domingo, 31 de octubre de 2010

Bled

Ayer estuvimos de "semituristeo" por Bled, aunque en realidad ya he estado tantas veces allí que no me considero turista (Bled está a quinientos metros de Zasip; de hecho desde la ventana de la habitación de Monika hay geniales vistas del castillo). Pero, como precisamente porque he estado muchas veces tal vez nunca hablaría de Bled en el blog, voy a aprovechar la visita de ayer para hacerlo. La gente erasmus de Huelva que conozco vinieron por aquí, así que aprovechamos el buen día que hacía (no como hoy, que todo el valle está lleno de niebla) para hacerles compañía. La verdad es que no hicimos mucho más que dar una vuelta al lago (que es muy típico para hacer en Bled y que no es moco de pavo, ya que son más de cuatro kilómetros) y comer. Bled es, sin ninguna duda, el lugar más famoso y turístico de Eslovenia. Y creo que es merecido. Es realmente bonito, y te lo sigue pareciendo aunque lo hayas visto muchísimas veces. Su fama se debe al lago glacial y la isla que hay más o menos en el medio del lago. Para ir a la isla puedes pagar doce euros porque te lleven en barca o alquilar una y remar tú mismo (yo hice esto último el verano del año pasado). En la isla hay un restaurante y una iglesia, en la que la tradición es tirar de la campana y pedir un deseo, que supuestamente se cumplirá. Yo en su día no pagué los tres euros que te cuesta el deseo. Tal vez lo haga en el futuro. Muy bonito también es el castillo de Bled, que está en lo alto de una gran pared rocosa en uno de los lados del lago. Por dentro está bastante restaurado y tiene un museo y otras cosas, pero por lo que más vale la pena es por las vistas sobre el lago. Además, Bled tiene una larga tradición de aguas termales y curativas, con lo que muchos hoteles tienen pequeños spas. Yo he estado en uno un par de veces y la verdad es que estaría genial si no fuese porque el agua está "fría". En resumen, que parece el destino turístico perfecto, y lo es, por lo cual también es bastante caro. Respecto a la comida que también decía que hicimos, hay que destacar el postre, la Kremsnita, tarta típica de Bled. Es bastante similar a una milhojas, pero con la crema dividida en dos incluyendo vainilla. Está muy rica, y Monika me obliga a comerla regularmente (¡aunque no tanto como a ella le gustaría!). Podría hablar mucho más sobre Bled, pero no quiero ser pesado. Podéis ver muchas fotos en mi facebook.


La clase del viernes fue bien. Me la había preparado bastante, pero aún así hubo cosas mejorables (como siempre, en realidad). Estuve hablando con la directora,  que es una persona bastante seria pero que parece profesional, y me dijo tanto las cosas que le habían gustado mucho como las que no le habían gustado nada. Total, que el viernes voy a repetir con el mismo alumno (que es un "famoso" esloveno) como si fuese una segunda oportunidad, aunque ya no estará ella observándome. Yo creo que me cogerá, porque sino no tiene mucho sentido, pero ya veremos. En cualquier caso, estoy aprendiendo mucho de la experiencia. En la otra academia empiezo el martes. Por cierto, una cosa que no comenté por aquí que hice fue que estuvimos cogiendo castañas en el bosque, típico para hacer aquí al comienzo del otoño. Y después te las comes asadas. Liubliana está lleno de puestos de castañas asadas. ¡Y Kala apenas llora ya!

jueves, 28 de octubre de 2010

Voluntariado, clases, Kala, Rožnik...

