viernes, 12 de noviembre de 2010

Ruta ciclista del Radovna

Hoy tocaba bici. Hacía buen día y Monika trabajaba, así que había que aprovechar. Después de meditar si intentar la venganza de la cuesta de Jesenice, me he decidido por otra idea que también hubo que abortar en su momento, la ruta ciclista del Radovna, y es que Monika ni siquiera pudo llegar al inicio de la ruta (eso por decir que mi blog es aburrido, ¡ja!). Ella me enseñó esta ruta, que está muy cerquita de su pueblo, pero al final la he hecho sin el tríptico porque lo tengo en Liubliana. Es la primera ruta ciclista elaborada dentro del Parque Nacional del Triglav, el único parque nacional de Eslovenia y que está en esta zona de los Alpes Julianos. El Triglav es la montaña más alta de Eslovenia (2.864 metros) y es un auténtico símbolo para los eslovenos. Es el escudo de su bandera y hay un dicho esloveno que dice que no se es un verdadero esloveno hasta que se sube a la cima del Triglav (me gustaría hacerlo cuando llegue el buen tiempo, pero Monika está acojonada). Además de muchos mitos, leyendas, nombres comerciales, etc. Y el Radovna es un río cortito, que forma el valle del mismo nombre y afluye al Sava Dolinka (que después se convierte en Sava y es el río más importante de Eslovenia y uno de los más grandes de los Balcanes). Y la ruta ciclista tiene ese nombre porque evidentemente discurre por el valle del río.

Las aguas claras del Radovna al comienzo de la ruta
Entrando al parque nacional, también al comienzo

Desde Zasip hasta Krnica, el pueblo donde empieza la ruta, hay tres kilómetros o así. No es mucho, pero ha sido lo más duro. Porque es prácticamente todo subida cruzando los pueblos de Podhom, Spodnje Gorje y Zgornje Gorje (vamos, Gorje de Abajo y Gorje de Arriba, sin coñas), y con cierta pendiente en algunos momentos. O sea que he llegado al inicio de la ruta con un calentón importante, y eso que esto es lo que hicimos la otra vez, así que ya lo conocía. Una vez en Krnica, una bajada vertiginosa (y que después a la vuelta probablemente sería el repecho más duro de todo el recorrido), y al salir del pueblo se entraba en el parque nacional. Por la planimetría que venía en el tríptico debo decir que no parecía muy duro, pero lo ha sido y bastante. La ruta, que según el panfleto son 16 kilómetros y según las señales que he visto en la "carretera" son en torno a 13), va a la orilla del Radovna, remontándolo. Con lo cual, gran parte del trayecto es ascendente, si bien con una pendiente ligera que en algunos tramos se convierte en mayor y en otros en favorable. Además, a los tres kilómetros el asfalto ha desaparecido para dar paso a una carretera de arena con una mínima cantidad de gravilla que en bastantes ocasiones se convertía en un barrizal con charcos. El paisaje era espectacular, ¿qué otra cosa puedo decir? Un valle típico alpino en el que me he cruzado con cabras y vacas, en el que había algunas granjas y en el que he visto un par de casas totalmente aisladas (y yo me pregunto: "¿Quién cojones vivirá ahí?"). Pero también debo decir, que cuando te exiges tanto encima de la bici no prestas mucha atención a lo que te rodea, sólo tratas de sobrevivir. Y cuando voy solo con la bici me exijo. Aunque el calentón con el que había llegado a Krnica se me ha pasado rápido, ya que los rayos del sol en el valle ni me han tocado (es lo que tienen los valles). Vamos, que he pasado casi frío (calculo que la temperatura sería de 7 u 8 grados), y mira que estaba sudando. Esto luego, como veréis, tendría sus consecuencias.

Un momento cualquiera por el valle

Doce kilómetros después de abandonar la civilización he llegado a la meta de la ruta, el pueblo de Zgornja Radovna, que si no me equivoco significa "Arriba del Radovna". Eso ya sirve para hacerse una idea de que efectivamente el trayecto era ascendente. Una paradita para soltar piernas y reponer agua. No me lo he pensado y he entrado en un "gostilna" que había a la entrada del pueblo para pedir que me rellenaran el bidón. Sabía que en un sitio tan aislado iban a ser amables. Y lo han sido, después de mi magnífica petición en esloveno. Y al volver a la bici se me ha caído un rastral del pedal. Ya llevaba dándome problemas unos cuantos días y ha terminado por suicidarse, y eso que lo había apretado antes de salir. Tampoco ha supuesto mucho problema, pero me he dado cuenta que no sé montar en bici sin rastrales. El pie se me iba todo el rato. Eso también es porque he vuelto a una velocidad considerable, mucho mayor que a la ida, aprovechando la bajada y también porque no quería que se me hiciera de noche (he salido tarde de Zasip, en torno a las dos y media). Terminar la ruta se ha salvado sin mayores problemas. Se me ha pasado el dolor de espalda que tenía a la ida, pero me he dado cuenta que tenía los dedos de los pies helados (que no congelados) y los he empezado a mover. Ha habido un momento en el que me he visto cual Juanito Oiarzábal sin dedos. El problema ha venido después de subir el cuestón de Krnica que suponía el final de la ruta. Este esfuerzo, más el frío acumulado, me han pasado factura. ¿Y qué me ha pasado? Pues lo que me pasa siempre cuando cojo frío. Me han entrado unos retortijones terribles. Ya me quedaba bastante poco para llegar a "casa", pero ya me conozco estas situaciones y he decidido parar en el primer bar que encontrado (es mejor cortar por lo sano que estar diez minutos sufriendo a lo tonto). He entrado directo a hacer aguas mayores y al salir me he tomado un zumo por vergüenza, y menudo palo que me han pegado. Pero, ¿y lo bien que he ido después hasta el final? Supongo que diréis: "Joder Changa, no tienes vergüenza ajena, ¿cómo coño cuentas eso en el blog?". Pues por varias razones. Primero, no creo que mucha gente llegue a este punto de la entrada después del tostón que estoy metiendo. Segundo, me la pela la norma social de no hablar de este tipo de cosas en público (es algo natural y que a todos nos ha pasado, ¿no?). Y por último, cuento con que este blog sólo lo lee gente que me aprecia, y total, no creo que esa gente me vaya a dejar de hablar porque haya tenido que cagar. Además, así os partís el culo, que estas cosas siempre hacen gracia.
  
Vista preciosa desde Zgornja Radovna.
Las montañas transmitían una sensación de frescor
muy fresca (¡sí, soy un poeta!)

El "gostilna" que ha saciado mi sed

He llegado a Zasip con unas ganas locas de meterme en la ducha, pero por ser un poco pelota he sacado a pasear a Kala para que dejase trabajar tranquilo al padre de Monika (como todos los cachorros, el perro da un rato por culo) y he ayudado a colocar un poco de leña. No puedo hacer menos, después de la cantidad de días que estoy aquí de gorra. El baño-ducha no ha estado tan mal, pero lo esperaba mejor después de 30 kilómetros de paliza (he tardado una hora y diez minutos a la ida y cincuenta minutos a la vuelta incluyendo el percance del retrete). Ahora tengo las rodillas y la espalda hechas una mierda. Si el otro día tenía esa cara después de Rožnik, imaginad la que tendría hoy. No me he hecho una foto porque no me quería morir del susto.

2 comentarios:

  1. Yo hoy no esperaba una foto de tu cara...sino del señor wc...jajajaja.

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  2. Qué frescor más fresquísimo. Me alegro de que hayas sobrevivido a tu exigencia y a la cagada.

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