Ljubljana International Film Festival. Eso es lo que empezó el día 10 de noviembre en Liubliana y que va a durar hasta el domingo, en su vigesimoprimera edición. Por lo visto es bastante popular en la ciudad, especialmente entre la gente joven, y es que Liubliana tiene un gran porcentaje de población estudiante que viene de todo el país a la universidad de la capital y los fines de semana vacían la ciudad. Por lo que he podido apreciar sí es verdad que este humilde festival de cine aporta bastante a la vida cultural de aquí, hay bastante gente en la calle cuando hay proyecciones (que son muchas películas diferentes y en diferentes salas de la ciudad) y por el centro estos días se pueden ver bastantes muñecos del mismo estilo representando a diferentes personajes del celuloide. Supongo que será una especie de mascota del festival. Las entradas son bastante baratas, aunque en realidad son de precio similar a las de una película normal en el cine. En torno a los cuatro euros y medio. Si comparamos con Madrid, sí, es muy barato. Además hay bonos a la venta para poder ver varias películas, que es lo que compra la mayoría de la gente. Pero nuestro pecunio no daba para mucho y decidimos elegir simplemente una. Creo que no pudimos elegir mejor (bueno, en realidad elegí yo; Monika prefería otra que también vimos uno de estos días pero en el ordenador descargadita de internet y que estaba bien, pero sin más). Las opciones se reducían mucho, ya que mi magnífico oído sólo nos permitía ver alguna película en español, que la verdad es que había muchas. Y además quería verla en Cankarjev Dom, que es uno de los palacios de congresos de Liubliana, en el centro y muy cerca de casa. Se llama así en honor a Ivan Cankar, el escritor que vivía en Rožnik. Soy un poco pijo con estas chorradas de ver sitios de la ciudad, lo reconozco. Total, que la elegida fue "El secreto de sus ojos", la película argentina con Ricardo Darín que ganó el Oscar a la mejor película extranjera este año (y que por eso no participaba en la sección a concurso del festival, sino que sus diferentes proyecciones eran una especie de premiere en Eslovenia antes de que se proyecte en las salas de cine). La película es buenísima, no voy a decir más. Simplemente que es de lo mejorcito que he visto últimamente. No es que sea muy cinéfilo, pero recientemente veo más películas de las que acostumbraba antes, y es muy difícil que algo me sorprenda y/o me guste, por lo menos en cuanto a producciones nuevas se refiere. La película fue en español, con subtítulos eslovenos, que creo que no hace mucha falta decir que es como ven aquí siempre las cosas, tanto en el cine como en la televisión. Lo vimos en la "Linhartova Dvorana" (Sala de Linhart, que fue otro escritor esloveno; éste lo que hizo fue escribir la primera comedia en esloveno, en el siglo XVIII), que no era tan espectacular como parecía en las fotos, pero la verdad es que fue un sitio interesante para ver una película.
La ciudad estaba llena de carteles promocionales del festival |
Cankarjev Dom, decorado con uno de los muñequitos |
Otra de las cosas interesantes que me ha deparado mi vida aquí ha sido hoy. He podido tener mi primer contacto con el voluntariado. No empiezo hasta el 1 de diciembre, pero el otro día me llamaron de la organización con la que voy a trabajar para invitarme a un taller que iban a realizar, y no quería perder la oportunidad. El lugar ha sido Soča, el centro de rehabilitación más importante de Eslovenia, (y que supongo que se llama así por un valle de los Alpes eslovenos del mismo nombre) y durante dos horas he tenido la oportunidad de estar con alrededor de diez niños de Gaza, que están en Liubliana siguiendo un programa de rehabilitación, además de recibir las prótesis para sus miembros amputados por culpa de las minas antipersona. Ha sido muy enriquecedor, nunca había hecho nada así, y supongo que me tengo que empezar a acostumbrar pues eso es lo que voy a hacer durante el voluntariado, trabajar con niños (con los que hasta ahora en mi vida he tenido prácticamente contacto nulo). Es sorprendente la alegría de niños que viven en situación de guerra, y encima con tan mala suerte. Su situación es algo que la gente occidental ni podemos llegar a imaginar, acomodados en nuestro "bienestar". Y también te sientes consternado por la barbarie de la situación de Palestina. Podría decir mucho más, pero ¿quién coño soy yo para hablar de esa situación que me toca tan de lejos? Por cierto, el otro día desaproveché la que pudo ser la última oportunidad de salir con la bici antes de la llegada del invierno. No es que hiciese buen día, pero lo suficiente, y cuando estaba a medio vestir me rajé. Luego me arrepentí un poco, porque no sé si en diciembre va a ser posible salir, pero es lo que hay. Bueno, ¡nos vemos mañana!