Otro de los no muchos ejemplos de literatura eslovena traducida a este idioma en el que escribo es "Kozlovska sodba v Višnji Gori", cuyo título en español titula también esta entrada. Se trata de un relato corto, de carácter popular, en el que se plasma el juicio realizado en el pueblo de Višnja Gora a una cabra que quiso robar en la huerta de un vecino. A primera vista la edición parece un cuento infantil y, si bien es cierto que se acerca mucho a lo que podría ser una fábula, yo no lo terminaría de colocar en esa categoría. Eso sí, es bastante curioso. A esta apariencia de libro para niños ayudan las ilustraciones que acompañan al texto, realizadas por Santiago Martín, misma persona encargada de la traducción y que es lector de español en la Universidad de Liubliana. Investigando sobre los detalles de esta edición, de tan solo 200 copias, he descubierto que se trata de un proyecto del municipio de Ivančna Gorica, a la que pertenece la propia Višnja Gora y al cual pertenece el pueblo en el que nació el autor, Josip Jurčič. Con este proyecto se quiere dar a conocer la obra del escritor, traduciendo este mismo relato a un número importante de lenguas a lo largo de varios años. Ya llevan unas cuantas traducciones, siendo publicada la española en 2009. Respecto a Jurčič, decir que es uno de los principales escritores eslovenos, gran representante del realismo del siglo XIX y autor de la primera novela en esloveno, "Deseti brat" ("El décimo hermano"), la cual tengo muchas ganas de leer. Eso sí, ésta, al menos por ahora, no será posible en mi idioma.
jueves, 31 de mayo de 2012
martes, 29 de mayo de 2012
Vlado Kreslin
El 25 de mayo, durante los tiempos de la poderosa Yugoslavia, se celebraba de manera oficial el nacimiento en Kumrovec, una pequeña aldea croata, de Josip Broz. Tal vez no os diga nada ese nombre y os suene a chino si digo que en realidad nació el 7 de mayo. Pero otra cosa sería decir que ese nombre corresponde a Tito, el "Mariscal" que guió a los yugoslavos durante casi 40 años. En aquella época tal día era festivo, y se celebraba de manera espectacular. Llevaba por nombre "Día de la Juventud" ("Dan mladosti" en esloveno). Pues bien, quien tuvo retuvo, y aunque ya no sea un día libre de trabajo, en Eslovenia se siguen realizando diferentes actos para conmemorarlo. Así, el 25 de mayo de 2012 se celebraba en Liubliana el siguiente concierto:
Un concierto de Vlado Kreslin in mali bogovi. Vlado Kreslin probablemente sea la máxima figura de la música eslovena. Es un cantautor de casi sesenta años ya, con más de treinta de trayectoria en los que ha formado parte de diferentes bandas. Variados estilos son los que ha trabajado, pero principalmente se podría calificar como cantautor entre el rock y el pop. Para que os hagáis una idea, a mí me resulta una mezcla entre Serrat y Sabina. En Eslovenia es una auténtica institución y toca en todo tipo de eventos, desde festivales veraniegos de rock hasta en eventos de tradición más pija. Le gusta a todo el mundo. Yo solo le había visto cantar un par de canciones un día por casualidad y tenía bastantes ganas de verlo. Y no había mejor oportunidad que esta, ya que el concierto era gratis. Tenía lugar en Kongresni Trg, probablemente la plaza más bonita de la capital. Allí nos plantamos al anochecer, momento en el que empezarían a sonar los primeros acordes. Durante la primera parte del concierto no dejaba de chispear, pero aún así el ambiente en la plaza no flojeaba. El concierto se alargó durante nada más y nada menos que dos horas y media. Tiempo más que suficiente para dar cobijo a un gran número de canciones, y también a invitados especiales de la escena musical eslovena y croata. No me conozco sus canciones, pero muchas sí que me sonaban de haberlas oído aquí y allá. Y aunque al final se me empezara a hacer un poco largo, lo disfruté mucho. Siempre es un placer ver Liubliana tan llena de vida. Os dejo pruebas fotográficas de ello y una de las canciones más famosas (si no la que más) por si queréis regalar vuestros oídos a Vlado Kreslin durante un ratito.
lunes, 28 de mayo de 2012
Nekropola
Pues el siguiente libro ha resultado ser "Necrópolis", de Boris Pahor.