Han pasado algunos días desde la última entrada, y como era de esperar han pasado bastantes cosas decisivas para mi futuro aquí, y han sido buenas. El voluntariado ha sido aprobado. El lunes lo vimos en Internet, porque si fuera por mi organización de acogida todavía estaríamos esperando la notificación. De hecho, fui yo mismo ayer quien les dio la noticia cuando les llamé para ver qué pasaba. Espero pasarme mañana por su centro para empezar a clarificar un poco más las cosas sobre cuáles van a ser mis cometidos Y dentro de muy poco me compraré el billete para pasar en Madrid los últimos diez días de noviembre, ya que tengo que ir a firmar papeles y a hacer un cursillo de formación de voluntarios. Así que espero veros por allí a más de uno y de dos. Total, que al menos el futuro está más claro, y los días de incertidumbre van a ir quedando atrás. Tengo muchas ganas de empezar con el voluntariado y empezar una rutina, porque desde que vine estoy dos días en Zasip, dos días en Liubliana, y así todo el rato, y la verdad que eso no ayuda a que te asientes. Además del voluntariado, como casi siempre pasa, las noticias buenas vienen todas a la vez, y por fin también he conseguido algún trabajo. Ayer estuve en una entrevista de trabajo en una academia de español, y mañana tengo una clase particular de prueba, con la directora observándome. Supongo que estaré un poco nervioso, porque aunque ya tengo experiencia esto no deja de ser algo nuevo para mí. Hoy, de hecho ahora, nos vamos a ir a la biblioteca de Bled. Monika a estudiar y yo a preparar la clase. Es un nivel inicial. Espero hacerlo bien. Y de otra academia de español ya me han dado un alumno, para otra clase particular. Es un chico que este año tiene la Selectividad de aquí y quiere prepararse español. Además parece que la colaboración con esta academia va a ser fructífera. Espero poder compaginarlo una vez comience con el voluntariado.


En fin, que gracias a todo esto voy a poder pasar tiempo con Kala, el nuevo cachorro de pastor alemán en casa de Monika. Está aquí desde el sábado y ya le hemos paseado e incordiado un poco. La verdad es que es llorica de cojones. Pega unas buenas serenatas por las noches. De hecho, alguna que otra me ha despertado. Pero bueno, es muy simpática, te ensucia los pantalones, te muerde los cordones de las zapatillas, tiene una oreja para arriba y otra para abajo, si corres te persigue, y todas esas cosas que hacen los cachorros. Esperemos que la fase llorica se le pase pronto. ¡Ah!, y dos veces se ha escapado, aunque sin mucho éxito.

El lago de Liubliana
Y para no dejar de lado mis andanzas de Pantani, tengo que decir que por fin me llevé la bici a Liubliana. Guardadita está dentro de casa, porque todo el mundo me ha dicho que ni de coña la deje en la calle, que es demasiado buena y me la robarían seguro. Aquí muchísima gente se desplaza en bicicleta. La mayoría son bicicletas bastante cutres, y el robo y tráfico de ellas está a la orden del día. Total, que ayer y antes de ayer salí con la bici por la capital con la idea de encontrar una ruta que hacer cuando quiera o pueda. Y lo que he encontrado (tampoco es que haya buscado demasiado) es un "circuito" de una hora aproximada circunvalando Rožnik y terminando con su ascensión. Rožnik es una colina que está dentro del parque Tivoli, prácticamente el único parque de la ciudad (Liubliana no necesita mucho parque, porque la naturaleza, al igual que en toda Eslovenia, está muy presente en la ciudad) y que es bastante famosa. La verdad es que, cosas de la casualidad o del destino, esté recorrido me recuerda al que hago normalmente por Madrid, entre otras cosas porque paso por una parte que se podría equiparar a la Casa de Campo, incluyendo el lago de Liubliana (aquí ese lago es una puta mierda; con decir que es más pequeño que el de Madrid basta) o el Zoo. Pero también se hace mucho por ciudad, y la verdad es que es algo molesto. Un poco para mi sorpresa, la gente aquí anda y molesta igual que en España por el carril bici. Supongo que buscaré otro recorrido más adelante, pero por el momento y para los pocos días de bici que me quedan antes de la llegada de la nieve haré este. El primero de los días tuve que claudicar con Rožnik. Es un camino, totalmente cubierto de hojas caídas, y en el que mucha gente pasea hasta la cima. No fue sensación de fracaso por bajarme de la bici de nuevo, ya que iba sin ninguna expectativa, pero si que quería lograrlo para el día siguiente. Y lo conseguí, aunque casi me muero de cansancio. Es una subida bastante más larga de lo que yo pensaba (calculo que serán alrededor de los 3 kilómetros), cierto es que con algunos descansillos pero también con algunas rampas de, al menos, el 12 %. Además, no sabía muy bien el camino, y hay múltiples posibilidades, pero después de dar alguna vuelta al fin conseguí llegar a la cima, totalmente exhausto, con la cara llena de mocos y babas del esfuerzo. Pero lo hice, aunque la satisfacción no fue mucha, porque estaba muerto. Arriba, en un pequeño claro del bosque, lo que hay es una iglesia barroca, una estatua a Ivan Cankar (un escritor modernista esloveno bastante importante que vivió en Rožnik) y una iglesia barroca. La vuelta, relajadito en bajadita hasta casa, muy cerquita, ya que Tivoli está en el centro de la ciudad. Y después una larga ducha calentita y relajante.

