El fin de semana pasado nos quedamos en Liubliana y el domingo aprovechamos para hacer lo que hay que hacer. Es decir, ser un dominguero. Y no hay nada más dominguero en Liubliana que irte a
Šmarna Gora. El abominable invierno de las nieves parece ir quedando atrás poco a poco y hay que aprovechar los días de sol, que se echaban mucho de menos. Así estaba Šmarna Gora, llena de gente. Y después de dos años y medio creo que ya era hora de subir. En realidad ya había subido una vez, pero dando una clase (sí, a veces mi trabajo es muy duro). El susodicho lugar es un monte a las afueras de Liubliana, conocido por todo liublianés de pro. Está lleno de leyendas e incluso es un lugar de peregrinación. Marca el límite de la ciudad al oeste y es difícil no verla, pues destaca mucho en el horizonte. Es un monte con dos cumbres. Una de ellas es Grmada, con 676 metros sobre el nivel del mar, y la propia Šmarna Gora, solo siete metros menor. Si la altura de Liubliana son 295 metros, os podéis imaginar el contraste. Arriba hay unas espectaculares vistas sobre la depresión de Liubliana y la ciudad, aunque queda un pelín lejos. Y al otro lado, probablemente la mejor vista posible de la cordillera Karavanke. Además de eso, en la cumbre también hay una iglesia fortificada magnífica. Al menos, la más impresionante que yo haya visto nunca. Y es que el monte y su iglesia, como muchos otros lugares de Eslovenia, sirvió de refugio durante las invasiones turcas del siglo XV. El propio pueblo de Monika tiene otra iglesia así. También hay un mesón que está genial, con su oferta gastronómica eslovena y sus tiendas de recuerdos. Por supuesto, también hay una campana para tocar y pedir un deseo.
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La iglesia |
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Liubliana al fondo. El castillo de la ciudad desde aquí
parece ridículo |
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Karavanke, una preciosidad |
Hay muchos y diferentes caminos para subir. Nosotros cogimos el autobús urbano 1B, el que lleva hasta Tacen los domingos. Tacen es uno de los pueblos al pie del monte. Por allí pasa el Sava. El río más importante de Eslovenia pasa por las afueras de la capital. Y por cierto, en este pueblo tienen unas instalaciones para la práctica del piragüismo en aguas bravas bastante famosas. Ahora me entero. Desde allí empezamos nuestra ascensión por el camino que tiene por nombre "Spodnja kuhinja", o lo que es lo mismo, "la cocina de abajo". Tiene ese nombre porque era el lugar donde estaban acampados los turcos cuando asediaron el lugar, ya que es una pequeña planicie donde tenían instaladas las cocinas. La subida en algunos momentos es un poco exigente y se tarda, a un ritmo tranquilo, en torno a los 45 minutos. Pero esta vez era bastante engorroso, porque había muchísimo barro y nieve, por lo que, especialmente para bajar, era más deslizarse que caminar. Las vistas y el sol merecieron la pena.
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Šmarna Gora se eleva sobre Tacen. Todo ese parking son
coches de domingueros |
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La cocina de abajo |
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El Sava a su paso por Tacen |
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