Boris Pahor nació en 1913 y es (sí, "es", porque aún vive) un esloveno
de Trieste. Ya he mencionado en más de una ocasión que en la italiana Trieste
hay una minoría importante de eslovenos, debido a las vicisitudes
históricas de ese territorio durante el siglo XX. La pertenencia a esa
comunidad es uno de los dos factores que marca profundamente su
literatura. La otra es su reclusión en un campo de concentración nazi.
Principalmente fue en el de Natzweiler-Struthof, en Francia. Y de eso es
lo que habla esta obra. A través de una visita años después al museo en
el que se ha convertido esta necrópolis evoca numerosos recuerdos de
las cosas que vivió allí. Por eso, presenta una estructura muy difícil
de seguir, y, evidentemente, habla de cosas muy duras. Él, en gran
parte, se siente aún prisionero del campo y tiene un enorme sentimiento
de culpabilidad por haber sobrevivido. Incluso habiéndolo leído en mi
idioma, es una lectura que se me ha hecho difícil, ya que prácticamente
no hay ni separaciones en párrafos. Pero, sin duda, Pahor, que suena en
los últimos años como Premio Nobel de Literatura y no deja de ser una
figura con cierta controversia en Eslovenia, ofrece interesantísimas
reflexiones a lo largo de la obra, ya me parezcan más o menos acertadas.
Para muestra un botón. Emulando a mi amigo Samir y su blog os dejo un par de citas para ver si os animan a la lectura de estas memorias:
"Por eso estaría bien que los guías lograsen crear en la imaginación de los visitantes las secuencias del malvado pasado, aunque también esto sería un esfuerzo inútil, ya que necesitaríamos numerosas legiones de guías para despertar a todo el pueblo europeo"
"La superación de una realidad miserable es una gran herencia que debemos transmitir de una generación a otra y ya está tan unida a nuestros genes que ninguna fuerza podrá arrancarla de nosotros"
La portada de la traducción española publicada por la editorial Anagrama en 2010, que me ha permitido acceder a esta obra, situada entre los grandes relatos del holocausto nazi. |
lunes, 14 de mayo de 2012
Pot ob žici
Ya avisé el año pasado, que en 2012 volveríamos a por más a este camino alrededor de Liubliana que conmemora acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial. No me voy a repetir mucho sobre su contenido, ya que para eso podéis leer la entrada de entonces. Solo precisar que no se trata de 36 kilómetros, como dije en su momento, sino de 32,6 para ser más exactos. Pero nosotros, porque somos más listos, lo que hicimos fueron unos 36. No es que quisiéramos hacer kilómetros de más, pero es que nos sumamos al camino en el punto más cercano a casa, sin empezar desde uno de los puestos de control. Así que por el primero por el que pasamos fue en el que nos dieron la tarjeta de control, y tendríamos que volver hasta a él para completar el círculo y conseguir el ansiado recuerdo. Yo iba con bastantes reservas acerca de si seríamos capaces de finalizarlo. Monika pensaba que estaría chupado. Al final, ni pa ti ni pa mí. Empezamos un poco después de las nueve de la mañana, con un sol de justicia que iría aumentando la temperatura hasta casi los 30 grados. Empezamos desde nuestro barrio, Šiška, continuando en dirección hacia Bežigrad, Nove Jarše y el resto de barrios del este y sur de la ciudad, justo la parte que apenas conozco. Por eso esta parte fue la más interesante para mí. Pude ver parte del interior del cementerio de Žale, el más grande (mucho más de lo que pensaba) y monumental de Liubliana. El círculo iba en muchos momentos paralelo a la carretera de circunvalación de la ciudad, hecho por el que me recuerda aún más si cabe al Anillo Verde Ciclista de Madrid. La única dificultad del camino, por lo demás llano, es la subida y correspondiente bajada de Golovec, una de las colinas liublianenses. Creo que la cogimos en el momento justo, hacia la mitad del esfuerzo. Después, enfilamos hacia el oeste. A partir de los 20 kilómetros se empezaba a notar el cansancio. A partir de los 25, el dolor. A partir de los 30, el averno. No queríamos parar a descansar, conscientes de que si lo hacíamos, no habría quien arrancase el motor de nuevo. A la fiesta se añadió la tormenta. Así pues, la última hora y media la caminamos bajo la lluvia. Al final llegamos a nuestra meta después de siete horas de caminata, y en un autobús nos desparramamos hasta casa, con dolores en toda la parte inferior del cuerpo. Pero he de decir que las agujetas no han sido nada del otro mundo. Os dejo con algunos documentos gráficos de la hazaña.