La iglesia de Rožnik

viernes, 22 de octubre de 2010

Adijo Šeri

Hace un par de días se murió el perro de Monika. Era un pastor alemán. Tenía once años y se llamaba Šeri. En casa siempre tuvimos animales, pero creo que no llegaban al nivel de mascotas. Nunca he tenido una mascota, y tal vez Šeri fuese lo más parecido a ello. Por eso me dio muchísima pena. Pero es algo normal, el ciclo de la vida no perdona y hay que entenderlo. Echaré de menos los paseos con ella y con Monika por los alrededores de Zasip, paseos que muchas veces nos venían de lujo para soltar el estrés acumulado dentro. Y también lo pesada que era a veces ladrando, para que la sacasemos a pasear o si jugábamos al "Speedminton". Incluso en alguna ocasión paseé yo solo a Šeri. Pero bueno, también hay que mirar el lado positivo.¡Y desde mañana habrá en la casa un nuevo cachorro!

 
Y no sólo por eso estos días no están siendo los mejores aquí. La publicación de la resolución del voluntariado se sigue retrasando, con el consecuente nerviosismo para nosotros, pues mi estancia aquí creo que pasa a depender muchísimo de ello. Encontrar trabajo no lo doy por descartado, pero sí por muy difícil. Sin saber esloveno, las opciones son mínimas. Incluso ni en Adecco aceptan mi curriculum. En las academias de idiomas ya he probado en todas, y mi teléfono sigue sin sonar. Pero hay que ser optimista. Hay que pensar que el voluntariado será aprobado. Nos dijeron que el lunes parece ser que se va a publicar finalmente (en cualquier caso tiene que ser la próxima semana, porque el plazo de publicación finaliza en octubre), y que salvo error en los papeles debería salir para adelante. En ello confío.

