Ese es el título de un pequeño ensayo que versa sobre los errores más habituales de los estudiantes eslovenos de español, publicado por la Universidad de Liubliana en el 2004 gracias al trabajo de los lectores Gemma María Santiago e Iván Reymóndez y a la subvención de la embajada española. Evidentemente, el tema me interesa y lo estuve echando un vistazo. Desde que me dedico a tiempo completo a lo que yo ya considero desde hace tiempo mi profesión he podido progresar mucho en mis conocimientos sobre los aprendices eslovenos, tanto que me da miedo estancarme en sólo conocerlos a ellos. Pero bueno, aquí no tengo otra solución posible más que trabajar en línea con algún estudiante de otra nacionalidad si se presenta la ocasión. Así pues, ver este libro ha sido de gran ayuda, pues he podido ver reflejadas cosas que yo ya había apreciado y otras que aún no había tenido la ocasión.
No hablo mucho de ello, pero una de las mejores cosas de estar en Eslovenia es poderme dedicar totalmente a esta profesión en la que creo haber encontrado mi vocación. Sí, las condiciones laborales y de horario no son las ideales. Trabajo en muchos sitios diferentes: en una academia en Liubliana (Hola, la de siempre desde el principio y la que supone mi principal carga horaria), en una en Kranj (ciudad a la que siempre quiero dedicar una entrada en el blog pero nunca encuentro el momento), en un colegio público en Liubliana (que está siendo una experiencia cuando menos interesante con los niños), clases particulares, etc. Pero en realidad es el tipo de trabajo que me gusta hacer: un poco de todo, de aquí para allá. Estoy disfrutando de la experiencia y cogiendo muchísimas tablas. Tengo todo tipo de alumnos: jubilados que estudian por placer, niños que lo tienen como actividad extraescolar que ellos han escogido libremente, adultos que lo estudian por diferentes causas, gente que prepara el DELE (el diploma oficial de conocimientos de lengua española para un extranjero)... Y de todo tipo de niveles. Además, no me dejo de formar, porque buena falta me hace. No me puedo quitar de encima el complejo de no haber estudiado Filología Hispánica (aunque en realidad eso no supone mucho para la enseñanza de español a extranjeros), y en esta profesión es necesario la formación continua y la actualización. Esta misma semana he estado en un seminario que organizaba el Aula Cervantes de aquí en colaboración con Center Oxford, que es uno de los principales importadores de materiales de ELE (siglas por las que se conoce este mundillo) en Eslovenia, y con la editorial española Edinumen, una de las grandes dedicadas al ELE. Y también estoy haciendo algún curso online. Total, que estoy super ocupado y yo tan contento. Y entre ceja y ceja hacer un máster sobre ello, máster que me ha sido denegado ya demasiado.
Libros, libros, libros... |
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