Uno de las 102 columnas conmemorativas iguales distribuidas a lo largo del camino |
Parte del camino es también parte del Camino de Santiago. Sí, amiguetes, también hay Camino de Santiago en Liubliana. ¿Y dónde no? |
¡Catacrocker! |
Así se le queda a uno la cara después, por mucha medallita conmemorativa que le den |
jueves, 10 de mayo de 2012
Excómunion
Excómunion son un grupo de rock de Segovia, además de amigos. Hemos compartido escenarios con ellos con No me Jodas y en su primer disco colaborábamos con algunos coros. Ahora van a sacar su segundo disco y...
- Sí, sí. Me parece muy bien, Changarilla. ¿Qué hostias tiene eso que ver con tu vida en Eslovenia?
Pues no mucho, pero si véis este vídeo de adelanto, aunque no se me vea muy allá, supongo que al menos podréis reconocer el lugar donde fue grabado (entre muchísimos otros del mundo), hace ya bastante tiempo.
lunes, 7 de mayo de 2012
Gorje
Escribo esta entrada a sabiendas de que no la publicaré hasta dentro de muchos días, por la falta de artilugios que me permitan decorarla con imágenes. Por tanto, carecerá de cierto sentido, en especial en lo referente al marco temporal. Pero no se puede engañar a la memoria, así que prefiero encontrar las palabras ahora antes de que la niebla del olvido se las lleve. Ayer y hoy ha hecho un calor increíble, como en verano, rozando los treinta grados. Así que ayer lo aprovechamos para dar un paseo con Kala algo diferente a lo normal, explorando un poco. No lo solemos hacer y no debería suceder de esta manera. Nos fuimos hasta un lugar perteneciente al municipio de Gorje. Gorje es un joven y pequeño municipio colindante con Bled. Está compuesto por diferentes aldeas en las colinas que se encaminan hacia los Alpes. Es muchísimo más rural, con casa antiguas y repleto de granjas. De hecho, hay muchas bromas sobre la gente de Gorje y su capacidad intelectual, por eso de ser todos parientes entre sí.
El lugar en cuestión era Poglejska Cerkev, una cueva semiabierta en la que habitaron los homínidos en los tiempos prehistóricos. Se trata de una localización natural envidiable con el fin de vivienda. Es un lugar curioso y digno de ver. Yo ya había estado, en una de las excursiones con los niños que hacía durante el voluntariado. Gorje es un lugar que a mí me parece muy bonito, pero, como muchos otros en este país, para verlo. No para vivir. Y aprovecho para dejaros unas fotos de otro lugar, más espectacular, que conocí de la misma manera y al que volví de la misma forma, pero hace ya mucho tiempo y de lo que no deje constancia escrita. Se trata de la garganta de Pokljuka (Pokljuska soteska).
Y para cerrar el ciclo "gorjano", decir también que el finde pasado estuvimos en una "veselica". Esto es la típica fiesta eslovena (muy a la austriaca), con una carpa llena de gente bebiendo y comiendo (a poder ser "čevapčiči", una especia de salchicas de carne típicas de Bosnia pero que aquí ya también lo son) y una banda tocando música folclórica eslovena. De la música ya he puesto alguna muestra alguna vez, pero nunca había hablado de las "veselica", que son una auténtica institución y a mi me encantan. Eso sí, para un rato. El que no se pierde una es el tío de Monika, con el que fuimos. Así es nuestra vida social.
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