lunes, 18 de octubre de 2010

Zasip - Jesenice - Zasip

Aquí estoy de vuelta para contar cosillas. El otro día inicié la temporada de bicicleta, temporada que va a ser corta me parece a mí, porque el frío ya es bastante fuerte, y las montañas ya están nevadas. No creo que tardé mucho en empezar a nevar a la altura de las poblaciones. De hecho, ayer, me pareció que era aguanieve lo que caía mientras dabamos un paseo alrededor del lago de Bled. Total, que monté en bici por primera vez de manera seria por aquí. Y fue duro, mucho. El pueblo de Monika está en el final o principio (según se mire) de los Alpes, en la zona que se llama de los Alpes Julianos. Y como era mi punto de partida, pues por fuerza iba a tener que enfrentarme a cuestas considerables. El destino era Jesenice, con el objetivo de dar una sorpresa a Monika, que estaba trabajando en el casino de allí (para los que no lo sepáis ella trabaja de camarera en este sitio), lugar al que me apetecía ir desde hacía tiempo ya que nunca lo había visto. Dejé Zasip tras tomarme un vaso de leche y haberme pertrechado con todo lo necesario. La primera hostia en la frente. Nada más salir de Zasip se entra en otro pueblo, Podhom, que significa literalmente "bajo Hom", y Hom no es otra cosa que la colina en la que están estos dos pueblos. Y sí, ya conocía la ruta que iba a hacer pues la había hecho alguna vez en coche. Pero en coche duelen menos las piernas. Total, que iba a tener que cruzar esta colina (creo que más bien monte) para llegar al destino. Las pendientes de las calles de Podhom son terribles, y me dejaron fundidito. Tanto es así que al poco de salir tuve que parar por el dolor en el pecho y la extenuación. Cuando paré estaba totalmente mareado y casi vomité. Pensé que tal vez lo más inteligente sería regresar, pero después de esperar un poco a que se me pasara retomé el camino, con la satisfacción de no ceder a las primeras de cambio. Después vinieron más o menos seis o siete kilómetros de ascensión continua, pero de no mucha pendiente y con algunos descansillos, que no veáis cómo se agradecen. Además, el camino no era nada peligroso (no lo fue en todo el recorrido) y se iba por un valle bastante bonito (como todos aquí en realidad). Pasé otro pueblo que se hallaba en lo más alto de la carretera, y después un descenso bastante vertiginoso (un kilómetro al 14 % de pendiente, que no me impresionó en ese momento por bajarlo, sino porque pensé que después tendría que subirlo) hasta Jesenice. Una vez en esta "ciudad" (trece mil habitantes, esto aquí los eslovenos lo llaman ciudad) el camino se hizo más o menos llano, aunque sin dejar de tener toboganes importantes. Hasta entonces había pasado bastantes veces por allí, pero nunca había estado, y tengo que decir que me costó bastante trabajo encontrar el Casino a pesar de tener cierta idea de dónde estaba. Y es que Jesenice es una ciudad en un valle muy estrecho, y por eso es extremadamente larga (no sé cuánto exactamente, pero unos cuantos kilómetros). Aquí es bastante famosa por ser un lugar bastante feo y bastante deprimente para vivir, porque al estar encajonada de esa manera no tienen mucha luz solar. Total, que acabé encontrando el casino y le di una gran sorpresa a Monika. Tuve que dar mi identificación para ver el casino. No hay mucho que ver la verdad. Todo son máquinas electrónicas, así que en realidad es más bien un salón de juegos. El caso es que aquí estos casinos son veinticuatro horas y los clientes reciben toda la bebida que quieran de manera gratuita, por el simple hecho de estar jugando. Por eso, y por la cercanía a Austria y a las restrictivas leyes de juego de este país, siempre hay muchos austríacos. Después de estar un rato descansando, tomé el camino de regreso, con la mente puesta en ese kilómetro al 14 % (no le hice la foto a la señal, porque no me quería parar, pero mentalmente se la hice). Tal como me suponía, ese kilómetro me derrotó. Me acabé bajando a unos 200 metros de la cima. Pensándolo en frío no estuvo tan mal. Es cierto que he montado bastante en bici en mi vida, pero las cotas que he subido nunca han pasado de ser simples repechos. Esto, yo creo, era un puerto de montaña que subí dos veces, una por cada cara. Además, a ese kilómetro venía ya calentito de un par de kilómetros con una pendiente machacona. Una vez descansado y subidos esos 200 metros a pie, no hubo mayor problema en regresar a Zasip, pues prácticamente fue todo bajada. 

Justo antes de partir desde el casino

Total, fueron casi tres horas las que estuve fuera, una hora para ir, otra en el casino y cuarenta cinco minutos para volver. Fueron alrededor de 30 kilómetros los que hice. Creo que no está nada mal, contando que era la primera vez que subía cosas tan duras. Además, me sirvió para sacar varias conclusiones. Que el equipo con el que me he hecho últimamente para la bici es cojonudo, especialmente la chaqueta que me compré en el Lidl por cuatro duros. No sentía nada de frío, y lo hacía. Otra, que el ciclismo es un deporte duro de cojones, y admiró muchísimo a los ciclistas, independientemente de que se dopen o no, pues es algo que me la pela. Y tercero, que una vez que lo haces creo que no es tan peligroso montar en bici por aquí. No más que en otros sitios.

Cambiando de tema, el fin de semana estuve en un congreso de profesores de español en el Instituto Cervantes de Liubliana. Lo vi al poco de llegar aquí y no quería dejar pasar la oportunidad. Pude seguir formándome como profesor, establecer nuevos contactos y especialmente conocer a más gente española, con la que después estuve tomando algo por ahí y pude ver que prácticamente la totalidad de ellos vinieron a Eslovenia por la misma razón que yo. Y poca cosa más, que muchísimas gracias a los que os habéis pasado por aquí, y especialmente a la gente que ha dejado comentarios. Por cierto, ¡he subido nuevas fotos en el Facebook! Y no creáis que se me olvida, volveré a hacer esa ruta sin echar pie a tierra.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Živjo!

