Voy a contar unas cuantas cosas así a cholón, sin mayor orden ni nada. De momento me sorprende que no hace mucho frío. De hecho, bastante poco. Estamos a mediados de noviembre y aún no puedo decir que haya hecho verdadero frío. En Liubliana durante el día la temperatura está en torno a los quince grados, y por las noches un poco por debajo de los diez. En Zasip sí se nota más frío. No en vano está en las montañas, aunque por ejemplo el otro día las cimas habían perdido prácticamente toda la nieve que tenían. Eso sí, llover, llueve bastante, como la mitad del tiempo o así. Un coñazo... El voluntariado cada vez está más cerca, y sigo con intercambios de correos con las organizaciones y demás. Tengo bastantes ganas de empezar y por fin sentirme útil. Y como cada vez está más cerca la fecha, estos últimos días estoy estudiando bastante esloveno. Me hubiera gustado haber estudiado más a día de hoy, pero he sido bastante vago y nunca he hecho por encontrar el momento para estudiar. Pero como Monika tiene un examen la próxima semana, la estoy obligando a ir a estudiar a la biblioteca. Y yo voy con ella y, o bien preparo clases de español o bien estudio esloveno. Nos gustaría ir a estudiar a la Biblioteca Nacional, que está cerquita de casa, pero tendría que pagar quince euros para hacerme el carnet, y eso simplemente para tener acceso a la sala de lectura, ya que por ser extranjero y no estudiante no tengo derecho a préstamo de libros. Total, que no creo que lo vaya a pagar. Ya haremos algún chanchullo con algún amigo de Monika que no vaya, que a los estudiantes les sale gratis. Supongo que os sorprenderá que haya que pagar por las bibliotecas. A mí también me sorprendió. Muchísimo. De hecho, más que sorprender, casi diría hasta que me “repugna” debido al funcionamiento de las bibliotecas públicas en España. Pero aquí todas las bibliotecas funcionan así. Tienes que pagar una cuota anual, y por ejemplo, si te retrasas en la devolución de los ejemplares la multa se paga en dinero, y no en penalización de tiempo sin préstamo. Pero bueno, hemos encontrado otra biblioteca también muy cerca de casa, que es una biblioteca de cosas de ingenería, arquitectura y similares (no recuerdo exactamente de qué, aunque eso sí, no es de ninguna facultad, es pública). Nadie te identifica al entrar y se está bastante bien. La verdad es que al principio me negaba a pagar por una biblioteca, pero no me ha quedado más remedio que hacerlo. Me he hecho el carnet de la biblioteca del Instituto Cervantes de aquí, porque necesito consultar un montón de libros para preparar las clases. Sólo he tenido que pagar cinco euros por un año, y como es bastante familiar (de hecho, ya tengo bastante confianza con la gente que lo lleva) pues no hay que pagar si te retrasas en la devolución. Así que, dentro de lo malo no está tan mal. Y necesito coger esos libros para preparar las clases. Ya lo dije en la entrada anterior, que trabajo en dos sitios (Hola y Luna), y con ello sigo, por ahora con un ritmo de dos clases a la semana. En Hola tuve clase ayer con el mismo chico que en teoría voy a tener todos los martes y mañana tengo clase en Luna. Estoy bastante contento y orgulloso de haber encontrado trabajo tan pronto y de lo que quería, que creo que no es tan fácil. Y además creo que lo estoy haciendo bastante bien. Estoy dedicando bastantes horas a preparar las clases, siguiendo diferentes métodos, libros y demás. Me repito mucho, sí, lo sé, pero espero poder seguir con ello a partir de diciembre.
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El aula en Hola | |
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La prueba del delito |
Por lo demás, el otro día volví a subir Rožnik con la bici. No hubo color con las anteriores veces. Ya me conocía el camino y la dureza, con lo cual supe regular mejor y la verdad es que subí bastante más suelto hasta arriba. Las tentaciones de echar pie a tierra fueron prácticamente inexistentes, conseguí subir y volver sin bajarme de la bici ni un solo segundo y después no estaba extenuado. Supongo que la práctica sirve para mejorar. Otra cosa, ayer era el cumpleaños del padre de Monika y por eso hace unos días fuimos a un “gostilna” a cenar. Un gostilna es un típico restaurante esloveno, con comida tradicional. En realidad es un restaurante normal, pero diría que con cierto aire familiar y casero (si no me equivoco gostilna significa algo como casa de huéspedes). Total, que por fin probé el “Ljubljana schnitzel”, que era algo que quería desde hacía mucho tiempo. Un schnitzel no es otra cosa que un escalope de toda la vida, ni más ni menos, pero uso esta palabra porque me introduje en su mundo cuando estuve viviendo en Viena (el Wiener Schnitzel probablemente es el más famoso). Y creedme, están exquisitos. El Ljubljana Schnitzel no es muy diferente, de hecho es prácticamente igual pero tiene jamón y queso en el interior. No es que fuese nada del otro mundo, pero como todo escalope, pues estaba bueno. Lo probaré en el futuro en otros restaurantes para contrastar. Y no, no se me ha olvidado. Dije que había estado estudiando bastante esloveno. Evidentemente todavía no puedo mantener una conversación, pero estoy ya aprendiendo bastante vocabulario de la vida cotidiana y conozco el presente de los verbos, algunas preguntas básicas, etc. Vamos, que en tiendas o así debería empezar pronto a atreverme a hablar en esloveno. De momento, mis conocimientos sólo me sirven para impresionar a los amigos de Monika. Pero bueno, poco a poco, es un idioma muy diferente y muy difícil.
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Mi cara de gañán al terminar de bajar Rožnik | |
Vaya huevos le has echado para subir la última foto jajaja
ResponderEliminarTe iba a comentar algo de lo escrito, pero la última foto también me ha dejado impactado, jajaja!
ResponderEliminarA mí también me impactó cuando la hice y la vi. No creía ser tan feo!
ResponderEliminarJajajaja. Me he puesto a partirme la polla solo en mi cuarto, no lo he podido evitar.
ResponderEliminarY nada, con el esloveno a darle duro...a ver si cuando vaya (ojalá pueda ir) me sorprendes, y a ver si también me llevas a comer un escalope de esos.