domingo, 19 de febrero de 2012

B-led

Ya conocéis Bled y su lago, la postal eslovena. Lo que no conocíais seguro, como yo tampoco, era el lago helado de Bled. Este invierno está siendo bastante benigno. Está haciendo sol una cantidad inceíble de días (incluso en Liubliana) y la nieve pocas veces ha hecho acto de presencia. No lo ha hecho hasta este mes de febrero, y tan sólo en un par de ocasiones. Tanto es así, que en Bled no ha nevado en todo el invierno, más allá de algunas ligeras nevadas que dejaban una fina capa blanca que tardaba poco en desaparecer. Pero lo que sí no nos libramos fue de la ola de frío siberiano de hace una semana. Las temperaturas mínimas en algunos lugares no andaron muy lejos de los 20 grados bajo cero. Hizo más frío que en todo el invierno pasado, pero, en comparación, prefiero un invierno así, concentrado. Y como consecuencia de ese frío tan intenso hemos tenido un lago de Bled helado en su totalidad. Os podéis imaginar las hordas de gente durante los fines de semana. El pasado, cuando hacía frío de verdad, no nos acercamos porque estábamos ocupados, pero éste no podíamos dejar pasar la oportunidad. Ayer estuvimos paseando rodeados de muchísima gente caminando hacia la isla o patinando. Hacia la isla también nos dirigíamos nosotros, pero Kala decidió cambiar nuestro rumbo al ponerse a cagar en el hielo. Siempre la paseamos por el campo, con lo cual nunca llevamos bolsa para recoger. Incautos nosotros, nos llevamos unas cuantas miradas de odio. Así pues, hice lo mejor que pude para cubrirlo con hielo y decidimos volver a tierra firme. Nos quedamos con las ganas, pero hubo unas cuantas fotos para el recuerdo. Pensábamos volver hoy, pero hace ya días que las temperaturas han subido y las autoridades lo desaconsejaban. De hecho, la vecina de Zasip nos ha dicho que hoy dos personas se han ido al agua. Son cosas que son así.


domingo, 12 de febrero de 2012

A dance with dragons

Vuelvo a bailar con dragones. O tal vez nunca lo dejé de hacer. A lo mejor incluso lo hacía más antes, de un lado a otro, malgastando tiempo, sin un refugio donde guarecerme. Ahora tengo mi pequeña torre, desde la que observo el más mínimo movimiento. Ya no es una cueva como antes, donde apenas veía la luz del sol. He pasado de las profundidades de la tierra a la altura de los cielos. He cambiado la oscuridad por la claridad. La extenuación por el descanso.



No hay mejor forma de volver a bailar con dragones que hacerlo con una de las bandas preferidas de uno, Bernays Propaganda. Volvían a Liubliana después de aquella vez y no me podía permitir perdérmelos. Ni el frío aterrador ni el incipiente constipado que hacía sus primeros actos de aparición y que dejó a mi compañera de faenas derrotada en la cama aplacó el deseo. Así, sólo y agotado después de una interminable jornada laboral, me subí a la bici en dirección a Metelkova. Tampoco la larga espera hasta la apertura de las puertas me hizo desistir. Por fin, Gala Hala, otro de los bares de Metelkova, abrió sus puertas, recién renovadas. Lo hacían por primera vez para mí, mostrando un más amplio espacio que aquel de Menza pri Koritu, aunque no tan amplio como yo esperaba. Los ocho euros que había supuesto la entrada empezaron a ser rentables cuando calentaron motores para las cien personas que habría la banda eslovena Paper Plane Crash, que a pesar de tocar solo media hora me agradaron con su autodenominado "disco crust". Poco después vendrían con su habitual energía los susodichos macedonios Bernays Propaganda. Hay que ser valiente para hacer una gira balcánica con la que caía, en plena ola de frío siberiano. Una hora estuvieron haciéndome contonear el cuerpo, intercalando gran cantidad de canciones nuevas con temas de sus dos discos. Después, pasada ya la medianoche, volví a subirme a lomos de una bicicleta para regresar a esa casa en la que había empezado a vivir apenas cinco días antes, ignorando las temperaturas inferiores a cinco grados bajo cero que reinaban en el ambiente. A esa casa en la que nos empezamos a sentir muy a gusto, a pesar de sus limitaciones espaciales y sus carencias. Desde ella dominamos un nuevo horizonte para nuestras vidas.