Kekec es un joven pastor. Es atrevido, valiente y aventurero. Y, por qué no decirlo, también un poco fanfarrón. Siempre está cantando canciones o tocando la flauta. Vive en una aldea alpina y sube a la montaña para que el ganado paste. Allí es donde le suceden todo tipo de aventuras, siempre relacionadas con un personaje malvado que vive apartado de la sociedad en una casa en lo profundo de la montaña y que se dedica a raptar niños para ponerlos a trabajar a sus órdenes. Por supuesto, no será otro que el infalible Kekec quien siempre les rescatará de las garras de los malos malísimos. ¿Qué sería de sus pobres amigos sin el gran Kekec?
Además de todo esto, Kekec es un auténtico icono de la cultura eslovena. A él le deben su nombre bares, patés, fiestas y cualquier cosa que os podáis imaginar. Se trata de una figura literaria para jóvenes que creó el escritor Josip Vandot a principios del siglo XX. El autor era de Kranjska Gora, pueblo alpino esloveno por excelencia, de ahí que se pueda decir que ese sería el pueblo de nuestro simpático protagonista. Por ende, su impacto cultural es mucho mayor en la región de Gorenjska. Vandot le dedicó tres libros, y a partir de ellos se desarrollarían tres películas a mediados de la centuria pasada, las cuales terminaron de dar forma al mito "kekeciano". Pues bien, hasta esta última semana no había visto ninguna de ellas. ¡Qué poca vergüenza la mía! Llevaba tiempo sin poder dormir, así que me propuse terminar con el sufrimiento y en siete días me he ventilado las tres, una a una. Primero, "Kekec" (1951), que me decepcionó. Después "Srečno Kekec" ("Suerte, Kekec", de 1963 y primera película eslovena a color), la cual subiría ampliamente el listón. Para mí es la mejor de las tres con diferencia y un film más que visible. Y, si no me equivoco, también es la más famosa de la trilogía. Por último, llegó "Kekčeve ukane" ("Los trucos de Kekec", 1968), y que me pareció un tostón infernal. Sólo la primera de ellas es una adaptación fiel al primero de los libros. O eso es lo que he leído, que no os creáis que me he leído las novelas. Obviamente, los actores son diferentes en cada una de las películas, si bien los personajes más o menos son los mismos. Y el director también fue el mismo para las tres, Jože Gale. Sin duda, fueron sus trabajos cumbre. ¡Por cierto! Que las películas las vi en esloveno con subtítulos en la misma lengua (salvo la primera, que los puse en inglés).
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