Siempre fuí muy crítico con los blogs (como con casi todo muchas veces infundadamente). Eso de escribir sobre tu vida por Internet para que todo el mundo lo pudiese leer me parecía una tontería. Y como muchas veces en mi vida, he acabado haciendo algo que al principio siempre critiqué vehementemente (y probablemente admiré en silencio). Supongo que además también me han podido las ganas de dármelas de escritor que yo, como muchísimas otras personas amantes de la literatura, siempre he tenido. Total, que el haberme venido a Eslovenia, me pareció el momento oportuno de lanzarme a esto de escribir un blog, con mucho retraso respecto al común del ciberespacio. No sé cada cuánto lo actualizaré, no sé hasta cuando durará, pero en él hablaré de cómo me va por este país tan verde (de ahí los colores del blog). La chorrada del título es un ejemplo más de mis maravillosos e ingeniosos juegos de palabras, puesto que en el escudo de Liubliana, donde en principio tengo mi lugar de residencia, aparece un dragón y es un gran símbolo para la capital.

Llevo ya más de quince días por aquí. La adaptación no ha sido difícil, más allá de los primeros días y de dejar atrás a los seres queridos, puesto que ya había estado en el país en numerosas ocasiones anteriormente. ¿Y qué he hecho estos días? Pues me los he pasado a caballo entre Liubliana y Zasip, el pueblo de Monika. Hemos acondicionado el estudio (aún queda por hacer), comprado cosillas de supervivencia básica para la casa, visitado amigos y, sobre todo, he buscado trabajo. Además de los papeleos para fijar mi residencia (me inscribí en la embajada, que por cierto estuve en un guateque en la Galería Nacional hace unos días con motivo del 12 de octubre), he pateado la ciudad muchos días llevando curriculums. En el restaurante español con el que había entablado contacto no hubo suerte, así que estoy tratando de contactar con cuantas más academias de idiomas mejor. Espero recibir una llamada pronto, a ver si hay suerte. Por el momento soy sustituto de una profesora eslovena de español para cuando ella esté enferma, no pueda dar las clases y demás. También he conocido bastante gente española. Pensaba que iba a ser más difícil antes de venir, pero realmente la ciudad está plagada de gente de habla hispana, especialmente estudiantes erasmus, de los cuales he conocido unos cuantos. Y también he visitado algunos lugares en los que no había estado aún, y eso que están realmente cerca del pueblo de Monika. Entre otros, Šobec, un camping cinco estrellas al lado de Bled y en el que jugamos al minigolf por la patilla, y Bohinj, el lago más grande de Eslovenia y con una cascada bastante famosa no muy lejos de él (mi foto de perfil aquí es la cascada). Siempre pondré fotos para amenizar las entradas, pero los que me conocéis bien ya sabéis que petaré el facebook como vengo haciendo desde hace ya bastante tiempo. Además, seguiré viendo cosas nuevas por Eslovenia. Entre otras cosas, porque me apetece un montón montar en bici por aquí. Ya sabéis que me traje la bici, y me he equipado con material para hacerlo (casco, culotte, etc.). La verdad que me da un poco de miedo, porque las carreteras y los coches no son de los que mejor te hagan sentir (en Liubliana, en los pasos de cebra o saltas dentro de él o los conductores se lo pasan por el forro), pero es realmente bonito hacerlo. El otro día ya fuimos un poco Monika y yo, y la verdad es que es un placer el tobogán de las carreteras, el verde a rabiar y los pueblos pintorescos que te cruzas (Samir y Eduardo, ¡cómo me gustaría hacerlo con vosotros, me sentí corriendo en el Tour a través de los Alpes!). Para terminar, el esloveno, pues algo "he mejorado", pero no he estudiado nada. El libro lo tengo, otra cosa es encontrar el momento.


Podría contar muchas cosas más, pero por el momento creo que no está nada mal. Además, si queréis saber más ya sabéis que me podéis escribir o chatear conmigo, que siempre estaré encantado de saber de vosotros, porque realmente os echo de menos. De todos modos, espero tener noticias pronto del voluntariado y poder volver a nuestra "amada" nación en noviembre. Hasta la próxima entrada.