El martes fue uno de los días festivos más importantes en Eslovenia. El día que se conmemora la muerte de Prešeren, uno de los personajes más importantes para la nación eslovena, del que ya hablaré más en su momento. Uno de los aspectos que más destacan aquí en los días festivos es que las calles de todos los lugares se "engalanan" con la bandera nacional. La tienes hasta en la sopa. Evidentemente, no tuve que trabajar, así que pude disfrutar de un día entero libre en Liubliana, lo que no es nada habitual. Pero es más, lo pude disfrutar de manera diferente, ya que al ser un día cultural, todos los museos de la capital celebraban un día de puertas abiertas, con entrada gratuita y realización de diferentes eventos. A los eventos especiales no acudí a ninguno, pero sí que aproveché bien las visitas por la patilla. Así que realicemos un pequeño tour, aprovechando que todos los museos están muy cerquita (el centro no es pequeño, pero tampoco es que sea muy grande).
Monika contemplando unos de los restos arqueológicos más importantes hallados en Eslovenia, concretamente en el jardín de su casa por su tío cuando ella estaba en el vientre de su madre |
Empezamos por el museo que tenía más ganas de ver, el Narodni Muzej Slovenije, que además de ser el museo nacional también hace las veces de museo de historia natural. El que más ganas tenía de ver y el que más me decepcionó. Bastantes piedras romanas, un sarcófago y una momia egipcios originales (lo cual resulta un poco bizarro), diferentes restos arqueológicos medievales y a partir de ahí prácticamente nada, aparte de las representaciones de animales y demás. Monika me ha dicho que se debe a que las cosas más modernas están expuestas en otros museos diferentes, y quiero creer eso, porque si no de verdad que sería patético. Es que había una sala con cuatro chorradas para a partir del siglo XVI.
La peculiar cafetería de Moderna Galerija |
Continuamos con el museo de arte moderno (Moderna Galerija), ubicado en un edificio típico de la arquitectura de mediados del siglo XX y que dentro resultó que es simplemente una sala de exposiciones. No hay exposición permanente, cosa que no sabía. La exposición que hay actualmente es "Vse to je film", sobre películas experimentales yugoslavas entre 1951 y 1991. No le presté mucha atención a la exposición, porque eran películas muy frikis y además no entendía nada. Lo mejor del museo, la peculiar cafetería que tiene. Y para terminar con la ruta museística, cruzamos la calle y enfrente teníamos la Narodna Galerija, la pinacoteca nacional, que me pareció el único museo verdaderamente interesante de los que vimos. Bastante más grande que los anteriores (de hecho, tiene una parte nueva construída de manera adyacente al edificio original) y con unos fondos aceptables. Además de muestras de arte medieval, flamenco, italiano y demás nada destacables, por lo que merece la pena es por poder ver los cuadros de los principales pintores eslovenos desde el siglo XVI al XIX. A ellos están dedicados las salas principales del museo, organizados por períodos y estilos diferentes como Romanticismo, Biedermeier, Impresionismo, etc. No son muy conocidos a nivel general, pero son una parte importante de la cultura eslovena, y tienen un nivel más que aceptable.
"Kofetarica" (o "La bebedora de café"), uno de los cuadros eslovenos más famosos, de la pintora Ivana Kobilca |
Y con eso lo dejamos, porque si seguíamos Monika me mataba. Me quedé con ganas de ver algunos otros museos, pero ya habrá futuras ocasiones. Después de estar unas cuantas horas de pie y andando fuimos a por un merecido descanso, comiéndonos un kebab primero y después tomando algo en una de las terrazas a la orilla del Ljubljanica, el río de Liubliana. Teníamos que aprovechar el día tan soleado que nos hizo. Y en Liubliana no hay mejor forma de hacerlo que en esas terrazas. Estaban totalmente llenas de gente, igual que los museos. Y por último, para cerrar el día, fuimos otra vez al cine. Fuimos otra vez a Kolosej, los cines más grandes de Eslovenia (me recuerdan mucho al Kinépolis) y que están en el enorme complejo comercial a las afueras de la ciudad. Vimos "Črni labod" (en español, "Cisne negro"), película bastante buena de Aronofsky, el de "Réquiem por un sueño". Ya dije el otro día algo de cómo funciona aquí el cine, pero me puedo explayar un poco más. Me hace gracia que no doblen la película pero sí los títulos, aunque lo veo lógico. A veces las tropelías que cometen con los nombres son tan grandes como en español. Pero las películas que sí doblan son las de dibujos y las que son para niños pequeños, que me he tragado ya unas cuantas en Kresnička. Volviendo al tema, y resumiendo, que fue un gran día.