras buenas risas, ya fuese en el pabellón o paseando y haciendo el tonto por la fanzone al lado del estadio. Fue el inicio de una bonita amistad que seguro que perdurará en el tiempo.

Vista aérea de Stožice en el Francia - Lituania de la final
Con Daniel y Calderón
Con Viktor, Luka (nuestro coordinador) y Marko en la fiesta
para voluntarios tras la final del torneo

sábado, 12 de octubre de 2013

El centro de Eslovenia

El año escolar empezó hace ya más de un mes, con bastantes cambios en mi trabajo, algunos para mejor y otros creo que no tanto. Lo que no ha cambiado es el ritmo de excursiones que tenemos. Ya el primer domingo hicimos una a un peculiar lugar de Eslovenia: su centro geométrico. Liubliana resulta una capital muy céntrica, pero el verdadero centro geométrico del país se encuentra a cuarenta kilómetros en dirección noreste de la ciudad principal. Concretamente está en la aldea de Slivna, al lado del pueblo más grande de Vače. En este último pueblo se encontró el resto arqueológico más importante en territorio esloveno, la vaška situla. Se trata de un vaso de la Edad de Bronce, concretamente de la cultura de Hallstatt (por cierto, precioso lugar austríaco), decorado con magníficos relieves. Fue descubierta a finales del siglo XIX y actualmente se conserva en el Museo Nacional Esloveno, así que he de suponer que en su momento lo vi, porque no nos acercamos a Vače a ver la réplica que tienen allí. Para que os hagáis una idea de su importancia, en mi documento de identidad de extranjero aparecen motivos del vaso y el hostal donde me hospedé aquella vez en Novo Mesto tenía por nombre Situla. Volviendo a Slivna, el centro geométrico es algo bastante simple, pero tiene un moderno y curioso monumento rodeado de símbolos eslovenos. 

El centro geográfico de Eslovenia
Otro de los monumentos que rodean
al monumento principal, con un
motivo de la vaška situla

Después de la presentación de todas estas cosas que hicieron los niños en el mismo monumento, andamos unos cientos de metros para montar un picnic en el parque de adrenalina que se encuentra en la aldea para aprovechar el tirón turístico que pueda tener el monumento. De nombre Geoss, mismo nombre que el monumento, abrió sus puertas hace no mucho. Presenta varios itinerarios con diferentes dificultades y otras cosas típicas de estos lugares. No lo pude probar en su totalidad, pero al menos sí pudimos utilizar una de sus atracciones. Y esta fue una larga tirolina a través del bosque. No sé cuantos metros tenía, pero muchos. Y la adrenalina de deslizarse por ella a más de sesenta kilómetros por hora fue algo espectacular.

Miedo
Y adrenalina

sábado, 5 de octubre de 2013

Velika Planina

Radio SI es una de las estaciones de radio más populares de Eslovenia. Al principio, aún en los tiempos del Daewoo Matiz, era lo que siempre sonaba en la radio (como curiosidad, unas cuantas veces escuché diferentes canciones de Jarabe de Palo). Ahora, ya en la época del C3, es otra emisora, la comercial Radio 1, la que ha ocupado en gran medida su lugar, aunque no del todo. SI son las siglas de Slovenia International, y es que esta cadena destaca por ser la rama internacional de la radio nacional eslovena, con buena parte de su programación en inglés y alemán, lo que es de agradecer. En los últimos meses han lanzado una serie de eventos y clubes para extranjeros en el país, y uno de ellos me llamó suficientemente la atención como para ir. Con Monika y mi amigo holandés Martijn y su novia, conocidos de mi época del EVS, nos dirigimos a Velika Planina, uno de los lugares de montaña más importantes en Eslovenia. Apenas nos relacionamos con otras personas que se dieron cita en el evento, pero de todas maneras pasamos un día estupendo. Y todo por tan solo seis euros de inscripción. Por ese módico precio recibimos una camiseta de la radio, subimos a la montaña en el caro funicular, degustamos un exquisito menú compuesto por gulash y štruklji, dos de las mayores delicatessen de la cocina eslovena, y visitamos el museo de Velika Planina. Como subimos en el funicular, no es que hiciésemos mucho montañismo, aunque de ahí a la cima sí caminamos algo (no así al bajar, porque utilizamos el largo telesilla que lleva de la cima al funicular). Velika Planina no es el nombre de esta montaña  de los Alpes de Kamnik y de la Savinja (el pico se llama Gradišče y tiene 1.666 metros de altitud), sino que lo es de la meseta donde se sitúa uno de los mayores asentamientos pastoriles de montaña de toda Europa. Se trata de una aldea que se remonta a tiempos medievales, incendiada completamente durante la Segunda Guerra Mundial y que aún hoy continúa en funcionamiento. Se trata de un lugar protegido y de gran importancia etnológica, pues tiene su propio método de construcción de las cabañas, su vestimenta tradicional, sus diferentes herramientas de trabajo y hasta su propio queso, producido a partir de la leche que dan las numerosas vacas que pastan en sus prados. En la parte histórica las cabañas pertenecen a familias de la zona, quienes no pueden venderlas para evitar la llegada del turismo salvaje. Buena medida, pero que no ha evitado que en las inmediaciones hayan surgido numerosísimas colonias de cabañas de alquiler. Es espectacular ver el mar de cabañas, ya sean tradicionales o modernas, en lo alto de la meseta. Sin duda alguna, es una visita obligada si pasas por Eslovenia. 

Subiendo en el funicular... ¡Espectacular!
El gulash es el mayor legado húngaro a la gastronomía eslovena
Y los štruklji son uno de los mejores platos típicos eslovenos
El grupo con las camisetas de Radio SI
Velika Planina: paisaje de otro tiempo
Las vacas tienen que estar hasta el gorro de los turistas
A ver si algún día alquilamos alguna cabaña para turistas

La población de mayor entidad en las cercanías de Velika Planina es Kamnik, no muy lejos de Liubliana. Era paso obligado en coche, y como tanto ni Monika ni yo habíamos estado, nos apetecía parar a visitarlo y redondear el día. Había visto fotos del pueblo, de más de diez mil habitantes, y había oído hablar mucho de él, por lo que me podía hacer una idea. Pero aún así me sorprendió y agradó mucho la visita. El centro histórico es enorme y tiene muchos edificios dignos de admirar. Especialmente destacable es la capilla del castillo pequeño, bonito resto arquitectónico y de grandes vistas sobre el casco antiguo. Además, las calles estaban llenas hasta la bandera, porque justo ese día se celebraba la 43 edición del festival de los trajes típicos de Eslovenia. Pequeños rincones de Eslovenia como este nunca dejarán de sorprenderme.

Vista sobre el casco viejo de Kamnik.
Al fondo es donde está Velika Planina

La capilla del castillo pequeño
Y sus bonitos frescos interiores
Trajes típicos femeninos de las diferentes regiones de Eslovenia